Una gran amiga me decía hace unos días a propósito de su mudanza a una ciudad de España: Como artista me gusta vivir aquí porque si tienes más de 40 nadie te hace sentir viejo, todos nos sentimos jóvenes, sólo que de distintas edades.
Ese concepto acerca de sentirte y mantenerte joven independientemente de la edad que tengas, me hizo pensar en los profesionales y también en las marcas que lidian con el desafío de que la sociedad o su audiencia les sentencien fecha de caducidad.
¿Cómo una marca se mantiene joven pero lleva con orgullo sus años? ¿Cómo un profesional se mantiene vigente y atractivo para ser invitado a nuevos retos y desafíos ? Miraba la primera carrera de la Fórmula 1 y creo que encontré el perfecto ejemplo para desarrollar mi respuesta. Por un lado está la F1 como tal, una competencia que se remonta a 1950 y que muy probablemente, con las disculpas del caso a los fan de Sena, Prost y Lauda, está en su mejor momento y no me refiero a los pilotos, aunque no podemos negar la brillantez de estos feroces competidores, sino a su crecimiento exponencial en el mundo gracias a un extraordinario plan de marketing.
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La F1 ha dejado de ser una competencia para convertirse en una plataforma de entretenimiento digital, de millonario merchandising, de contenido gamer, de experiencias inolvidables para fanáticos, un imán para marcas auspiciadoras y de los contenidos favoritos en las plataformas de streaming.
Para muestra dos botones Star Plus, que tiene como una de sus razones principales para conseguir suscripciones el pasar en exclusiva la Fórmula 1 y Netflix que ya va en la quinta temporada de Drive to Survive, el reality de la Fórmula 1 y uno de los contenidos favoritos en el Perú y el mundo liderando rankings de los shows más vistos.
La F1 demuestra con prolijidad y brillantez que lo digital no viene a reemplazar las experiencias físicas pero sí a potenciarlas. También es un ejercicio perfecto de omnicanalidad, esa palabra que tanto escuchamos en las organizaciones cuando quieren dar el mismo delivery de experiencia en todos sus canales de contacto con el cliente y que pocas veces funciona.
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Pero si tengo que señalar que son de las cosas que más me ha emocionado y me animó a escribir esta columna, es lo ocurrido en la primera carrera de la temporada 2023.
Fernando Alonso, uno de los corredores con más experiencia y a su vez años en la F1 sorprendió al mundo automovilístico el año pasado cuando anunciaba que era el nuevo jale de la escudería Aston Martin. Alonso viene de ser campeón mundial pero con sus 41 años era el prototipo de esas glorias que ya son llamadas a equipos menos importantes.
Una suerte de jubilación anticipada porque digamos que ya lo que te toca es aspirar a otras cosas menos ambiciosas. Afortunadamente ni Alonso ni Aston Martin tenían esa visión y en una carrera para el recuerdo, Alonso no sólo se dio el lujo de decirle” Bye bye” a su compatriota Carlos Sainz, piloto de 28 años de Ferrari mientras lo pasaba como un rayo, sino que llevó al podio a su escudería con un bien merecido tercer lugar.
Este es un mensaje importante para todos aquellos profesionales que piensan que la fecha de caducidad se las da su edad, a esas marcas que piensan que hay que pintarse las canas para aparentar juventud en vez de llevarlas bien puestas y para esas empresas que no ven que alguien con experiencia y con el hambre intacta de comerse el mundo, es de lo más valioso que podemos tener en nuestras filas.
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