
Las condiciones externas continúan tornándose positivas para la economía peruana, incidiendo puntualmente sobre los términos de intercambio comercial. El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) proyectó que el índice alcanzaría los 159 puntos en el 2026, según su último reporte de inflación.
“Se espera que, en 2026, estos [los términos de intercambio] alcancen un máximo de 159, el nivel más alto desde 1950”, detallaron.
Incluso, este panorama presenta una ligera mejora respecto a su estimación previa realizada, cuando se apuntaba alcanzar los 153 puntos.
Luego de una caída de 10% en 2022, los términos de intercambio vienen creciendo sostenidamente. En 2023, anotaron un crecimiento de 7.7%; en 2024, de 12.6%; en este año sería de 13.9% (la anterior estimación era de 9.9%) y, aunque se moderaría el dinamismo en el 2026, igual se expandiría en 1.8%.
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Desde el BCRP precisaron que la evolución favorable de los términos de intercambio se sustentarían en la persistencia de los altos precios de metales y el menor precio del petróleo.
Hasta el segundo trimestre de este año, el resultado se estuvo explicando en un incremento de los precios de exportación, de más de 11%, enfocado principalmente en productos claves de la canasta exportadora peruana.
“[Los precios de exportación se sustentaron] en productos tradicionales mineros como el oro, el cobre y el zinc, y agrícolas como el café; así como de productos no tradicionales de los sectores pesquero, siderometalúrgico y químico”, detallaron.
Eduardo Jiménez, jefe del Sistema de Información de Macroconsult, explicó que este panorama ancla condiciones favorables para que la inversión privada crezca fuertemente, pero se requieren medidas complementarias para que se concreten los beneficios.
“Hace años, alrededor del 2013, se tuvieron niveles de intercambio muy altos para entonces y, como resultado de las condiciones comerciales, jalados por esos precios altos, la inversión creció fuertemente. Se espera que aquello se repita de alguna manera o, cuando menos, se sostenga hacia el próximo año. Ciertamente, no se ha traducido en un crecimiento [de la economía] como aquella vez, pero claramente la situación política complica el dinamismo. [Los actuales efectos por los niveles de intercambio] nos ayuda a no enfriarnos más de lo que deberíamos. Crecer más de 3% no es lo mejor, pero es positivo”, indicó.
Un aspecto importante a considerar es que este panorama también será el que reciba el nuevo gobierno. Jiménez subrayó que el espacio potencial de crecimiento es significativo con estas condiciones.

“Los términos son completamente ajenos a los factores políticos, es una cuestión netamente externa, pero sí pueden aprovecharse. Va a ser bueno, sin duda, para cualquier presidente que suceda a Dina Boluarte. Aprovecharlos dependerá del sesgo del partido y su prudencia frente al menos de la economía. Ojalá entremos a un escenario donde se aprovechen”, comentó.
“Los precios de metales como el cobre y el oro empujan el escenario favorable, pero este Gobierno no lo aprovechó. El nuevo también tendrá estas mejores expectativas de inversión y, con cierta tranquilidad política, se puede canalizar [que se concreten]. Inclusive, si el presidente no fuera el más amigo del mercado, las condiciones de los términos de intercambio estarán allí”, complementó.
En esta línea, desde la entidad monetaria revisaron al alza su estimado del superávit de la balanza comercial en 2025 y 2026. En junio, esperaban poco más de US$ 28.400 millones y, ahora, se alcanzarían los US$ 30.302 millones. En el 2026, este indicador se incrementaría hasta los US$ 32.390 millones.
¿Camino a incumplir el déficit fiscal?
De otro lado, la entidad monetaria estimó que el déficit fiscal sería de 2.4% de Producto Bruto Interno (PBI) en este 2025 y de 2.1% en el 2026, casi sin mostrar variaciones frente a su pronóstico de junio.
De cualquier manera, se mantiene el escenario que el Gobierno incumpliría, por tercer año consecutivo, en 2025, la regla de déficit fijada en 2.2% del PBI.

Para Jiménez, sin embargo, el panorama no se tornaría tan crítico. Es más, el economista indicó que, este año, el Gobierno podría cumplir con su meta, en un entorno donde el déficit mensual continúa cayendo y se viene gastando, cada vez menos, en inversión pública.
Hacia agosto, el resultado fue de un 2.4% del PBI, retrocediendo desde el 3.5% anotado en el 2024.
“La proyección [2025] incluye mayores pagos por regularización del Impuesto a la Renta (que incluyen el ingreso extraordinario por la venta de empresas del sector distribución eléctrica), y más pagos a cuenta de empresas asociados al impacto de los altos precios de exportación y el crecimiento del PBI del año 2024 en la obligación tributaria”, argumentaron desde el BCRP.
Ante este panorama, Jiménez mencionó que, incluso si se incumpliría, resulta positivo hacia el mercado la intención del Ministerio de Economía de Finanzas (MEF) de acercarse a la meta, cuando menos.
“Más allá de la regla, también se analiza los compromisos de acercarse o cumplirla”, anotó.

Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.








