(G de Gestión) ¿Hay alguna fórmula para hallar equilibrio entre trabajo y vida? O, mejor aún, ¿quieren los CEO encontrar ese equilibrio? Partamos de que cada gerente general tiene un concepto diferente de lo que es trabajar y del tiempo libre; dependerá de su edad y de sus metas, además de la presión frente a sus accionistas. No es lo mismo un CEO controlador frente a uno que delega; tampoco es igual cuando hablamos de un alto ejecutivo de la generación X y de un millennial. Y están aquellos que lideran una empresa de 100 personas y los que gerencian una de más de 1,000.
La CEO de Nespresso en el Reino Unido, Anna Lundstrom, contó -por ejemplo- que no se despega de su celular en todo el día para responder a sus colaboradores, y que es así “exactamente como le gusta”, pues ser líder, manifiesta, es ser responsable de cientos de personas. Elon Musk, dueño de Tesla, y Tim Cook, CEO de Apple, son conocidos por estar activos más de 12 horas diarias en asuntos de sus respectivas firmas.
Sea que guste o no tener largas jornadas laborales, lo real es que pocos discuten del tema. Alex Salas, profesor de Pacífico Business School, que ha asesorado autoridades políticas, ministros y altos ejecutivos en el país, dice que tres de cada cinco directores hablan de sus preocupaciones personales cuando ya impactan en su vida familiar. “Cuando me ha tocado trabajar con CEO, son jornadas que empiezan a las ocho de la mañana y, en promedio, pueden salir de la oficina a las nueve de la noche. Y luego, incluso, empalman con un coctel o una recepción donde hacen networking”, comenta.
“Si el CEO es padre o madre, el único que recordará esas largas jornadas es su hijo. Una frase dura”, dice Guillermo Quiroga, chair de Vistage Perú y coach de ejecutivos.
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Un factor cultural
Pero Quiroga también profundiza en aspectos del entorno social en el que los actuales CEO han estado envueltos y que ha impactado en sus “prioridades”. “Un CEO que nació en los 80, en un país destruido, donde no había trabajo, tiene una diferente forma de priorizar y de enfrentar un problema. En el otro lado se tiene a un ejecutivo millennial que vivió bonanza económica y una sociedad más estable”, considera.
Otro punto, de acuerdo con Salas, es el modelo de la familia en los países latinoamericanos. Según su experiencia, en cuanto a los CEO hombres, en seis de cada 10 casos es la esposa quien lleva la casa. O, cuando se está con los hijos, usualmente es en entornos sociales, señala.
Nada de lo anterior es una crítica, precisan los entrevistados, quienes han visto a CEO peruanos decidir ser ejecutivos antes que construir una familia. Lo importante es, sin embargo, saber qué es lo que se quiere y, para ello, se necesita buscar un espacio de ayuda. De lo contrario, la primera factura que se podría pagar es con la salud.
“A veces la figura del CEO está asociada a una persona invulnerable, pero al final del día es un ser humano”, resume María del Carmen Portocarrero, socia en Amrop Perú.
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Detectar las prioridades
Cuando se le preguntó a uno de los CEO que participaronn en nuestro especial EMA 2023 cómo equilibra su vida laboral con la personal, respondió que lo hacía con deporte. “Hago mucho deporte. De hecho, me preparo para la Maratón de Berlín y ya hice la de Nueva York”, respondió contento.
El CEO de una empresa extranjera que acaba de abrir una oficina en el Perú contaba que ama tanto su trabajo que no tiene inconvenientes para moverse de un país a otro para hablar con los clientes y asistir a eventos de networking. Combina esa pasión con clases de música y arte y, además, está en grupos de lectura. Su vida conyugal va después en esa lista.
Al respecto, Quiroga aconseja, por ejemplo, dividir los momentos de la vida en cuatro “hornillas”: tiempo laboral, salud, actividades para disfrutar, y familia o pareja (si se tiene); y, en la medida de lo posible, priorizar (“tener encendidas”) solo dos: el tiempo laboral y la salud, o lo laboral con lo familiar, aunque cualquier combinación que se haga estará bien.
Portocarrero también apunta a definir qué es el tiempo de calidad para uno, pues no son lo mismo las horas con los trabajadores que las que se pasan en otras actividades.
“Hay CEO que gustan de disfrutar tiempo de cuidado y apariencia personal, otros con el deporte, otros que dejan todo para formar un emprendimiento más social, así como aquellos que, por el ego, se aferran al cargo y renuncian a cualquier otra distracción”, anota Salas.
La clave, según los expertos, es que el CEO halle su equilibrio y se olvide del sentido de culpa. Finalmente, nadie va a cuidar al CEO si él no lo hace.
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Alternativas de ayuda: De acuerdo con Alex Salas, profesor de Pacífico Business School, cada vez son más los altos ejecutivos que están recurriendo a la programación neurolingüística (PNL) para hacer frente a los problemas emocionales. La otra opción es la terapia psicológica. Para casos que están relacionados con la conducta del CEO, una alternativa es la psicoterapia cognitivo-conductual. Todo dependerá de una evaluación previa y personal.
Balance trabajo-vida
- Ser conscientes del tiempo. El día solo tiene 24 horas para lograr el balance que se haya priorizado.
- Poner límites. No se puede ir siempre a todas las reuniones o cocteles: se puede delegar o empoderar a alguien del equipo de trabajo, menciona María del Carmen Portocarrero, socia en Amrop Perú.
- Definir la calidad del tiempo. Ya no vale pensar que para ser un CEO exitoso se debe renunciar a todo lo demás. Hoy el éxito también es un buen cuidado de la salud.
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Periodista. Bachiller en Periodismo por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Activa participante de los cursos del Centro Knight para el Periodismo en las Américas.