La pandemia del coronavirus ha cambiado los hábitos del consumo de pan entre los peruanos. La compra se elevó durante los meses de mayor confinamiento el año pasado y ahora ha regresado a niveles similares a los de 2019, pero con una preferencia marcada por los panes de alto contenido nutritivo.
Pío Pantoja, presidente de la Asociación de Panaderos del Perú (Aspan), resalta que a raíz del COVID-19 el público se preocupa mucho más por su salud y “se fija más en la calidad que en el precio”. Por esta razón, prefiere panes con harina o ingredientes de kiwicha, quinua, alverja, sangrecita, ajonjolí, linaza, entre otros alimentos que convierten estos panes en altamente nutritivos.
“La gente los reconoce y sabe pagar por estos panes, porque son cada vez más solicitados a pesar de que su precio es más alto”, dijo a gestión.pe. En promedio suelen costar al menos 30% o 40% más que el pan convencional.
Así, el kilogramo de pan convencional (francés, italiano, ciabatta) se comercializa a S/ 7 en promedio, mientras que el pan enriquecido cuesta entre S/ 10 y S/ 11 el kg, detalló. “Incluso en algunos supermercados pueden venderse estos panes a S/ 28 o S/ 30 el kg”, agregó Pantoja.
En el mercado, los panes enriquecidos ya representan el 30% de los panes que consumen los peruanos, según estimaciones de Aspan, y podrían alcanzar una participación del 40% al cierre del año.
En general, las ventas de pan se encuentran en niveles similares a los de 2019, tras haberse incrementado en 20% el año pasado. Para este año, Pío Pantoja estima que el consumo per cápita pasará subirá a S/ 45 kg, tras haber cerrado en S/ 42 kg en el 2020. “En el verano el consumo ha sido solo ligeramente superior al de 2019, pero en invierno se elevaría”, acotó.
En cambio, los ingresos por snacks y pastelería se han contraído en más del 50% desde que empezó la pandemia. Por una parte, el consumo en los locales de las panaderías se ha vuelto mínimo; y por otra, la compra de tortas ha caído de forma contundente, pues las fiestas y reuniones se encuentran prohibidas, o se han vuelto mucho más pequeñas y familiares.
Se elevan costos
Por otro lado, el dirigente del gremio señaló que las panaderías atraviesan una situación difícil, pues los costos de producción son 30% más altos que en el 2019, mientras que el precio de venta del pan apenas sí ha experimentado un alza de menos de 1%.
En parte este encarecimiento de los costos de producción se debe al aumento de las tarifas de luz y del precio del gas, señaló, además del aumento de los precios internacionales del trigo. Según sostiene, el precio de la harina que se importa ha subido casi 40% en los últimos tres meses, lo que podría agravarse con la reciente alza del precio del dólar.
“Los colegas panaderos están muy preocupados por el alza de los insumos que ha empezado hace meses. La estructura de costos se ha roto y hay una diferencia de más del 30%. Si los costos han subido 30% y el precio del pan ha subido 0.23% en este periodo, estamos perdiendo”, expresó Pantoja.
Una de las alternativas que plantea para reducir las tarifas eléctricas es permitir la competencia entre los proveedores, pues así las empresas podrían elegir la opción que les brinde mejores condiciones.