Escribe: Jaime Polar, gerente general de Summa Gold Corporation
El 2023 ha sido difícil para la industria minera. En los primeros meses del año, afrontamos una continua situación de riesgo ante los disturbios sociales, generados por la inestabilidad política. Aunque parece haberse moderado esta situación, con la nueva crisis política que estamos atravesando han surgido nuevos anuncios de protesta en diversas regiones hacia el cierre del 2023, para lo cual esperamos medidas que proporcionen garantías de seguridad a la ciudadanía y no se repita lo vivido en diciembre del año pasado.
Hay que reconocer al Gobierno que el esfuerzo que han realizado en el sur del país ha permitido que el denominado “corredor minero de sur” opera al 100%, a diferencia del 2022, año en el que hubo bloqueos, invasiones y hasta sabotajes a importantes operaciones mineras, afectando no solamente la labor extractiva, sino toda la cadena de valor y a muchas familias.
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No obstante, ha habido una desatención a una problemática que viene avanzando desde hace años: la extracción ilegal de minerales que hoy ejercen bandas criminales. Lo acontecido en Pataz no es el único caso. Los medios de la región La Libertad han reportado sucesivos crímenes cometidos por los ilegales que entre sus víctimas tienen a niños. Es necesario que el Ejecutivo, Legislativo y Poder Judicial tomen cartas en el asunto y atiendan esta problemática.
Una señal de compromiso será retirar de la agenda parlamentaria la propuesta de reabrir el Reinfo, que más allá de contribuir a una formalización, ha empoderado a las mafias que hoy ocupan buena parte de los territorios donde se realizaba minería artesanal.
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El 2023 también ha sido un año de expectativas respecto a las inversiones, aunque de muy pocas acciones. En Perumin, el sector minero dio una clara muestra de apertura para trabajar conjuntamente con el gobierno central en el desarrollo de inversiones públicas y privadas, ya que éstas son necesarias para atender las brechas sociales que aquejan a la ciudadanía. Aunque el Estado dio una muestra de respaldo a ello, con anuncios como la Ventanilla Única Digital para el sector minero, esta aún no se consolida y es moderada la meta trazada de inversiones para el próximo año, manteniendo postergados proyectos importantes, como es el caso de Tía María.
De cara al 2024, es imperativo revertir la recesión económica y generar confianza. Para ello es necesario dejar el discurso y entrar a la acción en medidas que contribuyan a esos objetivos, siendo una de ellas, la eliminación de la “permisomanía” (esa intención de haber impuesto a todo proyecto un sistema administrativo engorroso y lejano a lo que debe ser un Estado eficiente) debe estar acompañado de una mirada estratégica de lo que deseamos como país. Promoción de las inversiones, institucionalidad, seguridad y transparencia (considerando los recientes casos de corrupción) serán fundamentales para crear confianza. Todo un reto el que tenemos por delante.
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