
Pocas cosas me motivan más que ayudar a las personas a mirar las cosas desde otras perspectivas, especialmente cuando se trata de ayudarlos a cambiar de mentalidad y paradigmas vinculados al mundo del trabajo. Disfruto acompañarlas a dejar atrás creencias que pueden ya no ser vigentes o que incluso resultan dañinas para sus carreras profesionales.
¿A que paradigmas me refiero? Cuando trabajamos con profesionales y ejecutivos en sus procesos de coaching ejecutivo o de transición laboral, encontramos que muchos aún sostienen creencias tradicionales como: “si hago bien mi trabajo, nada cambiará” o “con tantos años en esta organización, puedo sentirme seguro”.
Así, el desafío es ayudarlos a adaptarse al reto de gestionar su carrera como su principal y mejor negocio propio, un negocio que depende en gran medida de cómo se administra y del nivel de decisión, estrategia y actitud emprendedora que se le pone.
En este contexto, donde el negocio consiste en vender nuestros servicios profesionales, a muchos les cuesta salir a ofrecerlos, ya sea dentro o fuera de la organización, según sea el caso. Y eso porque creen que deben salir a “venderse a sí mismos”. ¡Y nada más lejos de eso! Pero los entiendo: la sola idea de “salir a venderse” es aterradora.
Es más, cuando escucho esa expresión “salir a venderse”, siempre intento —con amabilidad y tacto— corregir a quien lo dice. Uno no está a la venta, les aclaro. Lo que vendemos son los resultados de nuestro trabajo. Vendemos nuestros servicios que generan logros, experiencia que aporta valor real y concreto, destrezas, competencias y habilidades que producen ideas, fórmulas de hacer mejor las cosas, crecimiento, ahorros, seguridad o cualquier otro impacto que nuestro trabajo permita según nuestra especialidad.
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¿Por qué a algunos les cuesta tanto la idea de vender sus servicios? Creo que es porque no han sido formados para verse como empresarios de su propia carrera. El sistema educativo tradicional y el antiguo paradigma del trabajo dependiente enseñaron a encajar en organizaciones, no a gestionar su propia carrera y vigencia profesional. El resultado es evidente: a muchos profesionales les cuesta comunicar su valor, hablar de sus logros, cuantificar sus resultados y, especialmente, asumir la responsabilidad de promover su propio crecimiento, vigencia y relevancia en el mercado.
Hoy, cada profesional es dueño de su carrera, esté en planilla o no, trabaje de manera formal o informal, emita recibos o facturas. La forma de pago no es lo relevante; lo es la actitud y la conciencia de nuestro rol activo en la permanente generación de demanda para nuestros servicios, estemos trabajando o en transición. Sin demanda, no hay negocio, no hay empresa y no hay carrera ni futuro profesional.
Esa demanda depende de nuestra actitud, reputación, resultados, manejo de la tecnología y de la calidad con loa que brindemos nuestros servicios. Solo esa demanda garantizará un alto nivel de empleabilidad y un futuro profesional con crecimiento, relevancia y vigencia sostenible en el tiempo.
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La empleabilidad como activo que se gestiona
Para comercializar exitosamente nuestros servicios, el primero paso es tener claridad sobre cuáles son, qué atributos y beneficios ofrecen, a quién ayudan y qué valor diferencial aportan. Luego, comunicarlos con claridad, una vez bien identificado quién es nuestro comprador, cuáles son sus necesidades, retos, prioridades y oportunidades. Lo que significa investigar a fondo a las empresas, organizaciones y personas para entender qué podemos hacer por ellas y, ojalá, hacerlo mejor que nadie.
Nuestra empleabilidad es un activo dinámico, depende de nuestra actitud, reputación, la vigencia profesional y la capacidad de ofrecer servicios relevantes. Es nuestra responsabilidad mantener la calidad de nuestros servicios en un nivel TOP1. Entender que somos empresarios de nuestra propia carrera es el primer paso —y quizás el más urgente— para no quedar fuera del mercado.

Presidenta LHH DBM Perú & LHH Chile y autora de Usted S. A. (21 ediciones). Ha figurado en el top 15 Merco durante 8 años consecutivos. También es LinkedIn Top Voice, speaker, directora de empresas y ONG, y presidente de The SafeStorage Co.








