La economía peruana pasa por un mal momento por los rezagos de la conflictividad social, la incertidumbre política, la inflación, la presencia del fenómeno de El Niño, entre otros factores incluso más estructurales. Situación que ha llevado a que el PBI se contraiga 0.24% en los primeros cuatro meses del año.
El titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Alex Contreras, señaló que para mayo y junio no se espera mejoras en la economía, pero recién de cara al segundo semestre del año habría una recuperación porque se disiparán los “choques que se enfrentó”.
En medio de una economía débil, los analistas financieros y empresas consultoras revisaron sus proyecciones a la baja, y el panorama no es halagüeño: el producto bruto interno (PBI) se estancaría en el primer semestre, pero podría “recuperarse” en la segunda mitad del año. Aunque esto no será suficiente para ‘encender el acelerador’ de la economía en el 2023.
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El primer y segundo semestre bajo la lupa
Todas las voces consultadas coinciden en que la economía peruana tras un primer semestre “complicado”, tendría “mejores” resultados de cara hacia la segunda mitad del año, mientras se disipan lo factores que golpearon al inicio. Sin embargo, subrayan que hay riesgos y que la economía finalmente se desaceleraría en el 2023.
Para Diego Macera, director del Instituto Peruano de Economía (IPE), el primer semestre será bastante malo. “Nadie esperaba un primer trimestre tan malo y terminamos con casi medio punto en negativo. El segundo trimestre, lamentablemente, no luce mejor de acuerdo con las cifras preliminares”, dijo a Gestión.
El economista señaló que en el segundo trimestre habrían continuado las caídas fuertes, a un dígito, en agrícultura, construcción y manufactura. Mientras que el sector pesca continuará con una contracción a doble dígito por la suspensión de la primera temporada de pesca de anchoveta en la zona norte - centro y una baja cuota.
En un escenario como este, Macera prevé que, “con mucha suerte”, el segundo trimestre tendría un crecimiento de la producción nacional cercana al 1% y en todo el semestre el “crecimiento” sería cercano al 0%.
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Con un panorama nulo para la economía, el director de IPE confía que el segundo semestre se registrará un mayor crecimiento (de 3%). Pese a ello, para el año 2023 realizaron un ajuste a su proyección de 1.9% a 1.7%.
“Hay dos riesgos principales: el efecto del fenómeno de El Niño, sobre todo hacia final de año, y una tensión por la parte socio-política, por posibles nuevas protestas o paralizaciones”, refirió.
Destacó que las razones de una posible mejora en el segundo semestre se deben a un empuje que viene desde la minería. “Hay una expansión principalmente por Quellaveco, pero también por la normalización de algunas otras actividades que por un motivo u otro estuvieron paralizadas el año pasado. Eso debería explicar una minería que se expande a tasas cercanas al 7%”, subrayó.
También existe un impulso adicional, agregó, por los rubros comercio y servicios. “En la última parte del año, probablemente pesca ya no esté en negativo. De hecho, debería remontar parcialmente en la segunda mitad del año. Lo mismo con hidrocarburos”, acotó.
Scotiabank coincide con el IPE. La economía peruana no está teniendo un buen primer semestre del año, sin embargo, para el banco, las perspectivas del segundo semestre no inspiran confianza.
“Un ‘rebote’ decepcionante de las interrupciones (conflictos sociales) dejó mucho que desear, y ahora un espectro acecha Perú: El Niño. El fenómeno climatológico está teniendo un claro impacto en el país, concretamente en sectores primarios como la agricultura y la pesca”, apuntó un reciente informe de la entidad.
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La economía no se está recuperando en el segundo trimestre como esperaban: “es más, una sensación de la desaceleración de la economía se ha acentuado y durará un tiempo. La economía se está enfriando muy lentamente”.
Precisó que hay algunos “puntos brillantes” en la economía, como la minería (pero eso era de esperar), aunque en general el crecimiento del PBI del país para 2023 será ahora, sin duda, más bajo: corrigen sus estimaciones de 1.9% anterior a 1.4%.
Macroconsult no prevé un camino diferente para el Perú este año. Revisaron sus estimaciones y esperan un crecimiento nulo este primer semestre y un avance de solo 2% para el segundo. Con ello, ajustaron a la baja sus proyecciones para el 2023 desde 1.7% a 1%.
Los sectores están golpeados: “En el primer semestre el crecimiento será nulo porque la primera temporada de pesca no abrió; y se registrarán desaceleraciones muy importantes en el sector no primario en general, como servicio, construcción, así como una caída muy fuerte en inversión privada”, apuntó Eduardo Jiménez, jefe del sistema de información de Macroconsult.
El agro, por ejemplo, tendrá una caída de 5% este año, la manufactura no primaria también sería a la baja con 2.5% y construcción un punto hacia abajo.
El BBVA Research, por su parte, tampoco ve una ventana positiva. Prevé que tras un primer trimestre complicado (-0.4%), la actividad mejore solo tímidamente en el segundo trimestre: 0.8%. Para el segundo trimestre, tampoco se esperan cifras boyantes considerando que el banco ajustó su proyección de crecimiento del PBI para el 2023 desde 1.9% a 1.6%, con un sesgo a la baja por el fenómeno de El Niño.
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Inversión privada en negativo
La inversión privada, un indicador clave que impacta positivamente -cuando crece- en la creación de empleos, se contrajo 12% en el primer trimestre de este año. Y, la caída de importaciones ya anticipa un nuevo retroceso de dicha inversión de cara al segundo trimestre.
Jiménez, de Macroconsult, recalcó que la inversión privada este año está bastante golpeada, sobre todo en el lado minero que, según sus proyecciones, caerá un 20%. “El año pasado teníamos en construcción Quellaveco y ahora no. Lo que debemos preocuparnos es por los demás proyectos y no tenemos otro proyecto grande”, anotó.
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Empleo y pobreza
Las cifras esconden impactos que afectan directamente a la población. Un crecimiento en el año por debajo del 2% no permite la creación de puestos de trabajo de calidad. Ya diferentes analistas han comentado que un PBI que se expande a menos de 5% por año no puede absorber a los nuevos trabajadores que salen al mercado laboral cada año. La pobreza tampoco puede revertirse.
Debido al bajo crecimiento y a la inflación, el representante de Macroconsult manifestó que la pobreza monetaria este año aumentará. Cabe recordar que en el 2020 el 30.1% de peruanos estaba en condición de pobreza; en el 2021 el porcentaje fue 25.9% y en el 2022 subió a 27.5%.
“Hay una serie de factores, como la inflación, que es la capitalización en empleo, no ayuda a reducir pobreza, y no permite una mejor posibilidad en el mercado laboral”, afirmó.
Añadió que tomará varios años reducir la pobreza, asumiendo que sea un crecimiento de 2.5% anual de la economía peruana. “Hacia el 2030 no habrá ninguna reducción”, puntualizó.
El BBVA Research coincide y estima que en un contexto de bajo crecimiento, la pobreza monetaria continuará aumentando en 2023 e incluso en el 2024.
¿Se puede revertir la tendencia en el 2024?
De acuerdo con Diego Macera, de IPE, hay un tema urgente que tiene implicancias económicas que se debe resolver: el nivel de reacción al potencial de un fenómeno de El Niño moderado.
“La prioridad no es necesariamente económica, sino más social, que puede afectar mucho los niveles de producción en los sectores primarios, pero también en no primarios en la primera mitad del 2024″, dijo.
Otro punto -agregó- es que el Gobierno viene trabajando para darle más predictibilidad económica en los siguientes meses al país. No obstante, sostuvo que se debe mejorar la predictibilidad política.
“Si sucediese todo eso (reacción favorable a los impactos del fenómeno de El Niño y estabilidad política - social), con un corte optimista, deberíamos estar en un 2024 con un crecimiento de 3% o ligeramente por encima”, expresó.
En la misma línea, Eduardo Jiménez, de Macroconsult, señaló que el Gobierno debe seguir enfocado en realizar inversiones para la prevención frente a la ocurrencia del fenómeno de El Niño.