
La industria de mayor valor agregado llega al final del 2025 con un desempeño débil. Aunque el sector manufactura creció 1.47% a octubre, la parte no primaria retrocedió 0.23% según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), lo que muestra hasta ahora un panorama poco alentador.
Hasta octubre, el rubro estuvo sostenido por el dinamismo de los bienes de capital -que no tienen gran peso-. Sin embargo, enfrenta una caída en la producción de bienes intermedios y de consumo, ante una mayor competencia de importaciones favorecidas por un tipo de cambio más bajo.
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Expectativas cada vez más bajas
Las expectativas son cada vez más bajas para este año. El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), en su Reporte de Inflación (RI) diciembre, ajustó a la baja su proyección para la manufactura no primaria desde 2.8% a solo 0.5% para el 2025.
Incluso el Ministerio de la Producción (Produce) tiene una visión más cauta. El titular del Produce, César Quispe Luján, indicó a Gestión que la producción manufacturera en general crecerá 1.4% en 2025 y la no primaria tendría un incremento prácticamente nulo.
“Este avance (de manufactura) se sustenta en el impulso de la industria de productos pesqueros y en el aporte de la manufactura primaria, que crecería 4.8%. En tanto, la no primaria registrará un leve incremento de 0.2%”, señaló.
Los analistas privados van en el mismo sentido. El BBVA Research también hizo un ajuste, a 0.8%, para este año y, a su vez, Macroconsult calcula que el rubro crecería solo 0.2% en 2025.
El Instituto Peruano de Economía (IPE) coincide, pues dada la evolución casi plana hasta octubre, estiman que el año podría cerrar con un crecimiento entre 0% y 1% para este segmento.

Textil, confecciones y metalmecánica
A nivel empresarial, el balance también es mixto. Gestión consultó con representantes de los rubros de textil, confecciones y metalmecánica, cada uno con diferentes visiones del 2025.
Para la Asociación de Empresas Privadas Metalmecánicas del Perú (AEPME), el 2025 ha sido ligeramente más positivo que 2024, gracias al impulso de grandes proyectos, principalmente mineros y de infraestructura, aunque todavía existen espacios para recuperar la capacidad productiva previa a la pandemia.
“Este año se espera que [metalmecánica] cierre en 9.7% del PBI manufacturero. Se esperaba crecer más, [estar en] 10% o un por encima del PBI manufacturero nacional, pero ya no se va a lograr para lo que queda del año”, comentó Victor Lazo, gerente general de la AEPME.
Por el lado de la Asociación Peruana de Industriales Confeccionistas (APIC), se indica que el rubro vive una recuperación lenta, pero aún lejos de los niveles prepandemia. Sin embargo, advierten que continúan afectados debido a que han perdido el 80% del mercado nacional con las importaciones en el sector textil-confección.
En el caso de la producción de textiles de exportación, el desempeño continúa mejorando, aunque con temores por el escenario internacional. Andrés Chaves, CEO de Inca Tops, anticipa cerrar el 2025 con un crecimiento del 15% en ventas frente al año previo, aunque con presión sobre márgenes por la caída del tipo de cambio y la aplicación de aranceles por parte de Estados Unidos.
“Lo que más nos ha impactado en el volumen de ventas han sido sobre todo los aranceles de Estados Unidos, que a inicios del año generó mucha incertidumbre. Ya ahora el mercado se ha ido acomodando. Nuestras ventas están creciendo, pero definitivamente ha sido un año que ha requerido mucha improvisación por el tema de tarifas. Otro factor que no golpea ventas, pero sí los márgenes es el tipo de cambio”, precisó.

¿Qué se espera para 2026?
Las expectativas para 2026 también están marcadas por la cautela en medio de un escenario electoral que podría afectar las decisiones de inversión. Sin embargo, se plantean mucho mejores que para este año.
Tanto el BCRP como BBVA Research proyectan que la manufactura no primaria crecería 2.9%.
Las proyecciones, indica un informe del BBVA Research, se sustentan en la evolución esperada del consumo privado favorecida por la liberación de fondos de AFP, aunque con un entorno electoral que limitaría la inversión privada.
Para Macroconsult, el crecimiento sería algo menor: 2.3%. La economista de Macroconsult, Pamela Bernabé, precisó que el próximo año se esperaría cierta recuperación asociada a la construcción, que beneficiaría a las industrias vinculadas a ello, pero no todos los negocios no primarios tendrían desempeños favorables.
“Por ejemplo, la imprenta no va a levantarse. Algunos rubros, como el de joyería, todavía tiene un gran espacio para seguir normalizándose y eso en balance te tira abajo. Lo que podría continuar la recuperación es el sector textil porque no se prevé un fenómeno de El Niño”, refirió.
Bernabé coincidió en que, con los próximos ciclos políticos, algunas decisiones podrían verse postergadas. Eso, sumado a los grandes niveles de importación de los bienes vinculados a capital como maquinarias o equipos de transporte podrían jugar en contra de las expectativas.
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Las expectativas de los sectores
Los negocios de la industria no primaria coinciden en que 2026 será un año decisivo, no solo por el entorno económico sino por las decisiones políticas.
Desde la industria metalmecánica, el gerente general de la AEPME recordó que el sector depende estrechamente del movimiento minero, por lo que, si estos proyectos avanzan los resultados del próximo años serían mejores.
Según estimo, el 2026 podría ser un año favorable debido a cinco grandes proyectos mineros previstos, que en conjunto movilizarían más de US$ 7,600 millones. Pero no solo se tratará de impulsar proyectos mineros, sino también de infraestructura, retail o construcción, que generen demanda industrial sostenida.
Por ahora, para las empresas de metalmecánica lo prudente es esperar antes de adquirir nueva maquinaria o tecnología. En generación de empleo, en cambio, el sector sí proyecta una expansión si la actividad crece.
“La perspectiva es por el momento no generar más inversiones en las empresas del sector porque no sabemos todavía cómo va a venir el próximo año y porque la capacidad instalada que tenemos todavía no está al 100%”, sostuvo Lazo.

Además del impulso en proyecto, Lazo añadió que otro de los retos centrales es la competencia desleal de productos importados, principalmente desde China, un problema recurrente que afecta la competitividad local y limita el crecimiento del sector.
Algo similar se advierte en confecciones. La representante de la APIC, Valeria Mezarina, resaltó que uno de sus principales desafíos es la subvaluación por las importaciones, pues de 10 prendas que se venden en el mercado peruano, ocho son chinas y solo dos son nacionales por lo que se requieren políticas de protección inteligente frente al ingreso masivo de prendas importadas.
Otro punto determinante, añadió, es la inseguridad, que ha frenado la inversión en diversos distritos, obligando a los pequeños empresarios a pagar cupos para seguir operando y/o evitando que sus negocios puedan expandirse.
“Tenemos expectativas importantes, pero también preocupaciones por el próximo proceso electoral, que va a ser determinante para el sector (…) Como empresarios peruanos estamos apostando el 100% de nuestra de nuestra ganancia en la reinversión, pero necesitamos que el próximo gobierno tome acción en seguridad ciudadana y en reactivación económica”, indicó
Por el lado de textiles, Chaves de Inca Tops anticipó un 2026 mucho más conservador aún con cautela por el entorno global y el impacto del precio del dólar, que obliga a aumentar precios y limita la posibilidad de asegurar mayores volúmenes de venta.
En su caso particular, precisó que el escenario político tiene un impacto indirecto, pero reconoció qué hay empresas textiles que son mucho más vulnerables al escenario político porque dependen del consumo interno y del turismo.
Por el momento, Chaves prevé que la empresa mantendrá su nivel usual de inversiones, no se esperan expansiones significativas en ampliaciones de planta, con expectativas similares en contrataciones, pues “si el mercado responde contratamos más y sino, desgraciadamente tendríamos que ajustarnos al mercado”.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.








