
Con más de cuatro décadas de trayectoria, Don Tito atraviesa una etapa de consolidación en el competitivo mercado del pollo a la brasa y cerrará el 2025 con resultados al alza. De cara al 2026, la cadena —reconocida este año como la mejor pollería por la revista Somos— acelerará su plan de expansión con nuevos locales en Lima, evaluará su ingreso a provincias y mantiene conversaciones preliminares para llegar a mercados internacionales, todo bajo una hoja de ruta que apunta a crecer sin perder su esencia y calidad.
En diálogo con Gestión, Alberto Fiorini, director de Don Tito, señaló que la cadena cierra el 2025 con un crecimiento estimado de alrededor del 12% frente al 2024, impulsado por una mayor afluencia en salón, el fortalecimiento de sus estrategias de marketing y la mejora continua de sus estándares de calidad. A ello se sumó la apertura del local de Magdalena en mayo, que permitió ampliar la cobertura de delivery hacia distritos como San Isidro y parte de Lince. “Ha sido un año bastante bueno para nosotros; vamos a cerrar con doble dígito respecto al año anterior”, afirmó el ejecutivo, quien también nos dio detalles de su plan de expansión hacia el 2026.

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Expansión en Lima 2026: nuevos locales, inversión y zonas objetivo
En 2026, Don Tito acelerará su crecimiento en Lima con la apertura de dos nuevos locales de atención al público, un objetivo ya contemplado en su presupuesto anual. Aunque aún no se definen las ubicaciones exactas, la empresa tiene en evaluación distritos como Surco —por su tamaño y demanda— y San Borja, donde el local actual “muchas veces nos queda pequeño para atender al público”, según explicó el CEO de la cadena. La marca también busca ingresar a los conos de la ciudad, con formatos puerta calle o en centros comerciales, apuntando a zonas de alto flujo y potencial de consumo. Con estas aperturas, la compañía proyecta cerrar el año con un crecimiento de entre 15% y 20% en ventas.
La inversión estimada por cada nueva sede se mantendrá entre US$ 650 mil y US$ 750 mil, en locales que van de 200 m² a 350 m² y replican su modelo tradicional: salón, venta para llevar, delivery propio y trabajo con aplicaciones como Rappi. Fiorini precisó que no tienen previsto desarrollar nuevas dark kitchens en el corto plazo. “Creemos que tenemos mucho más potencial con los locales tradicionales”, sostuvo. La expansión, enfatiza, seguirá un ritmo conservador, privilegiando la calidad del servicio y la experiencia en salón como pilares de su crecimiento sostenible.

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Planes de ingresar a provincias y mercados internacionales
En paralelo al crecimiento en Lima, Don Tito evalúa por primera vez dar el salto fuera de la capital. Aunque aún no hay acuerdos cerrados, la marca ve oportunidades atractivas en ciudades como Arequipa, Trujillo y Huancayo, donde el consumo de pollo a la brasa está ampliamente masificado. “Nos interesa mucho explorar o tener presencia en provincias”, explicó Alberto Fiorini, convencido de que el potencial de estas plazas permitiría seguir escalando la marca sin perder el vínculo con el consumidor.
La cadena también ha comenzado a sondear mercados internacionales. El CEO confirmó conversaciones preliminares con empresarios de Chile, Bolivia y Ecuador, con el objetivo de analizar la viabilidad de llevar el modelo Don Tito fuera del país. “Estamos en unas primeras conversaciones, no sé si se llegará a concretar para el próximo año. Ojalá así sea”, afirmó. En el plano internacional, la propuesta incluiría adaptaciones en la carta para ampliar la oferta de platos peruanos y ajustarla a los gustos locales, manteniendo como eje el pollo a la brasa que identifica a la marca.

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Canales de venta y estrategia comercial
El salón continúa siendo el corazón del negocio de Don Tito, representando más del 60% de los ingresos totales de la cadena. Esta preferencia responde no solo al producto, sino también a la experiencia integral que busca el consumidor actual. “El cliente exige ahora no solamente un buen producto, sino un buen servicio, un buen ambiente donde consumirlo”, señaló Alberto Fiorini. En esa línea, la compañía ha invertido en reforzar la atención y en mantener los estándares de calidad que le han dado reputación en el mercado, especialmente en horarios y fechas de mayor demanda.
El delivery es el segundo canal en importancia y uno de los diferenciadores estratégicos. Don Tito cuenta con delivery propio desde hace muchos años, lo que le permitió llegar fortalecido al auge del reparto a domicilio durante la pandemia. “Somos bastante fuertes con nuestro delivery propio”, remarcó el ejecutivo. Además, trabajan con plataformas como Rappi para captar nuevos segmentos y ampliar su cobertura. La venta para llevar complementa la operación y mantiene al negocio conectado con consumidores que buscan velocidad sin renunciar al sabor de la marca.
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Innovación en carta y novedades
Este año, Don Tito reforzó su oferta gastronómica con el lanzamiento de nuevos productos para ampliar el público al que llega la marca. “Hemos sacado una hamburguesa a comienzo de año (…) y hemos incrementado nuestra carta en donde creemos que nos hacía falta mejorar la oferta”, comentó Alberto Fiorini. A ello se suman nuevas ensaladas, como la César y la Tropical, además de bebidas que complementan la experiencia en salón. Históricamente, la carta ha sido “bastante pequeña, bastante reducida”, según el ejecutivo, pero la empresa identificó la necesidad de diversificar para responder mejor a los gustos y hábitos actuales del consumidor.
De cara al 2026, la compañía seguirá apostando por la innovación sin perder el foco en su producto estrella: el pollo a la brasa. “Seguir investigando, seguir viendo tendencias para ver qué podemos implementar en nuestra carta, siempre manteniendo la misma calidad”, sostuvo Fiorini. El consumidor de hoy es más exigente y detallista, y busca experiencias más completas durante su visita al restaurante, lo que se traduce en una mayor permanencia en salón y en oportunidades para incrementar el ticket con aperitivos y acompañamientos. La estrategia gastronómica marcha así en línea con el objetivo de la marca: seguir creciendo sin sacrificar su esencia.
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Periodista. Escribo para la sección negocios en el diario Gestión de El Comercio. Bachiller por la Universidad Jaime Bausate y Meza.








