(G de Gestión) Los montos que las empresas destinan a proteger sus actividades se están elevando a causa del aumento de la criminalidad y de la minería ilegal, sumado a los altos estándares de seguridad laboral exigidos en las operaciones mineras. Se calcula que la inversión en seguridad ya representa hasta el 20% del costo operativo total en este sector.
Y es que el concepto mismo de seguridad ha evolucionado en los últimos años. Ya no se trata solo de la protección física, sino también de la emocional y hasta de la psicológica. “Hoy es clave tener un ambiente de trabajo seguro y libre de lesiones, pero también libre de bullying, de acoso y de violencia”, explica Luis Rivera, vicepresidente ejecutivo de Gold Fields Región América.
Solo en equipos de protección personal, presume Rivera, la inversión anual puede bordear los S/ 5 millones en una mina mediana. La cifra aumenta cuando se trata de equipar los ambientes con los implementos necesarios para reducir al mínimo los accidentes durante la operación.
Hudbay, por ejemplo, que opera la mina Constancia (Cusco) y explora en La Libertad, señala que sus gastos en seguridad bordean los US$ 2 millones este año, y se podrían superar los US$ 2.09 millones entre el 2025 y el 2026, menciona Julio Roncal, gerente de Gestión de Riesgos y Continuidad del Negocio de la empresa minera.
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Protección
Parte del mayor gasto se debe también a la consolidación de servicios más sofisticados. Pedro Bellatin, country president de Securitas Perú, indica que la seguridad tradicional con vigilantes en diversos puestos de la mina o de la zona de influencia ha quedado en segundo plano. Ahora ha cobrado mayor importancia la seguridad electrónica. “Puedo decir que el crecimiento de la demanda por seguridad no tradicional (con tecnología) podría estar en alrededor del 25% para los próximos dos años”, afirma.
El ejecutivo hace referencia a los sistemas de cámaras para tener monitoreados los múltiples espacios de la mina y, así, prevenir posibles situaciones de peligro y reducir el nivel de incidentes. “En minería, la meta es tener cero accidentes laborales. El apoyo a esta tarea se ha vuelto un servicio no tradicional”, precisa Bellatin.
También se ha elevado el interés por tener controlados, monitoreados y custodiados los distintos vehículos que transitan en mina y gestionar —a través de GPS y telemetría— su performance con el fin de proteger a las personas de algún infortunio.
Asimismo, el modelo de trabajo bajo contratación con diversas empresas, que es lo común en la industria minera, hace que el requerimiento por seguridad se incremente, ya que cada firma necesita prestadores que le permitan resguardar sus activos y personal. El representante de Securitas Perú espera que la demanda del servicio de parte de las compañías mineras se mantenga en crecimiento al menos hasta el 2026, debido a los proyectos que están en cartera y a las ampliaciones. “Cuando estos planes entran en la fase de desarrollo y construcción, la seguridad empieza a jugar un rol relevante, más aún cuando están en la etapa de producción”, dice Bellatin.
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Riesgo cibernético
Mención aparte merece el riesgo cibernético, que es el nuevo gran temor. En los últimos años, las entidades que analizan los riesgos globales —tales como Deloitte y PwC— colocan la seguridad cibernética como la segunda o tercera amenaza más importante en la industria global, superando factores como la inflación o incluso el cambio climático, advierte Rivera, de Gold Fields. El ejecutivo estima que las empresas están invirtiendo unos S/ 5 millones al año para “blindarse” contra los ataques digitales.
“Es un mercado en expansión ante la necesidad de parte de las empresas y del Gobierno de proteger activos, infraestructura crítica y empleados. La automatización del sector se está convirtiendo en la norma, y eso impulsa la demanda de soluciones de ciberseguridad más robustas, sofisticadas y personalizadas”, declara Natal da Silva, CEO de la consultora Stefanini.
El uso intensivo de tecnología digital ha generado que el secuestro de información y datos se haya convertido en un delito muy lucrativo para los hackers. Orlando Perea, gerente general de Noventiq, resalta que la mayor dependencia tecnológica de la minería la convierte en un objetivo principal para los ciberataques, que pueden interrumpir las operaciones, causar pérdidas financieras y dañar la reputación de la firma. “La ciberseguridad en este sector no solo protege contra la pérdida de datos y servicios, sino que también asegura la continuidad y la eficiencia operativa, lo que le da una importancia bastante significativa”, subraya.
En ese contexto, Claudio Soto, director de Vertical Minería e Industria de Logicalis, destaca que el mercado de soluciones de ciberseguridad está en constante crecimiento. Esto se debe a que se ha incrementado la necesidad de establecer barreras efectivas contra los hackers, así como de implementar procesos y soluciones que permitan aislar rápidamente cualquier sistema atacado y recuperar la información y las redes comprometidas en el menor tiempo posible.
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