Chile es la ‘estrella’ de la producción de cobre en el mundo: el año pasado, registró 5.3 millones de toneladas métricas finas (TMF), de acuerdo con la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco). Perú, está en el segundo puesto, pero a varias toneladas de distancia: su producción superó las 2.4 millones TMF en el 2022, según el Ministerio de Energía y Minas (Minem).
¿Es posible que Perú pueda alcanzar al Chile de hoy, cuando hablamos de minería cuprífera? La respuesta es sí. Y para ello, dice Víctor Gobitz, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), hay un camino: crear dos clústeres mineros, en el norte y en el sur.
Gobitz comenta que se requiere de la producción de 15 proyectos mineros de cobre más que, en conjunto, puedan agregar más de 2.5 millones de toneladas al resultado actual, con lo que la distancia entre Chile y Perú se acortaría.
“Hablo de clústeres porque se necesita integrar territorios y llegar a la costa para exportar. El portafolio mencionado supera los 2.5 millones de tonelada, con lo cual alcanzaríamos los mismos números de Chile”, remarca.
Óscar Vera, ministro de Energía y Minas. El titular del sector proyectó que este año se podrían alcanzar las 2.8 millones de TMF.
Para Luis Miguel Incháustegui, exministro de Energía y Minas, esta propuesta debe nacer del diálogo de todas las partes. “Se tiene que reconocer que hay preocupaciones y temas por resolver entre las comunidades y algunas autoridades locales. Y en ese diálogo, escuchándonos entre todos, se podría proponer iniciativas como las de crear clústeres”, refiere.
Algunos de los proyectos mineros que enlista el presidente de la SNMPE parecen más posibles de concretarse que otros.
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¿Qué proyectos de cobre nos permitirían alcanzar a Chile?
En el clúster del norte, dice Gobitz, el gran foco es Cajamarca, que debería integrarse con Lambayeque para facilitar la salida de los productos vía marítima.
En Cajamarca se tienen como proyectos, detalla, La Granja, Conga, El Galeno, Michiquillay y Yanacocha Sulfuros, los que están en la cartera de proyectos de inversión minera del Minem.
Por ejemplo, en La Granja “hay movimiento”: Río Tinto se asoció recientemente con minera canadiense First Quantum Minerals para formar una empresa conjunta y desbloquear esta iniciativa de US$ 5,000 millones, la mayor inversión de toda la cartera minera proyectada en Perú.
Pero no es el único proyecto con anuncios. El vicepresidente de finanzas y CFO de Southern en Perú, Raúl Jacob, precisó que si la empresa desarrolla Michiquillay, así como Tantahuatay, se tendría 50% más de producción de cobre a escala nacional.
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Yanacocha Sulfuros camina a otro ritmo. El sector minero se vio sacudido tras el anuncio de Newmont de postergar nuevamente su decisión de inversión total de su proyecto. La decisión final de inversión se tomará recién en la segunda mitad del 2024.
Pensando en el clúster del norte, en la región de Piura hay unos tres proyectos adicionales: Tambogrande, El Algarrobo y El Faique, agrega Gobitz.
Tambogrande fue la primera gran inversión minera paralizada por oposición socioambiental en el Perú en el 2003. El Algarrobo tampoco logró superar ‘la mochila’ que cargaba por su antecesor (Tambogrande). Y, El Faique, es un proyecto vecino a El Algarrobo.
“Ese clúster del norte, debería tener el potencial de producir 1.5 millones de toneladas métricas de cobre. Se requiere el consenso de Estado, empresa minera y ciudadanía, porque se va a requerir construir infraestructura, carreteras asfaltadas, mayor afianzamiento energético, concentraductos, que van a permitir que territorios altoandinos se integren a la costa”, argumenta.
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En el sur, el eje es Arequipa, que tiene proyectos como Tía María y Zafranal (está en la cartera de proyectos de inversión minera).
Tía María es un proyecto envuelto en conflictos sociales. A fines del año pasado, la presidenta Dina Boluarte, comentó sobre el proyecto que “nada estaba cerrado”, pero que se debe conversar y respetar la vida.
Sobre Zafranal, el gerente general de Compañía Minera Zafranal, Mario Baeza, expresó su optimismo de contar en breve con la aprobación del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto cuprífero.
Además de Arequipa, un actor clave es Apurímac, que cuenta con los proyectos cupríferos de Los Chancas, Trapiche, Antilla, Cotabambas, Haquira (también forman parte de la cartera). “¿Cuánto puede producir en conjunto este clúster del sur? Un millón de toneladas adicionales”, prevé.
Incluso, anota Gobitz, se puede considerar como parte del clúster del sur a la propia mina Antapaccay en Cusco.
Incháustegui recuerda que la cartera del Ministerio de Energía y Minas (Minem) está conformada por 47 proyectos por US$ 53,715 millones de inversión; y que cerca del 60% son proyectos de cobre.
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¿Qué le falta a Perú para impulsar mayor actividad minera?
“No es un ‘sueño’ que desarrollando el clúster del norte y el del sur el Perú puede producir los mismos números que produce Chile”, subraya Gobitz. ¿Cómo impulsar mayor actividad minera? El presidente de la SNMPE cree que es necesario considerar el potencial de producción de cobre como una fórmula de desarrollo territorial. Remarca que este concepto tiene que integrar a las empresas mineras, al Estado y a la ciudadanía.
Incháustegui y Gobitz coincidieron en que es necesario el relacionamiento con la población, a través de las comunidades campesinas, gremios profesionales y universidades. En marzo último, se registraron 142 conflictos socioambientales en el país (activos y latentes) de los cuales el 66.9% estaba relacionado con la minería, según la Defensoría del Pueblo.
Un tema que agrega Miguel Cardozo, director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), es la urgencia de hacer más eficiente la ejecución de los recursos de canon y regalías mineras por parte del Gobierno Nacional y gobiernos subnacionales.
“Cuando no se gasta o se es ineficiente, esto hace que la gente no se dé cuenta de la importancia de la minería porque no necesariamente les llegan los beneficios. Esa es la razón por la que tenemos que buscar que existan planes claros de desarrollo territorial”, narra.
A inicios de este mes, Gestión informó que al revisar los 20 distritos ‘más ricos’ del Perú -aquellos que concentran los mayores presupuestos provenientes, sobre todo, de canon y sobrecanon, y regalías mineras asignados para obras-, se observaba que había un avance solo del 10%.
Incháustegui también menciona que se necesitan iniciativas claras para agilizar el otorgamiento de permisos y para construir confianza en los actores. “Mi recomendación puntual, sería retomar la sugerencia de la Comisión para el Desarrollo de una Minería Sostenible. Y el otro tema que considero vital es continuar las iniciativas Rimay, que es el Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero-Energéticas”, dice.
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¿Una ola desaprovechada?
Es cierto que Chile ha registrado caídas en su producción de cobre en los últimos años. En el 2019, según cifras de Cochilco, se produjo casi 5.8 millones de TM y en el 2020 una cifra similar (5.7 millones de TM). Pero en el 2021 se redujo a 5.6 millones de TM y el año pasado cerró en 5.3 millones de TM.
Aún así, si se cumplen los volúmenes que proyecta para este año, 5.7 millones de TM, le permitirán aprovechar en parte el alza del precio internacional de cobre. En la segunda mitad del año pasado, la cotización internacional del “metal rojo” se ubicó por debajo de los US$ 4.00 por libra. Pero, desde que inició este año -y hasta los primeros días de abril- ya está por encima, de acuerdo a data del BCR.
Jorge Cantallopts, director ejecutivo de Cesco, reconoció hace unas semanas que los precios del cobre están demostrando ser bastante resistentes a los problemas bancarios globales y a la ralentización de la demanda china, cotizando alrededor de US$ 4.00 la libra mientras las reservas siguen siendo escasas. Los precios podrían alcanzar fácilmente los US$ 5.00 una vez que “las aguas financieras se hayan calmado”, agregó. Y, Goldman Sachs prevé récord del cobre que puede llenar la caja fiscal de Perú.
Este es un escenario que Perú también va a aprovechar, pero no al mismo nivel de Chile. El ciclo alcista del cobre no es lo único a evaluar. El extitular de Energía y Minas recuerda que el Perú -y el resto de países mineros- están enfrentándose al cambio de la matriz energética, lo que en buena cuenta significará una mayor demanda mundial, entre otros, de cobre.
Solo por poner un ejemplo, Vale SA ha estado buscando depósitos de cobre en Perú, en tanto la demanda del metal para baterías aumentará en el giro mundial hacia la energía limpia. La compañía tiene en curso al menos dos proyectos en etapas tempranas de la fase de exploración.
¿Avanzamos en exploración?
No se puede hablar del sector, sin darle espacio a la exploración. Perú tiene una cartera de 74 proyectos de exploración minera por US$ 596.1 millones, de los cuales 39 proyecto por US$ 284 millones tienen como producto principal al cobre.
“En Perú explorábamos a buen ritmo, y esto se dio en la primera parte de este siglo. Explorábamos a tal nivel que llegamos a ser los terceros a nivel mundial. Pero hoy, lamentablemente, estamos en el séptimo lugar”, comenta Cardozo, director del IIMP. Recuerda que hasta el 2014 se firmaban más de 25 contratos de inversión en exploración minera por año, desde el 2015 descendió a entre 10 y 13, y desde el 2019 se firman cuatro o cinco al año.
En su opinión, parte de las trabas provienen del Decreto Supremo 042-2017-EM, Reglamento de Protección Ambiental para las Actividades de Exploración Minera, publicado en el 2017, que trajo consigo -dice- exigencias ambientales para realizar perforaciones exploratorias “excesivas”. Así como, agrega, el proceso de consulta previa para la exploración.
¿Cuántos petitorios mineros se registran?
En el 2022 se presentaron 6,826 petitorios de concesión minera, dice Henry Luna, presidente ejecutivo del Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet). Podríamos definir un petitorio minero como la solicitud de una concesión minera para la obtención de derechos sobre las sustancias minerales existentes en un área del territorio nacional y/o dominio marítimo.
Este año, en los primeros tres meses, se presentaron 1,136 petitorios, los que se ubican principalmente en los departamentos de Arequipa, Áncash y la Libertad.
“Se observa que en el primer trimestre del 2023 existe una leve disminución respecto al 2022 (134 petitorios menos). Esto depende principalmente al número de derechos mineros de libre denunciabilidad. Esperamos en el año mantener el promedio de los últimos años de 6,000 petitorios”, proyecta.
Para Luna, la caída se concentró sobre todo en enero; en febrero y marzo incluso se dieron ligeros crecimientos. Para el representante del Ingemmet se mantiene el dinamismo y espera siga este ritmo en los próximos meses por nuevos estudios geológicos realizados por el instituto y la búsqueda de nuevos yacimientos de cobre, oro y elementos estratégicos.
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