
José Antonio Kast ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Chile al obtener cerca del 58% de los votos, superando —por muy amplio margen— a la comunista Jeannette Jara, quien logró alrededor del 41%. De esa manera, el vecino sureño se aleja del tinte progresista de Gabriel Boric y se dirige hacia una administración conservadora. “Vamos a tener un año duro, muy duro (...) Chile va a tener un cambio real. Vamos a sorprender”, dijo el mandatario electo en su primer discurso. ¿Qué debe hacer Perú para evitar daños colaterales?
¿Perú como país de tránsito?
Harold Forsyth, exembajador del Perú, comenta a Gestión que la victoria de Kast nos obliga a controlar el flujo migratorio en la frontera con Chile dado que el flamante presidente electo adoptó un “discurso duro” contra la inmigración irregular, especialmente dirigido a las comunidades venezolanas, haitianas e incluso, peruanas.
“Ese tipo de comentarios políticos le generó respaldo electoral, pero para el Perú fue perjudicial en su momento, porque se creó una situación conflictiva en la frontera peruano-chilena”, apunta.
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Según Kast “la emergencia no significa para nada autoritarismo” y “significa una cosa muy simple: prioridad, urgencia y cumplimiento”; y en ese contexto, para Forsyth, el Gobierno interino de José Jerí identificó a tiempo el potencial problema fronterizo, el cual parece haberse mitigado con el diálogo entre ambas cancillerías.
“Perú no asumirá el rol de receptor de población desplazada. Si Chile decide expulsar indocumentados, el camino para ellos no es el Perú. Se ha tomado conciencia rápidamente del riesgo”, reflexiona Forsyth.

El internacionalista y excanciller del Perú, Miguel Ángel Rodríguez Mackay, sostiene que aún es temprano para evaluar la real capacidad de gobierno de José Antonio Kast, debido a que la experiencia muestra que “una cosa es el discurso de campaña y otra, el ejercicio del poder”.
A su criterio, el Perú debe actuar de manera anticipada y materializar la creación de corredores humanitarios regionales —como se aplica en Europa— con la coordinación de Chile, Ecuador y Colombia.
¿Qué planea hacer Kast con los extranjeros ilegales?
José Antonio Kast asumirá la presidencia de Chile el 11 de marzo del 2026. Hasta entonces, asumirá una serie de reuniones con el mandatario saliente Gabriel Boric y otras autoridades locales y especializadas para perfilar su estrategia contra el crimen organizado y la inmigración ilegal.
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En la contienda electoral, estimó que unos 336,000 migrantes irregulares residen en Chile y les propuso “colaborar” para comprar sus boletos de avión; caso contrario, “tenemos que buscarlo y expulsarlo” y “nunca más va a entrar a suelo chileno”. Kast aseguró que “con un avión de 100 personas, se podría hacer viajes chárter de unos US$ 106,000” por cada nave. Avisó a los indocumentados que no podrán acceder a beneficios sociales y que no aplicará regularizaciones masivas.

Ante la Conferencia Política de Acción Conservadora desarrollada en Hungría, José Antonio Kast alegó que la inmigración ilegal “no es un accidente”, y es “un arma contra la libertad de los pueblos”. Señaló que la “solidaridad” golpea a los chilenos, dejando hospitales y escuelas repletas, así como ciudades sin viviendas.
Prevención diplomática antes que reacción
Rodríguez Mackay reafirma que el problema migratorio es netamente de Chile y son ellos quienes deben liderar este proceso tanto en su organización y financiamiento; y más allá de los obstáculos técnicos o logísticos, lo esencial es la voluntad política de los gobiernos involucrados.
“No me cabe la menor duda de que Kast va a abanderarse como un presidente de la lucha contra la inmigración irregular (...) Chile no puede transmitir su problema migratorio y hacer que nosotros lo hagamos propio; eso no puede pasar”, menciona.
En la misma línea, el excanciller Óscar Maurtua resalta la creación del Comité Binacional y la solidez del Perú para acoger únicamente a aquellos migrantes que cumplan estrictamente con los requisitos como “documentación en regla, contratos laborales y demás exigencias establecidas por nuestra normativa”, por lo cual descarta que Perú será encasillado como un país de tránsito.
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No obstante, Maurtua ve poco probable la implementación de un corredor terrestre por su extensión a territorios como el peruano, ecuatoriano y colombiano, y sobre un corredor aéreo, las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela también la pueden dificultar. “Es un asunto exclusivamente chileno. La posición es clara y ya hay coordinación bilateral”, apunta.
Con información de BioBioChile y BBC.








