
El Banco Central de Argentina intensificó su defensa del peso el jueves, cuando los activos del país registraron algunas de las peores pérdidas del mundo, lo que aumentó la presión sobre el gobierno del presidente Javier Milei.
El banco central del país tuvo que intervenir en el mercado de divisas por segundo día consecutivo, vendiendo una cantidad significativamente mayor de dólares para mantener el peso dentro del límite de la banda de negociación acordada con el Fondo Monetario Internacional.
Las autoridades vendieron US$ 379 millones el jueves, según un comunicado, frente a los US$ 53 millones del día anterior.
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Los inversores esperaban que las elecciones legislativas del mes próximo reforzaran el apoyo de Milei en el Congreso lo suficiente como para impulsar su agenda de reformas económicas.
Pero, con su nivel de desaprobación en alza, la economía en contracción y una serie de reveses políticos —desde escándalos de corrupción hasta la resistencia de legisladores— los operadores comenzaron a desprenderse de los activos del país.

Los bonos en dólares extendieron una caída anterior, liderando las pérdidas el jueves en los mercados emergentes. Los títulos con vencimiento en 2035 caen más de 4.5 centavos por dólar, alcanzando su nivel más bajo en casi un año, según datos compilados por Bloomberg.
La ola de ventas también golpea a la moneda, forzando al banco central a intervenir para apuntalar el peso el miércoles por primera vez desde que se establecieron bandas de flotación en abril. El peso oficial cerró en 1,474.5 por dólar en el mercado local, justo por debajo del techo de la banda.
“Nunca jamás, ahora, el día de mañana y cuando sea, va a tener algún problema en salir a responder el Banco Central a comprar esos pesos cuando se toque el techo de la banda”, dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni, a los periodistas en una conferencia de prensa el jueves.

La ola de ventas también golpea a la moneda, forzando al banco central a intervenir para apuntalar el peso el miércoles por primera vez desde que se establecieron bandas de flotación en abril.
La autoridad monetaria vendió US$ 53 millones, según su informe diario de reservas internacionales. El peso oficial se negociaba a 1,474 por dólar a las 11:50 a.m., hora local, rozando el techo de la banda.
“Nunca jamás, ahora, el día de mañana y cuando sea, va a tener algún problema en salir a responder el Banco Central a comprar esos pesos cuando se toque el techo de la banda”, dijo el vocero presidencial, Manuel Adorni, a los periodistas en una conferencia de prensa el jueves.
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Las bandas de flotación, fijadas por las autoridades argentinas en un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en abril, se expanden gradualmente un 1% al mes en ambas direcciones, divididas en incrementos diarios. El límite superior del peso para el jueves es 1,474.83, pero el sistema oficial de negociación solo permite posturas en incrementos de 50 centavos, por lo que, en la práctica, el banco central redondea la cifra.
El “doble golpe de presión cambiaria y revés legislativo” añade incertidumbre en torno al gobierno e incrementa “los riesgos de una fuerte fuga de reservas para sostener el actual esquema cambiario o de un abandono prematuro y desordenado del mismo”, señaló Juan Sola, analista de Banctrust & Co., en un informe a inversores.
Aun antes de la intervención del miércoles, Argentina venía utilizando otros instrumentos —como la venta de dólares por parte del Tesoro o contratos de futuros— para estabilizar el peso. El gobierno también restringió la demanda de dólares de los agentes de bolsa, y el regulador de valores, la CNV, reinterpretó una norma existente que les prohíbe acumular posiciones en moneda extranjera.








