
La creciente demanda internacional de litio y cobre, impulsada por la fabricación de baterías, autos eléctricos y tecnologías de energías renovables, ha colocado a países como Perú, Chile y Bolivia en el centro de una nueva “fiebre” por los minerales críticos que buscan reemplazar a los combustibles fósiles. Sin embargo, esta expansión avanza más rápido que la capacidad de los estados para regularla, según advirtió un estudio sobre Minerales de transición en América Latina, señaló Denisse Linares, líder del Programa de Sostenibilidad de DAR.
Detalló que el estudio señala que la demanda de minerales como cobre, litio, níquel o grafito podría incrementarse hasta 300% hacia 2050, debido a la aceleración de las metas climáticas y al reemplazo progresivo de combustibles fósiles por energías renovables.
En 2023, entre Chile y Perú aportaron más del 34% del cobre mundial; mientras que Chile, Argentina y Bolivia concentran más del 50% de los recursos globales de litio.
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Para Linares hay una ausencia de normas específicas, tras considerar que las ya existentes se flexibilizan. “Cada mineral requiere una norma para que sus procesos sean observados y fiscalizados. Es un desafío para las instituciones, y con estos riesgos de flexibilización, el escenario se muestra mucho más preocupante porque los ecosistemas quedan desprotegidos”, anotó.

Durante la presentación del estudio, especialistas de Terram, CEDLA, Propuesta Ciudadana y Foro Nacional por Colombia, coincidieron en que este impulso geopolítico está reconfigurando la minería regional, pero sin que los países cuenten con políticas públicas específicas para minerales críticos.
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