Opción equivocada

Tercerización. Cuando Kurt Burneo fue ministro de Economía, señaló que prohibir la tercerización en el núcleo del negocio fue una mala decisión y mostró evidencias concluyentes de su impacto negativo en el mercado laboral.

De igual manera, Eduardo García, durante su breve periodo como ministro de Trabajo, señaló que al tratarse de un tema tan sensible era necesario el diálogo para hacer ajustes a la norma. Ambas declaraciones (aún cuando Burneo fue ministro de Pedro Castillo) dejaron la sensación de que el Gobierno podría revisar las prohibiciones al uso de la tercerización.

La realidad, sin embargo, va mostrando que el actual Gobierno buscará otra ruta y mantendrá contra viento y marea la prohibición.

El ministro Luis Adrianzén Ojeda fue claro durante su presentación ante el Congreso al afirmar que defenderán la legalidad del Decreto Supremo 001-2022-TR que regula la tercerización. Es más, para demostrar la seriedad de sus palabras, el ministro ha informado que se fortalecerá el equipo que acompaña la procuraduría con 10 nuevos abogados (página 2-3).

Los daños generados por los últimos bloqueos, los huaicos y el ciclón Yaku, sin duda, afectarán el empleo y en un momento en que incluso la OIT considera a la tercerización como un vehículo que permite un mayor progreso en la industrialización y especialización, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, resulta contradictorio que el Gobierno insista en dificultar su uso.

No se trata de tapar el sol con un dedo, un mecanismo como la tercerización de servicios puede generar casos de abusos y los trabajadores pueden sentirse perjudicados si se desnaturaliza la figura. Sin embargo, esos problemas deben y pueden ser corregidos con la fiscalización laboral. Lo que no debería suceder es prohibir o eliminar una valiosa herramienta por algunos casos de abusos.

La defensa de los trabajadores por parte del Gobierno debe implicar una mirada integral tanto para evitar los abusos como para generar un mayor número de empleos formales. Dificultar las opciones que tienen las empresas para contratar solo conllevará un aumento del empleo informal o el subempleo.

Nuevamente, el Ministerio de Trabajo pierde la posibilidad de fomentar el diálogo tripartito y entre empleadores y trabajadores buscan la mejor manera de regular la figura de la tercerización.

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