Elena llegó al Perú con dos hijas, las recetas familiares en la maleta y su experiencia en restaurantes como el Sorelle Picchi, en Parma, o el Pappa e Citti, en Barcelona. Al llegar, comenzó a trabajar en Épicerie Dasso. Pronto, sus noches de pizza se volvieron famosas. Si bien Lima tenía un vasto repertorio de pizzerías, Elena tenía la receta napolitana de su abuela Angioletta. El secreto para una masa crujiente por fuera y suave por dentro. También traía grabado que lo más importante para lograr un buen plato era la calidad de los ingredientes.

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