Estas tres semanas serán cruciales para los dueños de las empresas líderes de la Bolsa de Valores de Lima (BVL) pues, en junta general obligatoria anual de accionistas, deberán tomar decisiones sobre el futuro de sus negocios.
Tales evaluaciones se anticipan complicadas pues afrontan la transición de una economía que sale de la recesión, para ingresar a una fase de recuperación gradual, según recientes indicadores como importación de bienes de capital y consumo de cemento y electricidad.
En la agenda de estas juntas recopiladas por la BVL, predominan la conformación de sus directorios, la forma en que encararán un elevado endeudamiento, la necesidad de desprenderse de activos y el destino que darán las empresas a las utilidades obtenidas en años anteriores.
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Pero quizás, coinciden en señalar analistas y directores de empresas, el punto neurálgico será la decisión de retomar las inversiones que dejaron en stand by en años previos o mantenerlas en esa situación ante la incertidumbre económica y política.
¿Qué tendrán en cuenta las empresas líderes para decidir sobre sus inversiones?
En las juntas, los accionistas deberán decidir si continúan retrasando las inversiones, como lo vienen haciendo en los últimos años, o las ejecutan según el nivel de uso de su capacidad instalada, afirma Marco Antonio Zaldivar, director independiente de compañías.
“Este año veremos muchas preguntas sobre cuáles son las perspectivas de las empresas, evaluar los riesgos y los planes para que las malas situaciones no se repitan; de eso dependerá si siguen poniendo su dinero o se salen”, sostiene.
Comenta que hay cierta preocupación de los accionistas de aquellas firmas que sufrieron una rebaja o “downgrade” en su calificación crediticia, lo que golpeó la calidad de su deuda.
Asimismo, diferenciarán entre sus operaciones que agregan valor y las que no, a fin de enfocarse en las que deben aumentar y relegar las otras para conseguir eficiencia en costos, añade.
Las juntas de accionistas son consideradas el alma del gobierno corporativo, esenciales para mantener la transparencia y la base para la toma de decisiones, siendo también el centro de resolución de conflictos por excelencia de las empresas.
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Directorio
Gerardo Guzmán, socio del Área Corporativa Financiera de Rubio Leguía Normand, indica que si bien esta reunión es una obligación legal, marca un deber de diligencia concerniente a las decisiones de las empresas en medio de una economía que no se mueve al ritmo deseado (el año pasado se contrajo -0.6%).
“Las políticas de contingencia ante los niveles de deuda que atraviesan algunas empresas es un prospecto por mirar este año en las juntas, porque deben hacer provisiones por su deuda y eso afecta sus resultados”, comentó.
Otro punto preponderante en la agenda de las próximas juntas es la elección o remoción de los directores, así como modificaciones en sus dietas.
Según Guzmán, este año se podrían analizar cambios en la composición de los directorios, pues en etapas duras -como en años pasados- las empresas optan por convocar a experimentados en manejo de crisis. No obstante, ahora que la economía se encamina a recuperarse, buscarían otro perfil de directores, acotó.
Asimismo, Alejandro Gómez Saba, presidente de la Asociación Peruana de Finanzas (APEF) precisó que ahora las firmas están buscando directores independientes con una perspectiva estratégica, objetividad, experiencia y que supervisen mejor la gestión.
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Dividendos
El consenso de los ejecutivos apunta a que este año habría un menor reparto de dividendos. La distribución de utilidades a los accionistas será inferior este año, pues los beneficios generados en el 2023 fueron menores, golpeados por la recesión, argumenta Zaldivar.
Gómez Saba señala que el menor reparto de dividendos también se explicará por cierto apetito de inversión en algunas compañías de determinados sectores, frente la relativa revalorización del escenario macroeconómico y pese al entorno político.
Se podría evaluar, además, alguna alianza, fusión o proceso de incorporación de algún socio, como mecanismos de crecimiento inorgánico, añade.
En la minería, por ejemplo, los metales continúan con buenos precios y seguirían esa tendencia ante la normalización de la política monetaria de EE.UU. y la transferencia a la plataforma eléctrica de los vehículos en China, detalla. Este sector podría continuar repartiendo dividendos, acotó.
Por el contrario, el sector bancario capitalizaría las ganancias obtenidas el año pasado, pues sus clientes fueron afectados por la recesión y presentaron algunos problemas de pago, menciona Zaldivar.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.
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