(Foto: Getty Images)
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La del y la consiguiente necesidad de contar con una información fiable ha hecho disparar las audiencias de los grandes medios tradicionales, lo que podría brindarles una oportunidad para salir de la crisis de confianza que les golpea.

La imparable propagación de la Covid-19 en el mundo llevó a los medios de comunicación a consagrarse casi en exclusiva a su cobertura para responder a los interrogantes de una población ansiosa por su salud y preocupada por las consecuencias económicas y sociales que acarreará la pandemia.

“Nunca habíamos tenido tanta audiencia, ni en la parte cuantitativa, ni en la cualitativa, es decir, el tiempo de lectura” en la web, afirma un portavoz de El País, el periódico generalista más leído en .

"Es una locura", añadió este portavoz, precisando que esta tendencia se da tanto entre sus lectores en España como en América Latina, donde cuenta con una edición consagrada.

El diario español El Mundo indicó por su parte que desde principios de marzo, "todos los días el tráfico en la web fue un 120% por encima de lo habitual".

Récords históricos

El día en que se produjo el primer caso de coronavirus en , las visitas a los sitios del diario Clarín “se incrementaron un 26% y las páginas vistas un 35%”, explicó su editor general, Ricardo Kirschbaum.

Y cuando el gobierno decretó la cuarentena total, "alcanzamos el récord histórico de usuarios (6.6 millones)", añadió.

"Los usuarios buscan notas explicativas, de servicios y testimoniales. Y les interesa mucho lo que está ocurriendo en otros países, sobre todo Italia, España y Francia", según Kirschbaum.

Por su parte, en la segunda semana de marzo, su compatriota La Nación "subió un promedio de 108% su audiencia digital diaria. Batimos todos los récords históricos de audiencia en continuado desde que tenemos edición digital (1995)", según su secretario de redacción, Martín Rodríguez Yebra.

También el uruguayo El País registró un aumento superior a 50% de las páginas vistas en los primeros 20 días de marzo respecto al mismo periodo del 2019.

Para Kirschbaum, "una conclusión todavía parcial de estos datos es que las audiencias recurren a las cabeceras periodísticas de probada trayectoria como Clarín, entre otros, cuando precisan información confiable, opiniones debidamente fundadas y coberturas en profundidad".

Medios vs redes sociales

Un sondeo realizado a mediados de marzo por el instituto Ipsos para el medio Axios en tiende a confirmar esta hipótesis.

Según la encuesta, alrededor de la mitad de los estadounidenses confían en los grandes medios tradicionales para obtener una información fiable sobre el coronavirus, mientras que un 74% desconfía de las redes sociales.

Frente a esta crisis, "la gente necesita confiar en la ciencia, en las autoridades públicas, en los medios. En los últimos años, políticos irresponsables socavaron de forma deliberada la confianza" en estos tres sectores, estimó en el Financial Times Yuval Noah Harari, historiador israelí y autor de la celebrada obra "Sapiens".

La BBC también registró récords de audiencia, en un momento de incertidumbre sobre su futuro, puesto que el gobierno de Boris Johnson acusó al ente público británico de parcialidad y amenaza con poner fin a su histórico sistema de financiación basado en un impuesto audiovisual.

Frenar o propagar ‘fake news’

"Es un momento importante para los medios", confirma el historiador francés Patrick Eveno. "Tienen que demostrar que están al servicio del público, con informaciones fiables y seleccionar" los datos pertinentes, dijo.

Eveno opina incluso que si bien la crisis económica consecuente a la pandemia podría asestar un golpe mortal al formato papel de los diarios, "los medios que sean considerados fiables podrían ver cómo se multiplican sus suscripciones digitales".

Paralelamente, la prensa tradicional está contribuyendo a frenar la expansión de las "fake news" sobre el coronavirus, algunas ya populares como el falso dato de que el virus que emergió en China fue creado por el prestigioso Instituto Pasteur.

Pero también otros medios retomaron informaciones falsas, como el tabloide Daily Mail en el Reino Unido, que aseguró que el virus contagió inicialmente a una persona que había tomado una sopa de murciélago en China.