La ciudad de Nueva York inauguró este jueves, en la Semana de la Tierra, una serie de hoteles y búnkeres para abejas nativas en riesgo en plazas públicas y calles, donde contarán con vegetación para su alimentación y otros polinizadores.
Ydanis Rodríguez, secretario del Departamento de Transporte de la ciudad, agencia a cargo del Proyecto Puerto Polinizador, indicó que además de crear un hábitat, la iniciativa incluirá investigaciones sobre el movimiento y comportamiento de las abejas.
Destacó que según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), las abejas son esenciales para el planeta y son una parte crucial de la biodiversidad necesaria para sustentar la vida.
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Las abejas tienen menos hábitats en las zonas urbanas y, a menudo, vuelan largas distancias entre los espacios verdes de las ciudades.
Rodríguez explicó que estos ‘hogares para abejas’ tendrán conexiones con otros espacios verdes y atraerán a las abejas cosquilleras, una pequeña especie nativa que rara vez pica, de acuerdo con un comunicado.
“Nuestras calles abiertas y plazas públicas siempre han estado llenas de actividad, pero este año serán el punto culminante”, indicó Rodríguez, que presentó hoy el proyecto junto a la Sociedad de Horticultura de Nueva York y la Universidad de Rutgers (de Nueva Jersey).
La Sociedad de Horticultura y el Departamento de Transporte están cambiando muchas de las plantas que hay en plazas públicas y calles a plantas perennes, incluidas una gran cantidad de plantas nativas y polinizadoras.
Por su parte, Kimberly N. Russell, profesora en el Departamento de Ecología, Evolución y Recursos Naturales en la Universidad de Rutgers, que hará la investigación, indicó que la mayoría de las especies de abejas no pueden vivir en colmenas y “por eso necesitamos darles otros materiales para construir sus hogares”.
Las etapas iniciales de este proyecto han consistido en utilizar la ciencia para diseñar hábitats con la mayor probabilidad de éxito, destacó.
“Nuestra esperanza es que estos puertos polinizadores conecten espacios verdes, brindando a las abejas los recursos que necesitan para moverse por la ciudad y polinizar nuestras flores”, señaló.
Los ‘hoteles para abejas’ se parecen a pajareras llenas de materiales naturales como juncos y bambú, que sirven como ‘habitaciones’, donde las hembras construyen sus nidos y ponen sus huevos.
Durante el invierno, las larvas en desarrollo se mantienen seguras y confortables hasta que estén listas para emerger en la primavera.
Las abejas excavadoras tienden a permanecer cerca de su hábitat y normalmente buscan alimento dentro de tres o cuatro cuadras de donde viven; son dóciles y rara vez pican. Los búnkeres se colocarán dentro de jardineras existentes para minimizar las interacciones con las personas.
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