En los últimos meses, diferentes analistas han ajustado a la baja sus proyecciones de crecimiento para la economía, ubicándolas por debajo del 1% para este año. El agosto, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) siguió la misma tendencia de recortar sus proyecciones, pero se mantiene como el más optimista. Ahora fue el turno del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), quien espera un crecimiento de solo 0.9% para este año (y ya no de 2.2%).
En este contexto, un indicador clave alcanzará su peor resultado en 14 años (sin contar el resultado del 2020, inicio de la pandemia del covid-19): la demanda interna caería 0.3% en el 2023, siendo la parte privada la que explica este estimado negativo.
El BCR, con sus proyecciones, refleja un consumo y una inversión privada -dos componentes de la demanda interna- deteriorados para este año; y los analistas van en esa línea, y en algunos casos son más pesimistas.
Alfredo Thorne, exministro de Economía y Finanzas y principal de Thorne & Associates, proyecta una demanda interna de 0.1% para el 2023, pero no descarta en unas semanas ajustar a la baja su proyección.
Luis Eduardo Fallen, Head of Macroeconomic & Strategy Research de Intéligo, compartió las proyecciones de la SAB y son incluso más pesimistas: la demanda interna caería 1% este año.
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Consumo e inversión
La inversión privada, indicador que marca la pauta para la creación de puestos de trabajo de calidad, y en consecuencia, permite avizorar una reducción de la pobreza, cerrará este año con una caída de 5.3%, de acuerdo con el BCR.
Para Thorne, se esperaría una caída de 5% con sesgo a la baja. “Es cierto que en la primera mitad del año golpeó El Niño y también hubo el efecto de las protestas. Pero, en lo personal no pienso que eso sea todo. Hay un cierto pesimismo particularmente en los empresarios”, menciona Thorne.
A esto se suma -dice- que no hay nuevos proyectos mineros, la cartera de proyectos en general no se amplía y si bien las gráficas muestran que recién se están reactivando las Asociaciones Público Privadas (APP), pero por debajo del 2018.
Víctor Fuentes, Gerente de políticas públicas Instituto Peruano de Economía (IPE), recuerda que los sectores vinculados a la inversión, como construcción y manufactura, están más ajustados de lo que se preveía. “Para nosotros la inversión privada cae 7.5%”, subraya. Además, en línea con Thorne, menciona que no se trata de un ajuste de la inversión minera, sino es un “ajuste generalizado”.
Intéligo tiene una proyección similar: prevén una caída de 7.8% para este año.
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Por el lado del consumo (Thorne & Associates: 1.5% para el 2023, con sesgo a la baja), el exministro de Economía recuerda que la inflación aún está en 5.9% (agosto) y el grueso del gasto de los peruanos de más bajos ingresos se concentra en alimentos. “La inflación los va a seguir golpeando”, dijo.
Fuentes coincide: “El consumo privado se va a ajustar fuertemente. Este año crecería a un tercio de lo que creció el año pasado, afectado obviamente por bajo crecimiento económico que presiona a la baja salarios y una inflación que retrocede, pero está sujeta a shocks temporales”.
Otro tema que impacta al consumo privado son las cifras de empleo. A esto se suma una percepción de los consumidores sobre el futuro del país, el riesgos político y económico, que los obliga a ahorra más que consumir.
Si bien desde el IPE esperaban un crecimiento casi nulo de la economía peruana para julio, la caída registrada dicho mes los obligará a revisar sus proyecciones a la baja.
El 2024
Si bien los analistas consideran que hay factores que empujarán hacia mejores resultados el próximo año, la base estadística también será relevante en la medición.
Falen prevé que va a haber una mejora el próximo año, pero podría ser similar al 2023, en el sentido que se registraría una primera mitad del año debilitada por El Niño, y una segunda más de recuperación.
“Es fundamentalmente un efecto aritmético. Si digo que la inversión privada va a crecer 2.4% en el 2024, pero el año anterior cayó 5%, ni siquiera estamos recomponiendo la caída del año anterior. El consumo igual, si va a crecer 2.5% en 2024, pero solo creció 1.5% en el 2023, está lejos del 3.6% del 2022″, comenta Thorne.
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El exministro resalta que se tratará de un crecimiento inercial y, lamentablemente, ese es el tema fundamental de la economía: “de que los motores de crecimiento, las fuentes de productividad -que las ves por el lado de la tasa potencial- se han ido apagando”, detalla.
Para Fuentes, en el 2024 habrá incertidumbre. “Esperamos que la economía crezca 2.3% el próximo año, el consumo rebotaría a 2.4%, y la inversión privada crecería 0.3%”, dice.
Agrega que en el caso de la inversión privada, está más relacionado a dos principales efectos: un punto de comparación bajo, porque termina de salir Quellaveco de las estadísticas, y también debería empezar a materializarse una recuperación, pero muy lenta, de la confianza empresarial.
“Sí, tienes un componente estadístico importante, no es menor, pero por otra parte, deberías empezar a mover un poco la aguja de proyectos de inversión. No todos los que quisiéramos, pero sí los proyectos medianos”, anota.
Editora de Economía y Finanzas del diario Gestión. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Con 9 años de experiencia profesional en el rubro.