Argentina busca imponer un nuevo impuesto a los productores de litio y obligarlos a retener parte de la producción para proyectos nacionales de baterías.
Las autoridades provinciales y federales quieren aprovechar los beneficios de las empresas de litio con un impuesto anual que se destinaría a la construcción de infraestructura. También proponen dejar una cuota de hasta el 20% de la producción para proyectos nacionales de baterías.
Los dirigentes argentinos quieren evitar otra maldición de los recursos naturales en una región que lleva siglos extrayendo materias primas sin dejar de ser relativamente pobre. Los impuestos y la intervención en las exportaciones han frenado la agricultura y el shale, otras de las importantes industrias argentinas de materias primas.
Los gobernadores de las principales provincias argentinas productoras de litio —Jujuy, Salta y Catamarca— se reunieron el jueves con la subsecretaria de Minería, Fernanda Ávila para discutir las medidas, según un comunicado de la oficina de Ávila. La cuota se discutiría con cada productor, en lugar de ser una política general, se informó desde su oficina.
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La nación sudamericana es el productor de litio de más rápido crecimiento en el mundo, un componente clave de las baterías necesarias para la transición mundial hacia una energía más limpia. Inversores desde el Reino Unido hasta Corea del Sur han acudido en masa a Argentina, sorteando obstáculos en Chile y Bolivia, vecinos de Argentina en el llamado triángulo del litio de Sudamérica.
Cualquier propuesta podría ser rápidamente descartada con un cambio de Gobierno. Los argentinos irán a las urnas el 22 de octubre para elegir presidente. Los candidatos de la oposición Javier Milei y Patricia Bullrich, que se impusieron en las elecciones primaria del mes pasado, prometen desregular la economía.
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