
La crisis migratoria en la frontera Perú–Chile ya empieza a reflejarse con claridad en la economía de Tacna, una región cuyo dinamismo depende en gran medida del flujo de visitantes provenientes del país vecino. En las últimas semanas, el tránsito fronterizo se ha visto afectado por mayores controles, episodios de tensión y demoras en los complejos migratorios, factores que han contribuido a una caída estimada de entre 20% y 22% en la llegada de visitantes frente al año anterior, según la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Tacna. A este escenario se suma un cambio estructural en el patrón de consumo: visitas más breves y focalizadas, con menor gasto y un impacto cada vez más limitado en el comercio y los servicios locales. ¿Hasta qué punto está afectando esta situación a la economía regional y qué sectores concentran hoy las mayores pérdidas?
El impacto se concentra en los sectores más expuestos al consumo del visitante chileno —que representa más del 80% del total de turistas que recibe Tacna—, como los mercadillos y asociaciones comerciales, restaurantes, hotelería y transporte de pasajeros hacia la frontera. Las demoras en el control migratorio, que en algunos momentos se han extendido por varias horas, han desincentivado el cruce en días de alta afluencia, mientras que el tipo de cambio y la pérdida de poder adquisitivo en Chile han reducido la capacidad de gasto. En conjunto, estos factores presionan a una ciudad que aún no recupera los niveles prepandemia y que sigue midiendo su pulso económico al ritmo del tránsito Perú–Chile.

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Caída del flujo de visitantes y lenta recuperación pospandemia
La llegada de visitantes a Tacna muestra una caída sostenida y una recuperación más lenta que en otras regiones, de acuerdo con lo expuesto por Corinne Flores Lemaire, presidenta de la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Tacna. La dirigente señala que el flujo turístico se redujo entre 20% y 22% frente al año anterior, y que la ciudad aún no alcanza los niveles previos a la pandemia. Antes del 2020, en un viernes o sábado de alta demanda podían ingresar entre 25,000 y 28,000 personas; hoy, incluso en los picos más altos, el movimiento se sitúa entre 12,000 y 15,000 visitantes, lo que evidencia una brecha que todavía no se cierra.
Esta desaceleración se refleja también en los acumulados anuales. Tras la reapertura pospandemia, Tacna se ha movido en un rango estimado de 1 a 2 millones de visitantes, aunque en algunos registros recientes el volumen anual habría alcanzado entre 2.5 y 2.8 millones, todavía por debajo del dinamismo observado antes de la crisis sanitaria.
Para el cierre del año, la Cámara maneja una expectativa cercana a los 3 millones, impulsada por la campaña navideña y las celebraciones de Año Nuevo; sin embargo, Flores advierte que la recuperación es frágil y depende de factores como la normalización del tránsito fronterizo, la reducción de demoras en migraciones y la mejora del contexto económico en Chile, principal mercado emisor, que concentra más del 80% de los visitantes que recibe la región.

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Menor gasto por turista
El menor gasto por turista se ha convertido en uno de los efectos más sensibles para la economía de Tacna. Según Corinne Flores Lemaire, el ticket promedio por visitante pasó de alrededor de US$ 200 antes de la pandemia a cerca de US$ 80 en la actualidad, con algunos casos que pueden llegar a US$ 100. Hoy, según la ejecutiva, predominan viajes más cortos y compras específicas, con menor permanencia en hoteles y espacios de entretenimiento.
Este cambio en el patrón de consumo, precisó la dirigente gremial, no se explica solo por la crisis migratoria. “No podemos tener toda la culpa al tema de los migrantes, es el tema de la moneda”, afirmó, en referencia al tipo de cambio y a la menor capacidad de gasto del chileno. Esta reducción del gasto por persona amplifica el impacto económico y limita la recuperación de sectores como comercio, servicios y turismo.
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Sectores más golpeados: comercio, mercadillos, transporte y hotelería
Los sectores más golpeados por la menor afluencia de visitantes son aquellos directamente expuestos al consumo del turista chileno. Según Corinne Flores Lemaire, destacan los mercadillos y asociaciones comerciales vinculadas a Zofratacna, donde se concentran ventas de productos importados y confecciones —incluida ropa procedente de Gamarra— que antes registraban alta rotación. “Todo lo que es netamente comercial se ha sentido”, afirmó, al señalar que el menor flujo y el menor gasto por visita han reducido el volumen de ventas, en un contexto en el que más del 80% de los visitantes que llegan a Tacna son chilenos.
El impacto se extiende a transporte y hotelería, dos rubros que reflejan con rapidez los cambios en la frontera. Flores indicó que empresas de traslado de pasajeros y colectivos han reportado una menor demanda de viajes en las últimas semanas, mientras que la ocupación hotelera, aunque en algunos momentos llegó al 100%, se mueve hoy en un promedio cercano al 80%, sin una recuperación sostenida. A ello se suman las demoras en el control migratorio, con esperas de hasta dos o tres horas en días de alta afluencia, que desincentivan el cruce y afectan restaurantes, servicios turísticos y otros negocios orientados al visitante extranjero.

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Factores estructurales que agravan la situación
Más allá de la coyuntura migratoria, Corinne Flores Lemaire subraya que existen factores estructurales que agravan la situación económica de Tacna, siendo uno de los principales el tipo de cambio y la pérdida de poder adquisitivo del visitante chileno. “No podemos tener toda la culpa al tema de los migrantes, es el tema de la moneda”, afirmó, al explicar que el sol se ha encarecido para los turistas y que hoy los pesos chilenos rinden menos que en años previos.
Este escenario ha reducido la capacidad de gasto y ha cambiado el comportamiento del consumidor: antes el visitante permanecía más tiempo y gastaba más; ahora, realiza compras puntuales y acorta su estadía, profundizando la caída del ticket promedio —de alrededor de US$ 200 antes de la pandemia a cerca de US$ 80— y limitando la recuperación de comercio y servicios.
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Periodista. Escribo para la sección negocios en el diario Gestión de El Comercio. Bachiller por la Universidad Jaime Bausate y Meza.








