La propuesta de reforma del sistema previsional en Chile podría repercutir en el planteamiento del nuevo esquema de pensiones peruano.
El mensaje del presidente chileno, Gabriel Boric, fue claro: ‘No más AFP’, sin embargo, reconoce que se necesitan agentes con experiencia y know how para gestionar los fondos de pensiones, comentó a Gestión Enrique Díaz, presidente de la consultora MC&F.
Así, es consciente de que ciertos gestores privados deberían administrar los fondos de pensiones en ese país, agregó.
En esa línea, algunos fondos de inversión muestran interés por gestionar esas carteras de ahorro para la jubilación, así como las Sociedades Agentes de Bolsa (SAB) e incluso fondos mutuos, reveló Jorge Guillén, docente de Esan.
Esas empresas, que demuestran un expertise en el manejo de portafolios, podrían competir con las AFP, dijo.
“ (Ante esa mayor competencia) Quizá alguna AFP decida salir o desaparezca, porque el mercado previsional en el país es relativamente pequeño y tendría que repartirse entre los nuevos competidores”, acotó.
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Aporte privado y del Estado a sistema de pensiones
Díaz enfatizó que la reforma del sistema privado de pensiones en Perú, cuyo diseño ha encomendado el Gobierno a una comisión multisectorial encabezada por la PCM, se debería enfocar más en los fondos de los aportantes que en las gestoras de pensiones.
“Lamentablemente, el título de AFP se ha ganado a pulso una reticencia o animadversión de los peruanos, pero eso no quita que quieran adaptarse al nuevo esquema que se proponga para administrar estos fondos”, añadió.
Además, consideró poco eficiente el eventual ingreso de un operador público que gestione los fondos previsionales. No sería adecuada la competencia de un ente del Estado contra los privados, pues no tienen la misma capacidad de gestión y podría haber una competencia desleal, sostuvo.
Afirmó también que el trasfondo de la discusión en la reforma del sistema previsional estaría en el equilibrio entre el aporte privado y del Estado.
La propuesta chilena incluye un aporte tripartito del trabajador, empleador y Gobierno a fin de formar un fondo adecuado para la jubilación.
Para Guillén, una eventual actuación del Estado peruano es inviable fiscalmente pues se requiere de un gran aporte para mejorar las pensiones vigentes, mientras que la inclusión de las empresas como aportantes -como se propone en Chile- traería sobrecostos laborales que propiciarían mayor informalidad.
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Riesgos para los afiliados de AFP
Díaz advirtió que el Estado no debería asumir compromisos que no puede cumplir. “Muchos consideran que su participación es la panacea a los problemas, aunque no necesariamente es así pues tiene restricciones en el uso de recursos”, refirió.
“Lo importante es que en todo esquema haya un porcentaje de ahorro del trabajador. Perú es un país con mucha informalidad, por lo que el aporte del empleador sería una solución para una minoría formal”, opinó.
El principal riesgo es que, en el Perú, se tomen medidas muy alocadas que no correspondan a una reforma a profundidad con objetivos de mediano y largo plazo, dijo.
“El peligro es que se acelere un cambio y en el camino se perjudique a los que actualmente conservan sus fondos con las AFP; no se trata de desvestir a un santo para vestir a otro, sino de construir algo mejor”, mencionó.
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Asociación de AFP: Reforma de pensiones en Perú no debería recoger planteamientos de Chile
La Asociación de AFP resaltó la importancia de debatir mejoras en los sistemas de pensiones, aunque manifestó que el detalle estará en los puntos que se consideran en cada reforma.
Perú y Chile son realidades diferentes, por lo que sus esquemas previsionales ameritan soluciones distintas, expresó a Gestión Joaquín Rey, asesor de políticas públicas del gremio de AFP.
“Empezando por la capacidad del Estado para actuar en el sistema, el Gobierno en Perú difícilmente puede cumplir con sus funciones fundamentales; cuando ha tenido encargos empresariales le va muy mal”, manifestó.
Sin embargo, el caso chileno es distinto, y el administrador público que se plantea en ese país difícilmente funcionaria en el esquema local, agregó.
El informe que está preparando la comisión de reforma del sistema de pensiones en Perú no debería tomar los principales aspectos propuestos en el país del sur, pues no encajarían en la realidad local, sostuvo.
Chile plantea la creación de una entidad única pública que brinde servicios a los ciudadanos, lleve registro de aportes, recaude y pague las pensiones, mientras que el afiliado solo elegiría a quien invierte los fondos, precisó.
“El problema con eso es que estaría restringiendo la libertad de decisión sobre una entidad que provea el servicio completo, y sabemos que en nuestro país la capacidad del Estado de brindar un servicio es limitada”, expresó.
En el largo plazo, esto tendería a reducir la calidad del servicio, advirtió.
Asimismo, consideró que la propuesta de un componente denominado seguro social previsional, que consiste en el aporte del empleador, no sería el mejor camino para el Perú por su elevada informalidad.
Apretar más a esas pocas empresas que cumplen con la norma laboral y tienen a sus trabajadores en planilla, puede desincentivar la formalidad y el ahorro individual, dijo.
Pese a ello, resaltó que sería adecuado incorporar la necesidad de destinar más recursos a las pensiones, de ahorrar más para la jubilación, porque tanto el sector privado como el público destinan poco a los fondos pensionarios.
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