Los trabajadores cuentan los últimos días en que pueden disponer libremente de sus ahorros de Compensación por Tiempo de Servicios (CTS).
Esta facilidad caducará al cierre de año y desde el 1 de enero del 2025 las entidades financieras pondrán nuevamente candado a estos fondos cuyo fin original es el de proteger al trabajador y a sus familiares de un eventual cese laboral.
La esencia de la CTS se desvirtuó desde mediados del 2021, cuando los congresistas emitieron la norma que permitió el retiro de hasta el 100% de esas cuentas para afrontar la crisis económica originada por la pandemia. Esta licencia, sin embargo, fue renovada en los tres siguientes años, cuando, según autoridades como la SBS y BCRP, ya no había necesidad de esa prórroga pues los efectos más nocivos de la emergencia sanitaria quedaron atrás.
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¿En cuánto se redujo la CTS de los trabajadores?
La vía libre para que los trabajadores dispusieran de esos recursos provocó que ingentes montos salieran de las cuentas CTS, cuyo saldo se redujo en S/ 13,369 millones, o en 61%, al pasar de S/ 21,824 millones en febrero del 2021 a S/ 8,455 millones en octubre último, según datos del instituto emisor.
Se cumplió cabalmente, entonces, el axioma de que ante una decisión intertemporal, los agentes económicos tienden a preferir el consumo presente sobre el gasto futuro, principio que está ampliamente documentado en la literatura de las ciencias sociales y que lleva a los estados a decretar, por ejemplo, la obligatoriedad del ahorro jubilatorio.
Más aún, ante las sucesivas liberaciones de la CTS, ahorros precautorios por naturaleza, se masificó entre las personas la percepción de que estos depósitos son un complemento o parte de su salario, según el docente del programa especializado en finanzas de la Universidad de Piura, Yang Chang.
Tan intensivo fue el uso de esos recursos que hoy, tras cuatro años de continua disponibilidad autorizada por leyes del Congreso, más del 90% de los titulares de CTS tienen menos de S/12,190 en esas cuentas, de acuerdo con estadísticas de la SBS.
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Un dato inquietante sobre la CTS
Incluso el gerente central de negocios de Caja Cusco, Walter Rojas, revela una cifra inquietante: casi el 80% de los depositantes de CTS tiene apenas el monto mínimo para que esa cuenta no sea cancelada que, dependiendo de cada institución financiera, oscila entre S/ 5 y S/ 20.
Quienes retiraron necesitaban los fondos y solo un 10% de los usuarios de esas cuentas en el sistema financiero no tocaron la CTS y prefirieron quedarse para obtener rentabilidad, considerando las altas tasas de interés con las que hasta ahora se remuneran esas cuentas, de 6% a 7%, agrega.
Chang indica que los que no utilizaron ese dinero en los últimos cuatro años son los de ingresos altos, que no requieren liquidarlos de inmediato.
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¿Qué está pasando con los depósitos en diciembre?
En este diciembre, a puertas de la vuelta a la intangibilidad de la CTS, se ha observado un flujo de retiros ligeramente superior al de meses anteriores, aunque los montos están muy por debajo de los verificados un año atrás, afirma el gerente de finanzas de Financiera Confianza, Víctor Blas.
“Esto se debe principalmente a que los saldos disponibles para retirar son considerablemente menores en comparación con los de diciembre pasado”, añade al aludir a las salidas constantes en años previos.
Distingue dos perfiles de depositantes: “Aquellos que ya han incorporado la CTS como parte de su flujo mensual, habiendo realizado la mayor parte de sus retiros en noviembre. Y aquellos que mantienen sus saldos de CTS como un ahorro para emergencias o un seguro frente al desempleo”.
En ese segundo grupo, Blas nota un incremento de los retiros durante este mes, probablemente relacionado con un aumento en los gastos propios de las fiestas de fin de año.
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¿A qué destinaron la CTS los trabajadores?
Los peruanos que tienen este tipo de depósitos –un quinto de la Población Económicamente Activa o PEA, según Chang- los usaron en mayor medida en consumo.
Rojas, de Caja Cusco, estima que casi la mitad del dinero retirado fue a cubrir gastos, un 30% a pago de deudas con el sistema financiero y el resto se derivó a alternativas para rentabilizar esos fondos, como las cuentas a plazo fijo u otras inversiones.
No siendo el objetivo último de la CTS, su disponibilidad ayudó a la recuperación económica y a soportar “las tormentas” del 2023, un año recesivo, manifiesta Chang.
Además, sirvió para saldar deudas con la banca, sobre todo aquellas costosas como las que se contraen con tarjetas de crédito, o las esenciales, como los préstamos hipotecarios que permiten el acceso a la vivienda, sostiene. Los recursos retirados ayudaron a mantener la cadena de pagos, complementa.
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El candado a la CTS
Pero los empleados ya no podrán echar mano de estos ahorros, pues con el advenimiento del 2025 volverá a regir la norma que establece que solo será posible disponer del excedente del monto equivalente a cuatro remuneraciones en la cuenta CTS. Esta restricción, a la luz de lo que hoy tienen los trabajadores en estos depósitos, será insalvable para la gran mayoría de trabajadores.
Las entidades prestamistas sintieron los rigores de los retiros de CTS en sus balances. Walter Rojas, de Caja Cusco, dice que las salidas fueron fuertes particularmente en las microfinancieras. Ante la menor cuantía de la CTS –que son depósitos de largo plazo-, estas tuvieron que buscar ese tipo de fondos en cuentas a plazo fijo de tres años a fin de mantener un adecuado calce con sus activos (créditos).
Estas dificultades aminorarían con el retorno de la intangibilidad de la CTS, añade.
¿Para quiénes habrá ajustón tras el candado a la CTS?
Chang, de la Universidad de Piura, advierte que el reinicio de la restricción para acceder a estos recursos, a partir del 2025, puede ser un “choque” para las personas que los consideraban como parte de sus ingresos –con los que sufragaban sus gastos corrientes.
Este impacto será mayor para los trabajadores con salarios medios y bajos, que solían agotar sus fondos de CTS para atender sus gastos pero que ahora, al no poder usar esos ahorros, “deberán ajustarse los cinturones; en ellos tendrá que haber un ajustón”, sostiene.
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