Un escenario de estanflación no se puede descartar, pero se ve poco probable en la medida que el gobierno de Pedro Castillo tenga un manejo fiscal responsable y también haya responsabilidad por el lado de la política monetaria. “No podemos descartarlo porque no sabemos como será la evolución política del gobierno y, sobre todo, si hace caer la inversión privada en un terreno negativo”, señaló el profesor de Economía de la Universidad del Pacífico, Carlos Parodi.
La estanflación es la combinación de inflación y estancamiento económico. En otras palabras, aumento generalizado de precios en paralelo a una menor actividad económica y sus consecuencias en el empleo, inversión y poder adquisitivo de las personas.
El escenario, señaló Parodi, podría ser más palpable si se mantiene la postura antiminera del Ejecutivo, en el sentido de que se suspendan y posterguen proyectos mineros en un contexto de precios altos de los metales. Mencionó que, dado que el Banco Central de Reserva (BCR) ubica la estabilidad monetaria en un rango de entre 1% y 3%, un desvío de este rango podría entenderse como inflación.
“La estanflación podría venir tras una reducción fuerte de la inversión privada y una mayor ralentización del PBI, o que su crecimiento esté en el tramo negativo. La inversión minera es uno de los sustentos del crecimiento del país, por ello es una variable de quiebre. Va a depender mucho del destrabe de la situación política, y esto es difícil de predecir. Yo apunto, por ahora, a un crecimiento lento pegado al 2%, insuficiente para cubrir las necesidades sociales, distinto al estimado del BCR de alrededor de 3% con una inversión privada en 0%”, manifestó.
Mencionó que las consecuencias serían a través de una caída del empleo, poder adquisitivo y una menor recaudación tributaria que desequilibraría el gasto público. La minería, por ejemplo, explica una tercera parte de la recaudación total del gobierno.
“El gobierno debe entender la lógica de la importancia de la inversión privada y, sobre todo, la minera en el actual contexto. La economía recién se está recuperando, por lo que un golpe de gracia sería un proceso de estanflación”, afirmó.
Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores y docente de economía en la Universidad Continental, señaló que se podría especular sobre la estanflación si se observa sobre todo la inflación (la cual probablemente se ubique por encima del rango meta del BCR en el 2022), más el componente de actividad económica en contracción. Esto a pesar de que el escenario base indica que la economía crecería poco, alrededor de 2%, con cierto riesgo a la baja por factores internacionales y locales.
“Con el escenario base, de crecimiento bajo e inflación por encima de 3%, se tendría un entorno en donde los precios tengan presión a incrementarse con una generación de empleo baja, niveles de informalidad en aumento, y un sector público debilitado con la obligación de asumir mayores gastos, lo cual finalmente podría seguir golpeando las expectativas de los agentes locales y extranjeros sobre la sostenibilidad del Perú”, dijo Odar.
Añadió que la inversión privada es fundamental para evitar estas consecuencias o, en el extremo, fenómenos como la estanflación, pues no solo da capacidad productiva inmediata, sino por varios años.
“El peso de la inversión privada es alrededor de 18% del PBI, siendo mucho más grande que la pública. La inversión privada es el componente más volátil del gasto, cuando la economía crece la inversión crece más rápido, generando empleo, formalización y mejora en bienestar. En este momento el balance está ala baja”, indicó.
Inflación fuera del rango meta
Según Parodi, por un lado, la inflación podría bajar por factores como la ratificación de Julio Velarde en el BCR y también por un proceso más restrictivo de la política monetaria por parte de los bancos centrales, lo cual implica aumento de tasa y encajes.
No obstante, indicó que hay factores internacionales como costos de fletes y contenedores que han aumentado sustancialmente, y no se espera que bajen en el 2022. Asimismo, este efecto se amplifica con el tipo de cambio elevado, el cual es un factor que se puede controlar, pero que persiste.
“El precio de los insumos alimentarios podrían bajar por el retiro de estímulo monetario en el 2022, pero no tanto por el tema de los contenedores y fletes, siendo un factor que no controlamos. Si a esto se le suma el tipo de cambio, me hace dudar que la inflación pueda volver rápido al rango de entre 1% y 3%, salvo que el banco central tome medidas más drásticas en cuanto a encaje y tasa de referencia”, afirmó.
Odar señaló que es clave el accionar del BCR respecto a anclar las expectativas sobre la inflación, pues, independientemente de si se logra o no ubicar el indicador dentro del rango meta, lo importante es dar señales del rol de la entidad central respecto al aumento de precios. “Sería preocupante que los agentes económicos entiendan que el BCR está cómodo con un nivel de inflación por encima de la meta”, manifestó.
Dato
Si bien la proyección del BCR indica que la inversión privada crecería 0%, entidades como Bank of America dicen que crecería 1% y, en contraste, instituciones como el BBVA Research señalan que caería casi 10%.