¿Quién no ha escuchado, en medio de risas, frases como: “Buenos días, bonita”, “¿Por qué tan seria hoy?”, “Así no se comporta una señorita”, “¿Por qué no te maquillas?” o “Mujer al volante, peligro constante”?
Los micromachismos son formas sutiles de machismo, o incluso misoginia, que buscan afianzar la percepción de superioridad de los hombres sobre las mujeres. Las situaciones de micromachismos ocurren todos los días, a veces identificables y a veces no, y en distintos ámbitos.
“Los micromachismos son comportamientos, prácticas y estrategias cotidianas con las que se ejerce el poder de dominio masculino y que atentan en diversos grados contra la autonomía de las mujeres”, según Fundéu del BBVA.
En muchas ocasiones se perciben como actitudes de amabilidad o halagos, por esa razón cuando una mujer es víctima de esta situación, la reacción no suele ser inmediata, sino que ocurre de manera gradual. Incluso, la propia víctima de estas situaciones considera que está “sobredimensionando el asunto”.
Son situaciones que se pueden dar en la vida personal, laboral, e incluso académica. ¿Cómo erradicar esas situaciones en el trabajo? El primer paso es aprender a identificarlas en todos los niveles de la organización, y darles la importancia correspondiente.
Los micromachismos se pueden dar en todos los niveles de la empresa: en medio de una reunión, una conversación, en una presentación, etc. Pueden provenir de cualquier persona dentro de la oficina: un director, gerente, jefe, un compañero o practicante.
Algunas de las situaciones de micromachismo consisten en el uso continuado de lenguaje machista, minimizar o ignorar a las mujeres en reuniones, sobrecargarlas de las tareas menos reconocidas, justificar su ausencia en puestos ejecutivos aludiendo falta de ambición o liderazgo, hacer comentarios sobre su vida personal, etc.
Los micromachismos generan estrés, ansiedad, afectan la productividad y el desarrollo del talento dentro de la empresa. Cuando una empresa opta por implementar medidas para enfrentar los micromachismos, contribuye a generar espacios de confianza y establecen modelos de liderazgo que infunden respeto entre todos sus trabajadores.
¿Cómo enfrentar los micromachismos en el centro laboral?
La docente de Pacífico Business School, Natalia Manso, nos brinda algunas recomendaciones:
- El primer paso para combatir los micromachismos es tomar conciencia de que existen, de que son perjudiciales para sus víctimas y que tienen consecuencias para la organización, pues nos hacen perder motivación y talento.
- Las empresas deben capacitar a sus colaboradores, y sobre todo a los que están dirigiendo equipos, de que estos comportamientos contaminan el ambiente de trabajo y acaban minando el clima laboral.
- Las empresas pueden usar como voceros a hombres que muestren ante sus pares que otro tipo de comportamientos es posible y genera beneficios para hombres y mujeres.
- No toleres los micromachismos. Alza la voz no solo cuando eres el objetivo del micromachismo, sino cuando en tu presencia, se ejerce contra una colega.
- Cuando estás en una reunión donde sabes que se producirán esos comportamientos, cíñete a conversaciones de contenido profesional y evita dar información sobre tu vida privada. Si se dan las situaciones, dejemos claro que nuestro interés en esa reunión es solo de naturaleza profesional.
- Si eres hombre, contribuye a desaparecer los micromachismos. No los permitas en tu presencia, comienza y lidera el cambio.