Rusia se retiró del “pacto del grano”, que se concertó por las Naciones Unidas, que permitió los envíos de granos desde Ucrania por el mar Negro a pesar de la guerra. Tras ello, los precios del trigo en los mercados mundiales de materias primas subieron el lunes 31 de octubre.
Los futuros de trigo en la Bolsa de Comercio de Chicago pasaron de niveles de US$ 8.29 (cierre del viernes) a US$ 8.78 el bushel. El maíz es otro commodity que vio aumentos en su cotización.
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Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research, señaló que habría una reacción en los precios locales, en particular de productos como el pan, pero cuya magnitud dependería de qué tan sostenible es el aumento de las cotizaciones internacionales de los grano (trigo).
Destacó que, si bien ha habido un fuerte incremento por la mañana del lunes, luego empezó a bajar en el transcurso del día.
“Si se mantiene este acotado aumento (respecto al pasado viernes) y los precios en estos niveles, el impacto no debería ser tan fuerte. Sin embargo, esta es solo una reacción inicial, y el panorama aún es incierto, pues no se sabe cómo seguirá actuando Rusia. Lo que se espera por ahora es que haya presiones en el precio en los siguientes días, pero todavía queda por ver si serán incrementos moderados o significativos. De detenerse los envíos (de trigo), el impacto en los precios locales sí sería sensible. Es un factor de riesgo”, apuntó.
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En el mismo sentido, Marco Contreras, head de Research de Kallpa SAB, señaló que estos aumentos sí tendrán impacto en los precios locales, pero que sería acotado pues la variación, por ahora, no ha sido dramática, si se tienen en cuenta los picos que tuvo el commodity en marzo o, incluso, los de octubre.
Explicó, sin embargo, existe la posibilidad de que las cotizaciones del trigo continúen al alza en los siguientes días o semanas. De ser ese el caso, ya se tendría que analizar cómo impactaría ello en la trayectoria de inflación, y de bienes como el pan y harinas.
“El trigo es importante para nuestra canasta básica, por lo que movimientos hacia arriba en sus cotizaciones tendrían un impacto que probablemente se refleje recién a fines de noviembre o diciembre. No obstante, el aumento no es tan relevante como para que se tengan que corregir las proyecciones de inflación, o que influya en las expectativas (a doce meses) que hay sobre este indicador. Un aumento sostenido por semanas, por otro lado, ya sería un escenario que nos impactaría directamente”, señaló.
El economista del BBVA Research señaló también que, de mantenerse el aumento moderado en los precios del trigo, es una posibilidad que empresas locales prefieran no transmitir el mayor costo de insumos hacia el consumidor final.
“Empresas preferirían ajustar márgenes a la espera de una normalización de la situación. Esta estrategia la han hecho ya cuando los precios de los granos repuntaron, pues no hubo transmisión total hacia el cliente final. Sin embargo, también se tiene en consideración que esos márgenes ya están bastante presionados, por lo que quizá sea más compleja esta figura”, indicó.
En corto
Rusia suspendió su participación en el acuerdo de granos, que iba a expirar el 19 de noviembre y con posibilidad de que se prolongue, el 29 de octubre. Esto pasó luego de que se denunció un ataque terrorista con aviones no tripulados por parte de las fuerzas armadas ucranianas en su flota del mar Negro.
Sin embargo, Ucrania ha acusado a Rusia de inventar “ataques terroristas ficticios” en sus propias instalaciones en Crimea.
Al respecto, el jefe de diplomacia europea, Josep Borrell, señaló que la decisión de Rusia pone en peligro la principal vía de exportación de granos necesaria para responder a la crisis alimentaria mundial.
Russia’s suspension of its participation in @UN Black Sea Grain Initiative obstructs export of much needed grain to address the global food crisis. EU urges Russia to reverse its decision & supports UNSG call for extension of the initiative beyond November https://t.co/U0sYNqaGmQ
— Josep Borrell Fontelles (@JosepBorrellF) October 31, 2022
Dato
- La inflación subyacente explica el 56% de la inflación total; la de alimentos, el 38%, y la de energía, el 6% restante, según Credicorp Capital.