En 1937, Santiago de Surco fue el escenario de la primera vendimia del Perú, celebración que luego se replicó en regiones como Ica, Arequipa, Moquegua y Tacna. Por aquellos años, dicho distrito limeño albergaba 47 bodegas, donde las personas asistían asiduamente para comprar los vinos que iban a degustar en sus almuerzos familiares. La mayoría de estos viñedos pertenecían a familias italianas que se habían asentado en esta parte de la capital, tras un proceso migratorio iniciado a inicios del siglo XX. Una de esas familias fueron los Ugarelli, que llegaron al Perú, tras ser contratados por el gobierno para el desarrollo del ferrocarril central. Enamorados de Surco, la familia comenzó a producir de forma artesanal vino para consumo propio. Sin embargo, en 1927 abrieron su primer viñedo. ¿Cuál fue su destino?