Para una economía pequeña y abierta al comercio internacional como la peruana, los factores externos tienen una alta influencia sobre el crecimiento. Históricamente, los choques externos han explicado el 66% de las fluctuaciones del Producto Bruto Interno (PBI) del país, según el Consejo Fiscal. En un análisis del Instituto Peruano de Economía (IPE), compartido en exclusiva con Gestión, se menciona que en las últimas semanas, se han registrado múltiples eventos en el entorno internacional que, en el balance, indicarían que el contexto externo será favorable para la economía nacional.
Así, aunque existen riesgos asociados a las mayores tensiones geopolíticas, los vientos favorables provienen del repunte de los precios de los metales, así como de un mejor desempeño al previsto de la actividad económica de los principales socios comerciales del país.
LEA TAMBIÉN: Consejo Fiscal exhorta al MEF a “no tirar la toalla” ante déficit fiscal.
Resiliencia global
Las exportaciones peruanas están estrechamente vinculadas al desempeño de la economía global, la cual crecería 3.2% en el 2024, según las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Esta cifra es 0.3 puntos porcentuales (pp) mayor a la estimada en octubre de 2023, lo que indica su mayor resiliencia frente a las altas tasas de interés y el fin de los estímulos fiscales.
Las proyecciones de crecimiento 2024 de los principales socios comerciales del Perú han venido mejorando: la economía estadounidense crecería 2.7%, casi el doble de lo proyectado hace seis meses; y el crecimiento de China sería de 4.6%, 0.4 pp por encima de la última actualización. Por su parte, la zona euro, a pesar de recortes en sus proyecciones, continuaría creciendo tras un resultado casi nulo en el 2023.
Este crecimiento de la economía global en 2024 estaría impulsado por la recuperación de la actividad manufacturera en las principales economías.
En marzo de 2024, el indicador de actividad empresarial manufacturera de JP Morgan alcanzó su máximo nivel desde junio de 2022. Esta mejoría en los principales socios comerciales del Perú impulsará las exportaciones de cobre y otros metales, mientras que el descenso de la inflación y la robustez de los mercados laborales en estos países estimularán las exportaciones no tradicionales.
LEA TAMBIÉN: Nuevo retiro de fondos de AFP: ¿un impulso al mercado inmobiliario?
Metales al alza
En las últimas semanas, las cotizaciones internacionales de los metales que exporta el Perú han subido significativamente. Los precios del cobre superan los US$ 4.4 por libra, mientras que el oro ha llegado a un récord histórico de más de US$ 2,380 por onza. Con ello, ambos metales –que representan el 51% de las exportaciones del país– acumulan un aumento de 13.5% y 15.5% en lo que va del 2024, respectivamente.
La experiencia en el caso peruano muestra que un incremento en los precios de los principales productos de exportación puede contribuir a corregir desbalances macroeconómicos, y además derivar en mayores expectativas de crecimiento del país.
Por un lado, el aumento en los precios de los minerales tiene implicancias sobre las finanzas públicas. El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) estima que, por cada 10 puntos porcentuales de incremento en los precios de exportación, los ingresos del Gobierno general se elevan entre 0.6% y 0.7% del PBI. En esa línea, el IPE calcula que si la mejora de los precios externos se mantiene en lo que resta del 2024, podría generar alrededor de S/ 7,000 millones de recaudación fiscal adicional, brindando un soporte favorable para revertir la continua caída en los ingresos públicos.
A lo largo de las últimas décadas, los episodios de incrementos o menores caídas de los precios de exportación han permitido sostener las mejoras en las expectativas empresariales sobre el rumbo de la economía peruana. La única excepción fue entre el 2021 y 2022, cuando la confianza del sector privado fue severamente afectada por la incertidumbre regulatoria y deterioro de la gestión pública registradas en el ámbito local.
Para un país exportador de minerales como el Perú, los precios de los metales son determinantes en los retornos esperados de las inversiones en el país, debido a los altos encadenamientos que posee la minería con el resto de los sectores de la economía y a través de sus efectos sobre el ingreso nacional disponible.
De esta manera, si la reciente subida en las cotizaciones de los metales se mantiene en lo que resta del año, ello contribuiría a sostener a la confianza empresarial en el tramo optimista al que llegó al cierre del primer trimestre del 2024, luego de casi tres años de continuo pesimismo.
De acuerdo con el Índice de Condiciones Externas para la economía peruana, del IPE, la combinación de un mejor escenario de los socios comerciales y mayores precios de los metales podría sumar entre 0.3 y 0.4 pp al crecimiento promedio del PBI esperado entre el 2024 y 2025 (2.6%).
LEA TAMBIÉN: Puerto de Chancay abre el apetito de desarrolladores hoteleros en zonas aledañas.
Potenciales riesgos
Pese a que las recientes proyecciones del FMI anticipan que la economía global crecería a un ritmo de 3.2% entre el 2024 y 2025, existen una serie de riesgos que evitarían dicho escenario y generarían vientos externos menos favorables para el Perú.
Uno de ellos está asociado a las mayores tensiones geopolíticas que podrían resultar de los conflictos en Europa del Este y Medio Oriente, los cuales pueden elevar los costos del comercio internacional, y provocar subidas en los precios internacionales de alimentos, combustibles y fertilizantes.
Con un choque adverso de esta naturaleza, el FMI estima que el crecimiento global se reduciría a 2.8% en promedio entre el 2024 y 2025, escenario que restaría dinamismo a las exportaciones peruanas por la desaceleración en la demanda de socios comerciales como China y Estados Unidos.
Otro de los riesgos es que la inflación en economías avanzadas continúe en niveles superiores a las metas de sus bancos centrales, factor que elevaría las expectativas de tasas de interés globales, tal como ha venido ocurriendo en las últimas semanas.
Las repercusiones financieras de estos eventos volverían a generar presiones al alza sobre el tipo de cambio en lo que resta del año. A estos riesgos se le suma la posibilidad de que la recuperación de la economía china sea menor a la prevista ante las vulnerabilidades en el sector inmobiliario.
Frente a estos posibles escenarios, la economía peruana cuenta con una buena posición macroeconómica: altas reservas internacionales y bajos niveles de deuda pública, lo cual permitiría amortiguar episodios de turbulencia en el ámbito global.
Sin embargo, mientras los vientos externos sean favorables, el Perú no puede perder nuevamente la oportunidad de aprovecharlos para gatillar ciclos de inversiones que permitan recuperar las altas tasas de crecimiento que aseguren mejores empleos, más ingresos y menos pobreza.
Perú: Precios récord, pero con autoridades que traen incertidumbre
Teodoro Crisólogo Grández, Economista sénior del IPE
Con el reciente repunte en los precios de los metales, los vientos externos se han tornado nuevamente favorables para el crecimiento de la economía peruana. Un país como el Perú, con 3.3 millones más de pobres que antes de la pandemia, no puede seguir desaprovechando estas oportunidades para revertir los retrocesos sociales que se han registrado en los últimos años. De nada servirán precios récord del cobre y oro si nuestras autoridades siguen siendo una de las principales fuentes de constante incertidumbre por la que inversiones de gran envergadura no llegan al país.
Lea más informes del IPE en Gestión:
1) Superficie de cultivo en Perú se ampliaría en 80% con proyectos de irrigación.
2) Perú incumpliría meta fiscal por segundo año consecutivo: estas son las razones.
3) Inversión privada caería 1.5% en 2024 si no se recupera confianza empresarial.