La renovada postura de línea dura de la Reserva Federal está empujando a los inversores a analizar cómo podría afectar a la renta variable estadounidense un régimen de tasas de interés “más altas por más tiempo”. Algunos creen que les espera un largo camino.
Aunque las acciones han subido en períodos en los que las tasas se situaban en torno a los niveles actuales, a algunos inversores les preocupa que la combinación de rendimientos de los bonos altos y una inflación persistente sea un mal presagio para los retornos de la renta variable si la Fed sigue adelante con el mensaje de subidas de tasas más altas y potencialmente más rápidas que el presidente Jerome Powell lanzó esta semana.
Jonathan Golub, director gerente de Credit Suisse, se encuentra entre los que tienen una perspectiva sombría para la renta variable. Describe un entorno en el que la persistente inflación encoge los márgenes de ganancia de las empresas y los inversores desdeñan las acciones en favor de los bonos del Tesoro y otra deuda a corto plazo, mientras los rendimientos están en sus niveles más altos en casi dos décadas para algunos vencimientos.
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“Un rendimiento (del Tesoro) a seis meses garantizado en la práctica en el 5.25% cambia la dinámica para los inversores cuando el mercado de valores parece inestable”, dijo.
“Tendríamos que obtener rendimientos ajustados al riesgo en renta variable de al menos 1 ó 2 puntos porcentuales más que eso, por lo que en ese entorno las acciones no merecen la pena y son dinero muerto”.
Golub espera que el S&P 500 termine el año cerca de los 4,050 puntos, aproximadamente un 1.5% por encima de su nivel actual, y que ofrezca rendimientos anuales de un solo dígito hasta al menos 2025, ya que la inflación cae más gradualmente de lo que muchos inversores esperan.
Un estancamiento de los rendimientos de la renta variable estadounidense supondría un duro revés para los inversores que obtuvieron ganancias anuales del 16% o más en el S&P 500 en cuatro de los seis años que finalizaron en 2022, cuando las tasas de interés se hundieron a mínimos históricos en 2020.
Por supuesto, no hay garantía de que nos espere un entorno así.
Los inversores seguirán de cerca los datos de empleo de Estados Unidos del viernes y el informe de precios al consumo de la próxima semana, que Powell dijo esta semana que serán factores clave para determinar si el banco central tendrá que volver a las subidas de tasas a gran escala que sacudieron los mercados el año pasado.
Por el momento, los mercados están valorando en casi un 75% la probabilidad de que la Fed suba las tasas 50 puntos básicos en su reunión del 22 de marzo, a una horquilla de entre el 5.00% y el 5.25%, frente al 9% de hace un mes.
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También ha cambiado la expectativa para la subida de tasas de la Reserva Federal: los inversores ven ahora un 56% de probabilidades de que el banco central los sitúe en el 5,75% y un 32% de que las eleve al 6%.
Las valoraciones de la renta variable, por su parte, parecen exageradas ante la probabilidad de que las tasas se mantengan elevados, lo que mermaría las rentabilidades futuras, escribía Nicholas Colas, cofundador de DataTrek Research, en un informe de esta semana.
“El S&P 500 cotiza a 17,5 veces las ganancias futuros a 12 meses previstos por los analistas de Wall Street, lo que nos sigue pareciendo demasiado elevado dada la incertidumbre en torno a la política de tasas y el crecimiento económico”, afirmó. “Por tanto, mantenemos la cautela sobre la renta variable estadounidense”.
Aun así, las acciones han logrado mantener sus ganancias en lo que va de año, a pesar del aumento de los rendimientos de los bonos, con el S&P 500 subiendo un 4% y el Nasdaq Composite casi un 11%. Algunos inversores creen que los mercados seguirán subiendo.
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“Todavía se puede ganar dinero con las acciones, pero hay que estar en el segmento adecuado”, afirmó Nancy Tengler, presidenta ejecutiva y directora de inversiones de Laffer Tengler Investments, en una nota reciente. “Así que los cíclicos van bien en este entorno concreto, y en eso nos centramos”.
Sin embargo, Max Wasserman, gestor sénior de carteras de Miramar Capital, cree que la Reserva Federal tiene que subir las tasas otros 100 puntos básicos para domar la inflación, lo que generará un entorno que probablemente será poco propicio para las acciones estadounidenses.
Wasserman se centra en acciones que pagan dividendos y bonos, que en su opinión ofrecen rendimientos más atractivos a corto plazo, dado que las valoraciones siguen siendo elevadas.
No espera que el mercado de renta variable experimente un repunte sostenido hasta que la Fed empiece a recortar las tasas en el segundo semestre de 2024.
“Ya no hay que taparse la nariz e invertir en acciones porque no haya otra alternativa”, dijo.
Fuente: Reuters