Robert Wilson (izquierda) y Paul Milgrom posan para una foto en la Universidad de Standford en Stanford, California. Foto: Andrew Brodhead / Stanford University / AFP
Robert Wilson (izquierda) y Paul Milgrom posan para una foto en la Universidad de Standford en Stanford, California. Foto: Andrew Brodhead / Stanford University / AFP

El Premio Nobel de Economía fue atribuido este lunes a los estadounidenses Paul Milgrom y Robert Wilson, dos expertos en subastas “perfectas” cuyo trabajo innovador fue utilizado en particular para la asignación de frecuencias de telecomunicaciones.

MIRA: Resultado de elecciones en EE.UU. no afectará panorama positivo para el crudo, afirma Goldman Sachs

El premio les fue otorgado por “mejorar la teoría de las subastas e inventar nuevos formatos de subasta”, en “beneficio de los vendedores, compradores y contribuyentes de todo el mundo”, dijo el jurado de la Academia Sueca de Ciencias.

¿Qué crearon?

Milgrom y Wilson, que estaban entre los favoritos para el premio de este año, crearon un concepto que se utiliza para la venta de licencias de frecuencias de telecomunicaciones en Estados Unidos. El jurado destacó que trabajaron tanto en la teoría como en la práctica.

El trabajo de los dos economistas, ambos profesores de Stanford, también se ha aplicado a los mecanismos de asignación de las franjas horarias de los aeropuertos.

Desde la venta de electricidad hasta la publicidad online, y con el objetivo de asignar los activos de la mejor manera para la economía, “las subastas son extremadamente importantes (...) estos nuevos formatos están al servicio de la sociedad en todo el mundo”, dijo el presidente del Comité del Premio, Peter Fredriksson.

Los trabajos de Milgron y Wilson “nos da una mejor comprensión de cómo deberíamos diseñar las subastas”, agregó.

Desde finales del 60

En sus trabajos, que comenzaron a finales de la década de 1960, Robert Wilson, de 83 años, demostró, entre otras cosas, que los participantes racionales en una subasta tienden a hacer una oferta inferior a la situación óptima por miedo a pagar en exceso, subrayó el jurado.

Paul Milgrom, de 72 años, --del que Wilson fue director de tesis -- formuló en los años 1980 una teoría más general sobre las subastas, que muestra que ésta genera precios más altos cuando los compradores obtienen información sobre los valores estimados de unos y otros durante la subasta, según el jurado.

Ambos usaron sus teorías para crear un nuevo modelo de subasta que fue llevado a la práctica por las autoridades estadounidenses en 1994 para vender frecuencias de radio a los operadores de telecomunicaciones, y que son aplicadas por los gobiernos de todo el mundo en el actual despliegue de las redes 5G.

En conversación telefónica con los periodistas en Estocolmo, Wilson dijo que el anuncio había sido “una noticia muy feliz”, admitiendo que a pesar de su investigación nunca había “participado en una subasta”.

Paul Milgrom, privado este año de la entrega de premios en diciembre a causa del coronavirus, explicó que ya estuvo en Estocolmo en diciembre de 1996 para dar el discurso del Nobel a William Vickrey, que ya falleció.

Para el último premio Nobel del año, oficialmente llamado “Premio del Banco de Suecia en Economía en memoria de Alfred Nobel” había varios candidatos, expertos en cuestiones como desigualdades, psicología económica, salud o mercado laboral.

Pero Milgrom y Wilson, que se repartirán casi un millón de euros (1,18 millones de dólares), estaban entre los favoritos.

En 2019, el premio se concedió a un trío de investigadores especializados en la lucha contra la pobreza, los estadounidenses Abhijit Banerjee y Michael Kremer y la franco-estadounidense Esther Duflo, la segunda mujer distinguida en la disciplina y la ganadora más joven en la historia del premio.

Palabras de la Academia

“Los galardonados en Ciencias Económicas de este año comenzaron con la teoría fundamental y luego utilizaron sus resultados en aplicaciones prácticas, que se han extendido por todo el mundo. Sus descubrimientos son de gran beneficio para la sociedad”, declaró el presidente del Comité del Premio, Peter Fredriksson.

La Academia sueca indicó que en 1994, las autoridades estadounidenses utilizaron por primera vez uno de los formatos de subasta de ambos galardonados ahora para vender frecuencias de radio a operadores de telecomunicaciones y que, desde entonces, muchos otros países han seguido su ejemplo.

La Academia sueca recordó que “en la actualidad, en las subastas cambian de manos objetos por valor de sumas astronómicas de dinero todos los días, no solo objetos domésticos, arte y antigüedades, sino también valores, minerales y energía” y que las adquisiciones públicas “también se pueden realizar como subastas”.

Utilizando la teoría de la subasta, los investigadores intentan comprender los resultados de las diferentes reglas de licitación y precios finales, el formato de subasta.

La Academia dijo que “el análisis es difícil, porque los postores se comportan estratégicamente, en base a la información disponible. Toman en consideración tanto lo que saben ellos mismos como lo que creen que saben otros postores”.

El Nobel de Economía, cuyo nombre real es Premio de Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, es el único de los seis galardones no creado en su día por el magnate sueco, sino que fue instituido en 1968 a partir de una donación a la Fundación Nobel del Banco Nacional de Suecia con motivo de su 300 aniversario.

Fuente: AFP/EFE

TE PUEDE INTERESAR