
En un 2025 marcado por la agitación política y giros inesperados en el ámbito internacional, la percepción de riesgo de los inversionistas extranjeros sobre el país descendió. Sin embargo, ¿cómo fue la trayectoria?
Los primeros meses fueron de relativa estabilidad para el índice EMBI+ Perú, elaborado por el banco de inversión JP Morgan. Pero al inicio de abril, a raíz del agresivo anuncio de política comercial de EE.UU., calificado por el presidente Donald Trump, como “día de la liberación”, el índice escaló rápidamente, en menos de una semana, de 168 a 184 puntos.
LEA TAMBIÉN: Capacidad de pago de empresas es la mayor en 6 años, ¿cuáles llevan ventaja?
Este indicador es la diferencia entre las tasas de interés de los bonos que el Perú emite en los mercados globales para financiarse y las de los títulos del Tesoro estadounidense (considerados activos libres de riesgo). Una mayor puntuación denota un mayor riesgo del país.

En efecto, la amenaza arancelaria implicaba, a priori, menor demanda por las exportaciones peruanas, crecimiento económico global más bajo y un posible repunte inflacionario, refiere a Gestión Paul Rebolledo, CEO de Tandem Finance.
Pero, como el temor fue cediendo conforme Trump reculaba en las tasas arancelarias impuestas a países clave, como China y los europeos, o los inversionistas preveían moderación a tales restricciones comerciales, el riesgo país se distendió y tomó una trayectoria decreciente entre mayo y comienzos de octubre, periodo en el que tocó un mínimo del año (117 puntos el 6 de octubre).
Sobresalto
Tras ello, sin embargo, la vacancia de Dina Boluarte sobresaltó a los mercados, principalmente porque se revivió el trauma de gobiernos breves como el de Manuel Merino en el 2020, exacerbado por las iniciales protestas y marchas en contra del nuevo inquilino de Palacio, José Jerí. Entonces, el EMBI+ repuntó de 117 a 131 puntos básicos, pues, además, había incertidumbre entre los inversionistas sobre la postura política y económica que adoptaría el nuevo gobernante.
En tanto, el CDS, que es otro índice de riesgo del país, considerado incluso más “ácido”, y que representa el costo de asegurar la deuda peruana contra la eventualidad de impago o default, subió de 68 a 74 puntos.
Pero, despejadas las dudas sobre la continuidad de los lineamientos económicos básicos que se asentaron en el país desde los 90, el EMBI+ cedió y fluctuó entre 120 y 130 puntos básicos en los meses siguientes, hasta el nivel actual de 134 puntos —el segundo más bajo de la región, luego de Chile, con 92 puntos—, luego de cerrar el 2024 en 157. El CDS bajó en el 2025 de 86 a 65 puntos.
Rebolledo atribuye esta evolución al aumento del apetito por riesgo en los mercados internacionales, con los inversionistas decantándose por acciones y bonos de economías emergentes como el Perú; y los fundamentos económicos del país, como la política monetaria, precios estables y crecimiento del PBI.
Sin embargo, reconoce que el deterioro de la institucionalidad; la inestabilidad política —incluida la incertidumbre electoral sobre un voto fragmentado ante la proliferación de candidatos—, el menoscabo de la disciplina fiscal con leyes congresales que afectan las finanzas públicas; y otras reñidas con la protección social, como los retiros de fondos de AFP, impidieron que el riesgo país bajara más en el 2025. Los problemas de Petroperú también fueron un lastre, según otros economistas consultados.
Capacidad de pago
Jorge Espada, managing partner de Valoro Capital, explicó que indicadores como el EMBI+ mide la capacidad del país para cumplir con sus obligaciones. Por ello, consideró que, además del contexto político que puede afectar en el largo plazo, depende del resultado financiero del Estado en comparación con su deuda.
En tal sentido, respecto de otros países, detalló que la deuda como porcentaje del PBI es relativamente baja. “Perú está alrededor del 32% y hay países que están en 60% o más”, mencionó.
En cuanto al déficit fiscal, otros países de la región están entre 5% y 7% del PBI, mientras que en Perú se prevé que cierre en 2.2%, según el BCR, y se cumpliría la meta, dijo.
De acuerdo con Espada, este año el mejor resultado del fisco fue impulsado por los altos precios de los metales, pero también por una recuperación de la demanda interna.

Lo anterior se da en un contexto en el que recientemente el Consejo Fiscal advirtió sobre leyes provenientes del Congreso que incrementan el gasto público. “Obviamente, hubiera habido un menor déficit fiscal con menos medidas populistas”, añadió Espada.
LEA TAMBIÉN: Empresas ahora pueden financiar inventarios a mayor plazo, ¿qué cambió?
Impacto en tasas de interés
En las empresas, un menor riesgo soberano se traduce en mejores condiciones de financiamiento, es decir, menores tasas de interés en los créditos, afirmó Jorge Espada, de Valoro Capital.
Una misma empresa en Colombia podría financiarse al 18%, mientras que en Perú la tasa podría ser de 9%, detalló.
En las personas, el impacto se observa principalmente en las tasas hipotecarias, pues en otros financiamientos, como tarjetas de crédito o préstamos de consumo, la prima de riesgo o spread es “muy alto”, afirmó.
Por lo tanto, el menor riesgo país sí se reflejará en el bolsillo de los peruanos, específicamente, de aquellos que adquieran un préstamo para vivienda. Así, con una menor carga, podrán destinar recursos a otros gastos.

Economista periodista. Estudió economía en Pontificia Universidad Católica del Perú. Editor de Finanzas por 10 años.

Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.









