(G de Gestión) Un producto de inversión con posibilidad de expandirse. El mercado del factoring tiene espacio para seguir creciendo en nuestro país, y hay muchas razones para asegurarlo. La primera es que el monto negociado, en términos de porcentaje del PBI, aún es pequeño en contraste con lo observado en otros países. En el 2023 las transacciones en el Perú alcanzaron alrededor de los S/ 38,000 millones (casi unos US$ 10,000 millones).
Si comparamos la cifra mencionada con el PBI peruano, que llega a los US$ 220,000 millones, el factoring representa como un 4%. En cambio, en Chile ese número está entre 11% y 12%; y en México, entre 8% y 9%.
Recordemos que el factoring, en sencillo, consiste en negociar facturas por ventas efectuadas a crédito a cambio de liquidez inmediata. De esa forma, el acreedor obtiene efectivo hoy en lugar de esperar a que el deudor pague en 60 o 90 días, por ejemplo.
Al ser un país, en general, con poca penetración de servicios financieros, más empresas pueden empezar a ver en el factoring una posibilidad de conseguir capital de trabajo. “Este año el monto negociado [en factoring] debería crecer no menos de 10%, suponiendo que la economía no se paralice y que [el PBI] por lo menos aumente un poco más de 1%, como ha pronosticado el MEF”, señala Ricardo Gallo, gerente general de Inandes Factor Capital. Una proyección menos optimista frente a la opinión de Alejandro Niquen, CEO de Genera Factoring y past president de la Asociación Peruana de Factoring (Apefac): “Como industria, es probable que este año, en un escenario conservador, [el monto de facturas negociadas] se eleve entre 20% y 25%, considerando que el PBI va a crecer de nuevo”, menciona.
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Niquen explica que, con un mayor desarrollo económico, se acelerará la colocación de facturas. Como consecuencia, más empresas negociarán sus derechos de cobro. Sin embargo, Matias Grunwald, CEO y fundador de Crece Capital, afirma que, con un mercado aún sin despegar, las compañías se están limitando en sus compras, por lo que la cantidad de facturas por financiar respecto a años anteriores aumentaría poco.
Grunwald estima que el monto de las que se han negociado en lo que va del 2024 se ha incrementado alrededor de 5% en comparación con el año pasado. “La penetración [del factoring] todavía es baja y va a seguir creciendo”, agrega, pese a su visión cautelosa.
Este potencial, no obstante, ha llamado la atención de dos nuevos fondos de inversión que apuestan todo en factoring (como Anka SAFI) y que entrarían a la Bolsa de Valores de Lima antes del cierre del año, reveló Julio César Plácido, jefe de Corredores y Fondos de la Bolsa de Valores de Lima (BVL), ahora Nuam Exchange.
Mercado pendiente
¿Qué más se necesita para que esta actividad se expanda? Uno de los puntos clave es que el Estado negocie sus facturas. Salvo contadas excepciones, la mayoría de las que emite el sector público no pasan por el factoring. Entonces, si uno es su proveedor, no puede conseguir capital de trabajo en un tiempo adecuado. “Si se negociaran estas facturas, posiblemente duplicaríamos el mercado”, proyecta Gallo.
El punto estaría en que la regulación deje realizar factoring a los pagadores, sean entidades del Estado, como ministerios o municipalidades. “Si no se hace ese cambio, nunca vamos a poder igualar a otras economías. Recordemos que el Estado es el principal pagador a pequeñas empresas del país”, resume Grunwald, de Crece Capital.
El factoring ¿una opción de inversión?
El factoring no solo es una herramienta para conseguir financiamiento, también es un producto de inversión para los agentes (como fondos de inversión) que deseen comprar las facturas negociadas. De ese modo, entregan liquidez a una compañía, esperando un retorno a futuro cuando el deudor realice el pago correspondiente.
Tomando en cuenta lo anterior, las family offices y los asesores de banca privada actualmente están “experimentando un cambio significativo” en sus estrategias que los está llevando a explorar productos alternativos como el factoring, anota Plácido, de la BVL. Este interés, añade, se observa particularmente en el inversionista afluente, aquel que maneja entre US$ 250,000 y US$ 1 millón.
“En el mercado local, el factoring está satisfaciendo una necesidad del público de alto patrimonio porque es una inversión de corto plazo, en moneda local y que otorga un retorno más alto que otros productos de inversión”, dice el ejecutivo. Por ejemplo, un depósito a plazo o un fondo mutuo de corto plazo ofrece una rentabilidad de entre 4% y 6% anual, mientras que el factoring paga una ganancia de entre 8% y 12% anual, destaca.
Desde Crece Capital, sin embargo, brindan una recomendación. “Las facturas son un producto riesgoso y, por lo tanto, hay que tener cuidado respecto a quiénes son sus aceptantes, qué tan alta es la incobrabilidad, qué va a pasar si un deudor decide no pagar una, cómo se van a ejecutar las acciones judiciales, entre otros. Entonces, invertir en ellas para alguien que no conoce bien el funcionamiento no es muy recomendable. Y, si lo hace, que sea lo más diversificado posible, con muchas facturas de montos pequeños y de muchos sectores”.
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¿Cuáles son los modelos de factoring?
Existen tres estructuras en el mercado del factoring. La primera es la de la empresa de capital privado que invierte su patrimonio en la adquisición de facturas. La segunda es el crowdfactoring. En este caso, la gestión de riesgos es “muy superficial” y no existe regulación. Las operaciones de crowdfactoring se desarrollan en una plataforma virtual, donde se colocan facturas, a las que se les asigna una calificación según su nivel de riesgo.
Cada una en el crowdfactoring recibe a varios inversionistas. Es decir, entre una cantidad de personas juntan el monto necesario para comprar el documento. Si la factura es por S/ 200,000, por ejemplo, dos individuos pueden aportar S/ 100,000 cada uno.
“El inversionista en crowdfactoring es una persona natural, que probablemente no tenga el conocimiento del producto como para decidir sobre comprar o no una factura, y por eso el riesgo es mayor. Por ello, la tasa de rentabilidad es más alta, de 13% hacia arriba”, indica Niquen.
En el tercer modelo, los fondos de inversión, quienes conforman el patrimonio del fondo se llaman “partícipes”. Aquí, el capital es gestionado por una sociedad administradora que tiene la instrucción de invertir en esta alternativa, y que se ciñe a un reglamento de inversión que explica cuáles son las políticas del fondo. La más importante, resalta Niquen, es la de riesgos, sección en la que se define la elegibilidad de las facturas (si se va a invertir en empresas del Perú, cómo será la concentración por sector y por moneda, entre otros aspectos).
¿Cuál es la rentabilidad del factoring?
Las rentabilidades en factoring son, como máximo, de 13%. Esto tomando en cuenta que, si se brinda un retorno mayor, probablemente el deudor de la factura no sea una empresa grande y solvente, sino una más pequeña, y el riesgo será relativamente alto. Las firmas de crowdfactoring ofrecen hasta 14% de rentabilidad, y quienes manejan fondos de inversión dan entre 8% y 10%, si son de perfil conservador. Si bien hay otros fondos que pueden dar más, esto se debe analizar con cautela.
Impacto de la rebaja de S&P
Que la agencia clasificadora S&P redujera la calificación crediticia del Perú de BBB a BBB- implica también un impacto en el mercado de factoring. Y es que el financiamiento que obtienen las empresas de factoring y los fondos de inversión podría encarecerse. La razón es que los inversionistas institucionales del exterior exigirán una tasa de retorno superior. Ya no pedirán 8%, por ejemplo, sino 10%. En consecuencia, se aplicará un mayor descuento a las facturas financiadas para poder pagar esa rentabilidad demandada, según los expertos.
En resumen, las empresas y los fondos de factoring, aunque asuman parte del encarecimiento del financiamiento que reciben, tendrán que aplicar mayores tasas de descuento a sus clientes. De esa forma, podrán pagar retornos más altos.
Dato:
- La negociación secundaria de fondos de inversión vinculados al factoring en la BVL pasó de S/ 190 millones a s/ 1,075 millones entre el 2019 y el 2023.
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