
La triple corona llegó a fin de año, con cotizaciones récord de metales clave para el Perú, cobre, oro y plata, cada uno en picos históricos y en niveles que no estaban en los cálculos ni del más optimista de los banqueros de inversión 12 meses atrás, ¿qué hito se ha marcado?
El oro ya venía de un 2024 auspicioso y este año solo revalidó su condición de activo refugio ante las controvertidas medidas aplicadas por el Gobierno de EE.UU., tanto en el ámbito comercial como en el geopolítico; la plata, como suele ocurrir, se movió en similar dirección que el oro, aunque con su proverbial mayor virulencia; y el cobre sí sorprendió a varios operadores del mercado, que anticipaban un año de debilitamiento económico mundial ante la andanada de aranceles impuestos por Donald Trump.
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Esto último no sucedió, sino todo lo contrario: las economías china y estadounidense resistieron y dieron soporte a la demanda del metal rojo, que ayer pulverizó la marca histórica de los US$ 12,000 la tonelada (US$ 5.47 la libra) en la Bolsa de Metales de Londres, referente por excelencia de los commodities.

Balanza
Son varios los factores detrás del alza del cobre, pero lo que más inclinó la balanza a su favor fue la relativamente limitada oferta del metal. Sucesivas interrupciones de la producción en la región, así como en Asia y África, acentuaron la escasez relativa, aunque desde mediados del mes pasado la declaración del cobre como materia crítica por parte de EE.UU., la misma categoría que asigna a las preciadas tierras raras, fue el detonante que empujó su precio desde poco más de US$ 5 la libra a su actual marca.
Este anuncio, que los inversionistas consideran que precederá la aplicación de aranceles al cobre por parte de la administración Trump, desató una tenaz pugna mundial por el metal, con los compradores ofreciendo altos precios para asegura la provisión en economías fuera de EE.UU.
Ello no hace más que amplificar la demanda, ya de por sí consistente, de las industrias relacionadas a la transición energética, infraestructura verde, armamento, vehículos eléctricos y, por supuesto, de los centros de datos de IA, en los que el cobre se yergue como un adecuado conductor de electricidad.
Tal demanda conduce al gerente de estudios económicos del BCP, Carlos Prieto, a afirmar que las perspectivas para el cobre son halagüeñas en el 2026, con los principales bancos de inversión, unánimemente proyectando un precio promedio del metal por encima del observado en el presente año (ver tabla).
El oro, en tanto, batió récord al quebrar el nivel psicológico de US 4,500 la onza (US$ 4,517), beneficiado por los conflictos bélicos en curso y, además, por una demanda como reserva de valor ante la debilidad del dólar.
Con el momentum de los metales, la Bolsa de Valores de Lima (BVL), en la que preponderan las acciones mineras, profundizó su rally y solo en lo que va diciembre trepa 12%, una de las mayores subidas entre los principales mercados bursátiles.
Restricciones en oferta
Para Luis Ramos, gerente de estrategia de renta variable de LarrainVial Research, los altos precios del cobre se sostienen principalmente en un desbalance entre oferta y demanda.
“Lo que prima más hoy son restricciones por el lado de la oferta. Básicamente, hemos visto que la producción del metal rojo no ha estado libre de disrupciones. Eso tiene que ver con problemas operativos en Indonesia o en el Congo. Y en el propio Chile tuvieron problemas operacionales”, refirió.
En tal sentido, puso énfasis en que las compañías mineras más relevantes a nivel global están ajustando a la baja sus estimados de producción.
“(En septiembre) pasó un accidente fuerte en Indonesia (en la mina Grasberg). En ese momento, el cobre saltó y desde ahí la tendencia (en la cotización) ha sido positiva”, comentó Ricardo Vásquez, asociado de research de Seminario SAB.
Por el lado de la demanda, en el contexto de la guerra comercial emprendida por EE.UU., se observa un sobreabastecimiento del metal rojo, ante la posibilidad de que se implemente un arancel, agregó Ramos.
“Eso (la demanda por cobre) tiene que ver (también) con una tendencia que yo llamaría secular relacionada con el cambio de matriz energética, la electromovilidad, y ahora, cada vez más visible, la necesidad de material para el desarrollo de inteligencia artificial”, sostuvo.
Por su parte, Vásquez señaló que la economía global ha dado señales de fortaleza, lo que habría sostenido la demanda de cobre.
En ese contexto, Ramos prevé que, en el 2026, el precio promedio del cobre estaría en US$ 5 la libra. En tanto, Vásquez asegura que no hay razones para esperar en el corto plazo una caída en el precio del mineral, pues existe restricción de oferta “que no se arregla de la noche a la mañana”.

Crece demanda por ETF vinculados al oro
A diferencia del cobre, en el oro (como en la plata), lo que impulsa el precio es la búsqueda de un activo de refugio en un contexto de debilidad del dólar a nivel global, según los analistas. Es decir, no está tan vinculado, como el metal rojo, a la economía real, explican.
Ramos, de LarrainVial Research, destaca dos factores que sostienen el precio del lingote: la compra por parte de los bancos centrales, ante la expectativa de próximos recortes de la tasa de la Fed; y la demanda de inversionistas, tanto retail como institucionales, de ETF (fondos cotizados en bolsa) vinculados al oro.
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Riesgos
Para Ramos, el principal riesgo, de cara a lo proyectado por los analistas para el precio de los commodities, está en que la Fed no conduzca una política monetaria tan relajada como se espera. Es decir, que no se concreten los recortes de la tasa de referencia previstos para el 2026. (BBVA, por ejemplo, prevé dos rebajas)
Tal como los analistas siempre explican, menores tasas de interés apuntalan los precios de los commodities.
“(La demanda de cobre) está apalancada en una tesis que puede acompañar mucho tiempo, pero que necesita también señales claras de delivery. La ejecución de proyectos en torno a la implementación de la inteligencia artificial, por ejemplo, o de electromovilidad... si las expectativas son más altas de lo que finalmente terminan siendo, pueden terminar generándose correcciones en el precio del metal rojo”, sostuvo Ramos.
El analista advirtió además que la prevalencia de economías informales e ilegales alrededor de la minería impide que la inversión se reactive “como debería” en el sector, evitando que podamos aprovechar los actuales altos términos de intercambio.
Por su parte, Vásquez consideró que el principal riesgo para el precio del cobre es que la economía china se enfríe (ya se muestran algunos signos de desaceleración) o que se desate una guerra global. “Si la economía general se enfría, el cobre va para abajo”, dijo.

Economista periodista. Estudió economía en Pontificia Universidad Católica del Perú. Editor de Finanzas por 10 años.

Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.









