Correr el Dakar cuesta un mínimo de 100,000 euros. En la categoría más barata. En autos, la más cara, el coste se eleva hasta el millón. Y el premio por ganar es solo de 3,000. La organización cobra un canon de 10 millones al país que acoge la competición. El desierto de Arabia Saudí ha sido la sede en los últimos cinco años, y tiene contrato hasta 2029. Los números del rally más duro del mundo.
Según diversas fuentes consultadas por EFE durante el recorrido del Dakar 2024, la manera más asequible para poder competir en la prueba es hacerlo en la categoría Original by Motul, pero entre comprar una moto, que supone un desembolso de 35.000 euros más IVA, la necesidad de hacer un rally previo para poder disfrutar del Dakar, la licencia y la inscripción, el montante se dispara hasta, como poco, los 80,000 euros.
Sin embargo, estas mismas fuentes destacan que para hacer un “buen” Dakar y “no irse para casa al tercer día”, se necesita de una asistencia que ronda los 20.000 euros, lo que engorda, aún más, el sueño de competir en el rey de los rallies.
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Para el Original by Motul, una categoría plagada de jóvenes y no tan jóvenes que soñaron desde niño con correr el Dakar por las dunas, los costes mínimos son: una moto, 35.000 euros; preparación de la moto para el rally, 7,000; 4,000 euros en neumáticos; 1,000 de licencia de la Federación Internacional de Motociclismo; al menos 15,000 por realizar un rally previo como el de Marruecos... ya son 62,000 euros.
A eso hay que sumarle la inscripción en la categoría, los 2.500 euros que uno se puede gastar en la equipación; los billetes de avión, unos 1,500; y los entre 12 y 15,000 euros que se puede gastar cualquier piloto en reparaciones durante el rally: “lo normal es cambiar al menos una vez el tubo de escape, que son unos 6.000 euros más IVA, el depósito, un gasto de 2.500, y un par de cosas más”, comenta esta fuente que prefiere mantener su anonimato.
Por último, resalta que una moto “de serie” no sirve para el Dakar y que a la preparación hecha para el rally de unos 7,000 euros hay que sumarle otros 5,000 para añadirle la tablet de navegación, más protecciones específicas y otros cables necesarios.
La suma, a este punto, asciende a 86,000 euros, a los que “si quieres terminar el Dakar”, hay que añadirle unos 20.000 más para contratar una asistencia que te ayude a reparar la moto y que te haga un seguimiento diario.
Los coches, diez veces más caros que correr en Original by Motul
Si en motos ese sueño puede desvanecerse por la suma de dinero que hay que gastar para una aventura de apenas quince días, el caso de los coches es aún más flagrante, lo que explica que más allá de los pilotos top que compiten con equipos de marcas conocidas y que cobran por ello, todos los demás sean mayormente multimillonarios que quieren probar suerte en la carrera.
En Ultimate, la categoría reina de los coches, lo normal para cualquier persona que desee participar es comprar un vehículo a Toyota o BRX, las grandes marcas que pueden vender estos coches.
En el caso de los Toyota, un piloto privado o un equipo pueden comprar un coche de la marca japonesa por 850,000 euros. El problema es que, como en el caso de las motos, llega “de serie” y hay que añadirle un par de suplementos como un kit de recambio que proporciona la propia marca desde 100,000 euros.
No obstante, las fuentes consultadas inciden en que hay que leer detenidamente cuántos neumáticos incluyen, puesto que cada uno de ellos cuesta unos 900 euros, y se necesitan al menos cincuenta durante las dos semanas.
No obstante, el precio sigue siendo mejor que comprar un vehículo BRX, pues un coche de esa marca puede costar entre 1.100,000 y 1.200,000 euros, cifras astronómicas para quince días de competición.
Costes añadidos y un premio ínfimo en relación con el coste
Sin embargo, a ese coste se le tiene que sumar además otros tres factores: al menos tres mecánicos -cada uno de ellos con un coste de unos 20.000 euros entre su sueldo y la inscripción a ASO-, la inscripción de la carrera -en motos es de 18,000 euros y en Ultimate, de 30,000- y los seguros, que tienen que cubrir daños desde que el vehículo se hunda en el traslado hasta Arabia o cualquier rasguño.
Así, ganar el Dakar parece ser una cuestión de caché, porque económicamente las cuentas no salen. Tras vencer este viernes en autos, el español Carlos Sainz (Audi) se llevó 3,000 euros y dos trofeos, cifras ínfimas para el gasto que realmente supone para cualquier equipo o cualquier piloto privado este Dakar.
Además, en el caso de los copilotos, son los propios pilotos quienes pagan de su sueldo -en caso de estar un equipo grande- o de sus ahorros -en caso de ser un competidor privado- la nómina del copiloto en el Dakar, que va desde quien lo hace gratis hasta quien cobra 200,000 euros.
Mientras, el Dakar sigue rentabilizando el “sueño” de cada uno de los pilotos de terminar un rally que también tiene otros ingresos más allá de la propia inscripción, pues cobra un canon de más de diez millones de euros por el país que acoge la competición, en este caso Arabia Saudí, que acoge por quinto año consecutivo el rey de los rallies.
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