
La declaración de este viernes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que la fase de emergencia del COVID-19 ha terminado fue en gran medida simbólica. Pero, en un giro extraño, la decisión podría tener ramificaciones para los acreedores que intentan cobrar US$ 400 millones de bonos impagos en Ciudad de México.
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