
El ingreso de pitahaya peruana a Estados Unidos ya no parece lejano. Nuestro país podría sumar en el 2026 un nuevo destino estratégico tras años de gestiones sanitarias, según observa la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP). ¿Qué es lo que se conoce hasta ahora? Gabriel Amaro, presidente del gremio, lo detalló en exclusiva para Gestión.
Cabe resaltar que el consumo de frutas exóticas en la nación del norte está en crecimiento constante. El mango es el líder, pero el también conocido como dragon fruit y la guanábana han mostrado un potencial ascenso. ¿Perú está a un paso de integrarse a este mercado?
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Pitahaya peruana: los pasos hacia EE. UU.
El dragon fruit nacional se envía, principalmente, a Países Bajos, España y Francia. De Sudamérica, solo Ecuador lo distribuye a Estados Unidos. Ante tal participación a nivel mundial, este diario, a fines de 2024, recabó qué faltaba para que Perú avance en su acceso a la gran economía encabezada por Donald Trump. La respuesta fue que, antes de la pitahaya, estaban priorizados otros productos.
No obstante, un año después, el panorama es más favorable:
“En el año 2024, con el Gobierno anterior, pusimos más esfuerzo, junto con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), para abrir mercados. Este año, hasta el mes pasado, hemos abierto 39 mercados; entre ellos, el banano y la granada a China. Dicho esto, el acceso a la pitahaya lo hemos pedido entre el 2022 y 2023. La pitahaya está proyectada, si todo va bien, para que se pueda enviar el próximo año", sostuvo Amaro.
Identificó, en esa línea, qué elementos retardan la autorización: “Está en la lista de los que podrían abrirse el próximo año. Todo va a depender de la velocidad que ponga Estados Unidos; y, segundo, de nuestra parte, el cambio de Gobierno a partir de abril. Ahí todo se ralentiza un poco porque están esperando conocer qué gente va a asumir la autoridad. Debería obtenerse algún ingreso de pitahaya a Estados Unidos o a China el próximo año. Eso es lo que esperamos".
Y destacó, además, un aspecto coyuntural: “Estados Unidos todavía tiene un tema con respecto al proceso administrativo regulatorio. Vamos a ver cómo va todo lo del presupuesto y la burocracia, porque no tenían presupuesto federal, no les habían aprobado. Entonces, todo se aguantó un poco”.

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China también bajo la lupa
En el radar de Perú, el gigante asiático no se queda atrás. “En el caso de China, están con el estudio de plagas. O sea, acá se hace un informe sobre todas las plagas que pueden entrar. Esto se coordina con la autoridad sanitaria de China, igual que con cualquier otro país, y se evalúa. Están en esa fase del estudio, esa es la situación, así que hay que seguir empujándolo”, precisó el vocero de AGAP.
Con estas dos potencias fichadas, el siguiente paso es esperar. “Alguno de esos debería abrirse el próximo año. Acá tenemos muy buena variedad de pitahaya”, subrayó.
Uno de los argumentos que respalda el optimismo es que Perú produce un dragon fruit de muy buen nivel, tanto en su versión amarilla como en la roja, señaló Amaro.
“Primero hay que abrir el mercado y, de ahí, empujar el desarrollo de la producción de pitahaya. El dato cerrado a septiembre es que se ha exportado 70% más, ha pasado de 414 toneladas (septiembre 2024) a 700 toneladas (septiembre 2025). Es importante, sí, pero es poco todavía”, agregó.
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Pitahaya peruana: ventaja competitiva
A diferencia de otros países de la región, la pitahaya de Perú cuenta con la posibilidad de reproducirse en dos franjas agrícolas.
“Se ha probado este cultivo en el norte y el sur. Entonces, se pueden complementar las ventanas de producción y abarcar más mercados”, expresó la cabeza de AGAP.
“Otra ventaja es que nosotros tenemos la posibilidad de escalar rápidamente como cultivo de exportación. No seríamos los primeros en el mundo en arándanos si las parcelas no tuvieran la productividad que tienen. No seríamos rentables”, añadió.
Asimismo, trajo a colación que, en el 2016, se estimaba que la productividad promedio de una parcela moderna de palta Hass era entre 12 y 15 toneladas por hectárea. “Hoy en día está por arriba de las 25. Somos el segundo en el mundo, después de México”, recordó.
Por ello, fue enfático: “Si se logra abrir el mercado a Estados Unidos, va a ser una gran ayuda para desarrollar más hectáreas de pitahaya”.

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¿Infraestructura a la altura?
El entusiasmo por abrir nuevos mercados convive con una inquietud de fondo. Aunque Perú destaca por la calidad de su pitahaya, aún está sobre la mesa un debate: ¿la infraestructura existente es suficiente para sostener una producción a gran escala?
“No hay un mercado que ofrezca ahora los márgenes que permitan desarrollar producciones importantes, pero puedo asegurar que cualquier empresa grande o mediana que está en la agricultura moderna cumple con todos los estándares y lo puede manejar”, respondió Amaro.
“El pequeño aún no, porque el pequeño requiere trazabilidad, manejo de plagas, proceso de certificación, varias cosas, pero se va a ir adaptando si es que se logra abrir estos dos mercados”, adicionó.
Ante tal panorama, estableció como aliada a la tecnología:
“Debemos optar por la tecnología de riego, el tema del manejo del cultivo. O sea, hay una manera de podar, una manera de preparar la planta para que le dé o más luz o más humedad. Toda esa tecnología se está trayendo de afuera para ver cómo se consigue más productividad. Algunas cosas puedes hacerse y otras no porque pueden resultar más caras”, concluyó.










