La empresa de transporte interprovincial Itssa opera 17 rutas hacia el norte del Perú (entre Lima y Tumbes), cuyas salidas desde diciembre último –cuando empezaron los bloqueos– afrontan suspensiones temporales debido a los disturbios en diferentes lugares de la carretera Panamericana Norte.
El punto más frecuente de estas interrupciones en el tránsito es en la provincia de Virú, en La Libertad, que es una zona de paso obligatorio por su conexión del norte costeño con la capital. En las últimas horas, por ejemplo, se reportan cierres de vías en el sector conocido como “Siembras del Valle”, San José y también en el distrito de Chao, lo que impide cualquier actividad económica y también transporte de pasajeros.
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Guillermo Benavides, gerente general de Ittsa, comentó que de su flota de buses de 140 unidades ya se había dejado de operar una parte debido a la pandemia. Hoy, a raíz de los bloqueos, está situación es aún más severa y se usa poco más de 90 vehículos.
La empresa desde ayer ha suspendido sus servicios a diferentes destinos y en diversos horarios, pero no es la primera vez que sucede desde que iniciaron las protestas, ya que –de acuerdo a Benavides– diciembre y enero son meses perdidos en ventas. Sin embargo, dicha situación se torna más grave, considerando que este periodo junto con febrero es una etapa en la que se logra el recaudo de aproximadamente el 40% de las transacciones anuales.
“Para Ittsa y el transporte, en general, estos son los meses de campaña y de un alto movimiento de pasajeros, que luego permite la sostenibilidad de los meses de ventas bajas, peor aún en un entorno de crisis”, sostuvo el empresario, quien dijo que solo han recuperado el 80% de la demanda de clientes del 2019.
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Problemática
El también expresidente de la Cámara de Comercio de La Libertad manifestó que el menor flujo de pasajeros se observó, desde diciembre del año pasado, cuando la demanda en lugar de crecer alrededor de un 25% como usualmente sucede, decreció en una cifra casi similar.
“Desde el solo anuncio de la protesta, el visitante está con la incertidumbre de si viajar o no, lo que, finalmente, con los bloqueos se frustra completamente, pues así deseen tomar el servicio, la empresa deja de trabajar porque debe resguardar la integridad de clientes y colaboradores”, detalló.
Respecto a una posible captación de viajeros que inicialmente tenían en sus planes el sur del país, Benavides descartó esta posibilidad, toda vez que resaltó que el norte siempre se ha caracterizado por un turismo, principalmente, de playa; en tanto, que ciudades como Arequipa, Cusco o Puno ofrecen un turismo cultural. Asimismo, apeló a las costumbres y preferencias del viajero, quien no cambia sus hábitos fácilmente.
“El flujo no se recuperó desde prepandemia y en el escenario actual mucho menos; por ello, los servicios se han reducido en una cifra proporcional a la flota. Lo que sí se han recuperado son las ventas, pero no porque haya más transacciones, sino porque hemos subido los precios en aproximadamente 30% como resultado de un aumento en costos operativos de cerca del 40%, que incluye la subida del dólar y el incremento del diésel”, anotó Benavides, a la vez que destacó que la rentabilidad también disminuyó.
Finalmente, adelantó que cualquier apertura de nuevas rutas o crecimiento de flota está en permanente evaluación y sujeto a la forma cómo evolucione el escenario económico- social en el país.
Ittsa tiene rutas a Chimbote, Trujillo, Chiclayo, Piura, Máncora, Paita, Sullana, Talara, Órganos, entre otros.
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