El paro laboral de las Grandes Ligas de béisbol (MLB) se ha convertido en una cuestión que gira en torno al dinero, principalmente porque podría afectar a la negociación de los derechos de transmisión por los próximos siete años.
De ese acuerdo, cifrado en US$ 1,840 millones, depende la economía de toda la industria del béisbol y ahora está supeditado a que los jugadores y los dueños de los equipos lleguen a un entendimiento.
El desacuerdo ha ocasionado el noveno paro laboral en la historia de las Grandes Ligas y el primero desde 1994. Y, por el momento, las posturas están muy alejadas, lo que se debe, también, por asuntos pecuniarios.
Los desacuerdos
Uno de los puntos de desacuerdo es el deseo de los jugadores de implementar la figura del bateador designado universal en la Liga Nacional, tal y como sucede en la Liga Americana, una medida que persigue extender la carrera de algunos deportistas.
Los propietarios se oponen a esto porque son 15 empleos más y con un alto costo en nóminas, dijo una fuente, que pidió no ser citada.
La Asociación de Jugadores también ha solicitado reducir el tiempo que los jugadores están atados a los clubes. Desde el convenio colectivo firmado en el 2011, un jugador debe cumplir 5,172 días al servicio de su equipo, unos seis años, antes de optar por la agencia libre.
El punto crítico es que esta regla ha permitido a los clubes hacer maniobras para obligar a los jugadores a extender su vínculo contractual un sétimo año.
Situación que han vivido el antesalista de los Cachorros de Chicago, Kris Bryant, en el 2015, Vladimir Guerrero Jr. y los Azulejos de Toronto en el 2019 y con Wander Franco, con losRays de Tampa Bay este año.
“Es que la vida activa del jugador es muy corta y estar atado a un empleador por seis años es mucho, ya que ellos están sacando a los jugadores con 30 años. Los retiran”, dijo la mencionada fuente.
Los jugadores también quieren revisar el arbitraje salarial, que es la vía que permite al jugador negociar su salario en función de su rendimiento, luego de cumplir tres años de servicio.
Un ejemplo de este tipo de norma lo constituye Juan Soto, quien en el 2019 llevó a los Nacionales de Washington a ganar la Serie Mundial, devengando un salario de mínimo de US$ 578,300, mientras que, tras cumplir tres años de servicio, percibió un salario de algo más de US$ 8 millones.
La MLB ofreció establecer una nómina mínima para todos los equipos por primera vez en la historia de las Grandes Ligas, para permitirles a los jugadores alcanzar la agencia libre más temprano a través de un sistema basado en la edad, a la vez que se incrementa el salario mínimo.
El draft internacional
Otro punto de disenso es la posibilidad de establecer un draft o sorteo internacional, lo que conllevaría que los jugadores de República Dominicana, Venezuela o México compitieran en un sorteo único con los de Estados Unidos.
“Nos firman 300 y solo llegan tres, imagínate si nos colocan un draft”, expresó el exjugador dominicano David Ortiz.
Los jugadores latinos ya cuentan con la experiencia que ha vivido Puerto Rico, que en 1990 fue incluido en el draft estadounidense y desde entonces la presencia de jugadores boricuas ha disminuido considerablemente.
Un mercado sin movimiento
Debido al paro, los equipos no tienen permitido firmar a jugadores, renegociar contratos e ir a arbitraje salarial o hacer canjes, lo que ha parado el mercado. Otro de los aspectos que golpea directamente a los jugadores, es que, durante esta etapa no reciben ningún tipo de remuneración por parte de los equipos.
También tienen prohibido aparecer en cualquier evento del equipo o participar en cualquier tipo de programación en cualquier transmisión o canal, incluyendo redes sociales, lo que claramente limita sus ingresos por estas vías.
La única opción que han podido encontrar los jugadores es que el paro no les impide participar en las ligas invernales de los países del Caribe, o en los circuitos minoritarios.