A raíz de la pandemia, la conformación de ollas comunes para combatir el hambre en las zonas más vulnerables del país creció exponencialmente. Foto: GEC
A raíz de la pandemia, la conformación de ollas comunes para combatir el hambre en las zonas más vulnerables del país creció exponencialmente. Foto: GEC

La situación de inseguridad alimentaria se agudizó durante la pandemia en el mundo y Perú no es la excepción. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), más del 25% de la población peruana presenta desafíos para garantizar su alimentación en más del 70% de los distritos, es decir, en siete de cada diez distritos.

Según su último informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021″, Perú pasó de tener 11.3 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria moderada y gravemente a 15.5 millones de peruanos entre el 2018-2020. Las cifras son alarmantes considerando que, de acuerdo a la , el Perú es un país con una agricultura importante; y aunque en la pandemia no dejó de producir y comercializar alimentos, el COVID-19 ha evidenciado que alrededor de 4 millones de peruanos se encuentran en inseguridad alimentaria.

Según el organismo, en el 2020, la incidencia de en áreas rurales era tres veces mayor que en áreas urbanas -Perú se ubica cuarto a nivel de Sudamérica con mayor nivel de desnutrición infantil- y el 24.6% de la población de 15 años a más registra obesidad producto del desplazamiento de alimentos sanos por la comida rápida.

“La situación de inseguridad alimentaria se agudizó durante la pandemia, pero años anteriores la situación en América Latina y el Caribe iba en deterioro. Hasta el 2014 hubo cambios muy importantes: un crecimiento económico que contribuyó de manera significativa a la reducción de la pobreza, pero a partir de ese año, la economía empezó a contraerse y en consecuencia la pobreza y la pobreza extrema empezaron a aumentar de nuevo. Luego en 2020 llego la pandemia y generó un shock socioeconómico severísimo: en un año regresamos a cifras de pobreza similares a las de hace 10 años, y de la mano, el hambre y la malnutrición”, indicó Mariana Escobar, representante de la FAO en el Perú.

Ante esta situación, la institución se comprometió con el gobierno peruano en la implementación de políticas que contribuyan al logro de la seguridad alimentaria y nutricional en el país, a través de la asistencia técnica a los sectores de Desarrollo Agrario y Riego, Ambiente, Producción, Desarrollo e Inclusión Social, Salud, Cultura, y Mujer y Poblaciones Vulnerables.

En ese sentido, buscan impulsar y fortalecer la gobernanza y la coordinación de políticas y programas para la transformación de los : la promoción de la agricultura familiar y el desarrollo territorial; la gestión de mercados de productores y abastos; la adaptación y mitigación al cambio climático, y la recuperación de ecosistemas vulnerables en regiones andinas y de selva, entre otros.

Con el impulso de estas iniciativas, la FAO espera contribuir a mitigar una crisis alimentaria de grandes proporciones, garantizar la provisión de alimentos sanos para las familias urbanas y rurales del país, fortalecer los medios de vida y capacidades de los agricultores familiares, y promover una producción agrícola y pecuaria ambientalmente sostenible y que contribuya a la acción climática.

Dato

- Cada 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación, fecha determinada en 1979 con el fin de que las personas tomen conciencia sobre la desnutrición y el hambre que existe en el mundo y junto a las autoridades de sus respectivos países ayuden a cambiar esa realidad.