Por Tara Lachapelle
Todd Garner estaba en Puerto Rico filmando su última comedia “Vacation Friends”, para 20th Century Studios y protagonizada por John Cena, cuando comenzó a hacerse evidente que el coronavirus iba a ser un problema grave.
Si bien el Gobierno de Estados Unidos todavía no transmitía que la situación fuera tan grave, “pude ver la ansiedad en las caras de todos” los miembros del elenco y el equipo, relató Garner en un episodio reciente de su podcast.
Surgieron inquietudes que los cineastas no habían tenido que enfrentar previamente: ¿debiera estar tanta gente trabajando en espacios tan cerrados? ¿Es seguro para los maquilladores tocar las caras de los actores? Luego de dos semanas de producción y a seis semanas de terminar, congelaron el rodaje de la película.
No es la única película que tuvo que dejar de filmarse por un tiempo y enviar a todos a casa por un período desconocido. De hecho, todo el mundo del espectáculo pasa por la misma situación. Garner, quien coprodujo “Paul Blart: Mall Cop”, dijo que también tuvo que dejar de producir dos series de televisión para Netflix Inc. que ya estaban muy avanzadas.
“Stranger Things” de Netflix, “Succession” de HBO, “Grey’s Anatomy” de ABC, “The Walking Dead” de AMC Networks Inc., “Handmaid’s Tale” de Hulu y “The Morning Show” de Apple Inc. son algunas series muy esperadas que se retrasarán por las órdenes nacionales de quedarse en casa. Y no solo es el caso de los programas con guiones.
Por ejemplo, parece poco probable que el especial de la reunión de "Friends” aún se pueda filmar a tiempo para el lanzamiento de HBO Max, un nuevo servicio de transmisión de TV que WarnerMedia de AT&T Inc. lanzará en mayo. Supuestamente la empresa pagó US$ 425 millones el año pasado para arrebatarle a Netflix los derechos de transmisión de la popular comedia de principios de los 90.
Las salas de cine están cerradas y no hay deportes para ver. Para una audiencia aburrida por el aislamiento los días buenos, y totalmente desanimada los malos, es aún más devastador no poder esperar las nuevas temporadas de nuestros programas favoritos.
El cierre de Hollywood golpeó justo cuando gigantes de los medios como Comcast Corp. y Walt Disney Co. están lanzando sus productos de streaming y buscan invertir miles de millones de dólares en contenido nuevo. En noviembre se lanzaron Disney+ y Apple TV+, mientras que NBCUniversal de Comcast lanzará su servicio Peacock el 15 de abril.
El lunes se lanzó Quibi, una startup creada por un par de experimentados ejecutivos de la industria de los medios de comunicación y tecnología que supuestamente recaudó US$ 1,750 millones en fondos. Con todos en casa y pegados a sus televisores y dispositivos, estas compañías tendrán la oportunidad de atraer más suscriptores, mientras que los espectadores tienen más opciones para pasar el rato.
Aun así, ninguna de estas aplicaciones por sí sola puede ofrecer una variedad suficiente para un hogar promedio. Los programas más buscados se han repartido entre los diferentes servicios, que cobran sus propias tarifas mensuales.
Es posible que los espectadores se cansen de cualquiera de estas aplicaciones de transmisión cuando se vean obligados a pasar tanto tiempo extra con ellas, lo que puede crear tasas de cancelación más volátiles, que es como se mide la cantidad de clientes que cancelan suscripciones. Es una prueba para los novatos en streaming -e incluso para Netflix- ya que todo se vuelve aún más desafiante si dejan de aparecer nuevos contenidos.
Los estrenos de nuevas películas también se han visto afectados por esta situación. Para una película de gran presupuesto como “F9”, la última entrega de la franquicia “The Fast and the Furious”, no recibir cientos de millones de dólares en ingresos de taquilla no es realmente una opción. Es por eso que Universal Pictures retrasó el lanzamiento casi un año entero hasta abril del próximo año.
Sin embargo, en el caso de “Trolls World Tour”, Universal decidió lanzar la película para arriendo a pedido por US$ 20 en lugar de solo retrasar su debut en cines. Otros estudios tienen que tomar decisiones similares.
Esto plantea la inquietud respecto de cómo todas las películas postergadas podrán incorporarse a la programación de exhibiciones una vez que los teatros vuelvan a abrir.
A medida que los espectadores se acostumbran a poder ver películas de estreno en sus casas, y los servicios de transmisión intentan enriquecer sus bases de suscriptores, un resultado potencial puede ser que las películas se exhiban por períodos más cortos en los teatros y que la industria observe un cambio permanente.
En Atlanta, los contratistas y las empresas locales también se vieron perjudicados, ya que en los últimos años esta ciudad se ha convertido en el nuevo centro de producción de programas de televisión y cine de EE.UU.
Durante el año fiscal que finalizó en junio de 2019 se filmaron alrededor de 400 películas, lo que resultó en una inversión de US$ 2,900 millones en Georgia, según el estado. La categoría de “Cine y entretenimiento” se desataca en el sitio web del Departamento de Desarrollo Económico de Georgia, pero la página de las películas en curso está vacía y dice “La gran mayoría de la producción en Georgia se ha suspendido debido al brote de Covid-19”.
Hollywood no es la única industria en la que la seguridad de los trabajadores se ha contrapuesto de forma repentina con su subsistencia. En un momento en el que los televidentes devoran más contenido que nunca, no se están creando nuevos programas y películas. Eso hace que el entretenimiento televisivo sea un área donde los efectos de la pandemia podrían ser más notorios para el consumidor cotidiano.