Los fabricantes de chocolate se enfrentan a un ultimátum: o apoyan un plan polémico para subir el salario de los agricultores pobres, o corren el riesgo de un cese de los programas que los consumidores, conscientes de la sostenibilidad, exigen cada vez más.
Costa de Marfil y Ghana, de África occidental, donde se cultiva más del 60% del cacao del mundo, han mostrado su frustración por la lenta ejecución de una estrategia adoptada en julio para aplicar una prima de US$ 400 por tonelada para mejorar los salarios de los productores. Esta semana, han amenazado con suspender los programas de los que dependen los fabricantes de chocolate para certificar que sus granos no se cultivan en bosques protegidos o con trabajo forzado infantil.
Los fabricantes de chocolate no pueden afirmar que están obteniendo cacao de manera sostenible y, al mismo tiempo, retener su apoyo a un plan que mejorará considerablemente los medios de vida de los pequeños productores, dijo Yves Kone, director del regulador de la industria de Costa de Marfil, Le Conseil du Café-Cacao, conocido como CCC. Los programas de sostenibilidad solo se centran en un pequeño número de agricultores, mientras que el nuevo mecanismo de precios beneficiará a todos los productores, según la CCC.
“No podemos pretender que estamos trabajando con los agricultores, invirtiendo en sostenibilidad y negándonos a pagar al agricultor”, dijo Kone a los medios el viernes en Abidján, un polo para el comercio. “La sostenibilidad también es el pago a los agricultores y trabajar juntos”.
Garantía de ingresos
El plan de precios de Costa de Marfil y Ghana tiene por objetivo aumentar el precio medio del cacao a partir de octubre próximo a al menos US$ 2,600 la tonelada, de los cuales los agricultores recibirán un pago de alrededor del 70% después de deducir los costes. Los futuros de cacao de Nueva York para entrega en diciembre han registrado una media de US$ 2,373 la tonelada en lo que va de año.
Los analistas se preguntan si el plan funcionará porque las compañías no pueden cubrir la prima. El incentivo de mayores ingresos también tentará a los agricultores a producir más de lo que el mercado pueda necesitar, a menudo en áreas protegidas, y desestabilizará aún más los precios.
Costa de Marfil tenía 16 millones de hectáreas de bosques en 1960, pero esa cifra se había reducido a 3 millones de hectáreas en el 2018. Ghana está perdiendo sus bosques a un ritmo más rápido que cualquier otro país del mundo, según Global Forest Watch.
“El problema aquí es que van a alentar una mayor producción del tipo malo”, dijo Edward George, experto independiente en cacao. “Existe un peligro real de sobreproducción y también de producción insostenible y perjudicial”.
Sin los programas de sostenibilidad, las marcas de chocolate no pueden garantizar que el cacao que compran no afecta las áreas protegidas y se cultiva sin trabajo infantil, dijo Sergey Chetvertakov, analista del sector de agronegocios de IHS Markit. “Los consumidores exigen tales afirmaciones”.