
El sistema financiero ha mostrado una evolución favorable en el año, con una recuperación en las carteras de crédito, menor nivel de incumplimiento en el pago y, sobre todo, adecuados niveles de solvencia.
La visión que se tiene es que el sistema financiero peruano está preparado para enfrentar situaciones adversas, que puedan presentarse en los próximos años, gracias a sus colchones de capital y liquidez, comentó el jefe de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), Sergio Espinosa; eventos como la turbulencia que podría generar el próximo proceso electoral.
“De alguna manera, en Perú estamos acostumbrados a los escenarios de cambio o de año electoral que pueden ser más o menos convulsos. Y en toda esta historia, el sistema financiero ha salido muy bien parado”, aseveró durante la presentación del último Informe de Estabilidad del Sistema Financiero.
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“Una prueba es lo que ha pasado desde la pandemia, se agregó un par de fenómenos climáticos en el norte y de todo eso el sistema salió sólido, como está en este momento. No creemos que esto (elecciones) pueda afectar la estabilidad del sistema financiero”, acotó.
Jorge Mogrovejo, superintendente adjunto de Banca y Microfinanzas de la SBS, sustentó esta solidez en el colchón de capital de S/40,094 millones que tiene el sistema financiero en conjunto para afrontar pérdidas no esperadas por escenarios de incertidumbre.
“Hablamos de un adicional, por encima de (lo requerido por) la regulación. Es un indicador muy bueno, lo que significa que las entidades están bastante preparadas para cualquier contingencia en el año que viene”, enfatizó.
Colchón
Edmundo Lizarzaburu, docente de la Universidad Esan, explicó que los colchones de capital son excedentes de patrimonio que las entidades financieras están obligadas a mantener por encima del mínimo regulatorio. Su función principal es absorber pérdidas inesperadas sin afectar la capacidad de la institución para operar.
Así, señaló que absorben choques negativos:Si ocurren eventos de estrés —volatilidad cambiaria, retiros masivos, morosidad por incertidumbre política— las pérdidas se cubren primero con este capital adicional, evitando quiebras o restricciones de crédito.

“Los colchones de capital y liquidez funcionan como un seguro estructural del sistema financiero. Están diseñados para absorber pérdidas, mitigar riesgos de liquidez y preservar la confianza del público, incluso en periodos de alta incertidumbre política o económica”, refirió Lizarzaburu.
Por eso, añade, cuando la SBS señala que el sistema “puede afrontar escenarios adversos”, el sustento técnico está en la robustez de estos mecanismos, que convierten al sistema financiero peruano en uno de los más sólidos de la región en términos prudenciales.
Créditos
Mogrovejo destacó el crecimiento de 3.8% anual reportado por la cartera de créditos a setiembre, contando programas de gobierno (y 5.2% anual sin programas), lo que representa un mayor dinamismo del sistema. Además, subrayó que los nuevos desembolsos han mostrado un cambio de tendencia hacia un menor nivel de incumplimiento.
Todos los portafolios han registrado crecimiento anual, los créditos de consumo lideran con 7% y las hipotecas se mantienen estables con 6.3%.
La tendencia de incremento está asociada al contexto de mejores expectativas macroeconómicas, fuerte dinamismo de la demanda interna, menores tasas de interés e inflación controlada.

Prueba de estrés
Los funcionarios presentaron los resultados del ejercicio de estrés de solvencia y liquidez, que permite evaluar la fortaleza del sistema financiero ante la hipotética materialización de shocks adversos.
En un escenario de estrés, cuya probabilidad es baja según la SBS, pues implica el escalamiento de conflictos sociales y agudización de la inestabilidad política; la confianza empresarial en tramo pesimista y posibilidad de rebajas en la calificación crediticia soberana; el sistema financiero mantendría un ratio de capital global de alrededor de 16.1%, permaneciendo por encima del mínimo regulatorio de 10%.
Si hubiera una crisis, el tipo de cambio llegaría a S/ 3.85 en 2026 y S/ 3.90 en 2027. Mientras que la inflación sería de 3.2% y 2.9%, respectivamente.
El sistema incluso mostraría una alta capacidad de resiliencia ante escenarios de estrés de liquidez severos que incluyen un crecimiento global más débil y nuevos episodios de volatilidad en los mercados financieros, rezago en el ciclo de recortes de tasas de interés y condiciones climáticas adversas.
Bajo este panorama, el tipo de cambio llegaría a S/ 4.10 en 2026 y S/ 4.15 en 2027. Mientras que la inflación sería de 3.5% y 3.2%, en cada caso.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.







