Los casos de viruela del mono en el Perú superaron el millar y se encuentran reportados en 15 regiones. (Foto: AFP)
Los casos de viruela del mono en el Perú superaron el millar y se encuentran reportados en 15 regiones. (Foto: AFP)

El próximo 26 de agosto se cumplirán dos meses de detectado el primer paciente de viruela del mono en el Perú, y a la fecha, la cifra superó el millar de casos, entre ellas una víctima mortal. A diferencia de otros países de la región, los contagios crecen sostenidamente por múltiples razones.

Hasta el viernes 19 de agosto, se han detectado 1,022 personas infectadas con el virus de la viruela símica en quince regiones del país, según datos del Ministerio de Salud (Minsa). Lima Metropolitana sigue reuniendo la mayor cantidad de casos positivos, sumando un total de 841 ciudadanos con esta enfermedad.

En esta nota detallaremos las posibles razones que favorecerían el incremento de contagios:

Dificultad en rastreo de pacientes

El médico infectólogo Juan Carlos Celis indicó que los casos de viruela del mono son reportados en varios países del mundo por lo que no es exclusivo del Perú. Explicó que en todos ellos se refleja que el trabajo de rastreo y cumplimiento de aislamiento de pacientes con esta enfermedad ha fracasado porque los casos siguen en aumento.

“El seguimiento y aislamiento no ha funcionado y se puede decir ahora que ese control de la epidemia ha fracasado porque los países con mejor vigilancia epidemiológica que nosotros, como son los países de Europa y Estados Unidos, con buen control, con buen seguimiento y diagnóstico, no han podido controlarlo”, indicó a este medio Celis, actual jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas y Tropicales del Hospital Regional de Loreto.

Por su parte, César Munayco, director ejecutivo de Vigilancia en Salud Pública del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud (CDC) del Ministerio de Salud (Minsa), afirmó que la estrategia de identificación inmediata de casos, el aislamiento y el seguimiento de estos continuará como parte de la vigilancia epidemiológica en el Perú.

“La clave es identificar rápidamente a la persona infectada para cortar la cadena de transmisión y, obviamente se aísle, pero no es tanto eso sino que se evite el contacto cercano con otras personas o evite el contacto sexual. Sobre todo también hacer el estudio de contacto para identificarlos y que esta persona no siga contagiando”, señaló el representante del Minsa a este diario.

Estigma

El 24 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el brote de viruela del mono como una emergencia de salud pública de alcance internacional, su máximo nivel de alerta. Informó que el presente brote afecta principalmente a hombres que tienen sexo con hombres (HSH).

Juan Carlos Celis consideró que la viruela del mono tiene un estigma y eso genera que se complique el tema del diagnóstico. Esto en referencia a la comunidad LGTBIQ+ y hombres que tienen sexo con hombres (HSH). Recordó que el sexo es una de las maneras en que el virus se propaga, pero no es la única.

Al respecto, el médico epidemiólogo Antonio Quispe coincidió en que existe un tema “muy serio de estigmatización”. “Las propias personas que tienen síntomas de la viruela del mono tienen miedo de perder el trabajo, de entrar a un aislamiento que no les permita salir a buscar el pan del día a día y sobre todo entender que las dos poblaciones de riesgo son minorías que por mucho tiempo han sido postergadas. Pacientes que viven con el VIH durante la pandemia han tenido serios problemas para acceder a este tratamiento y muchos han pasado de tener VIH controlado a tener VIH no controlado”, precisó.

Por su parte, César Munayco, director del CDC del Minsa, afirmó que no se puede hablar en este momento de que la transmisión comunitaria por viruela del mono se salió de control. “Estamos en escenario 2, significa que hay un solo grupo que está siendo afectado [comunidad LGTB o en este caso los HSH] en todo el mundo. Los afectados principalmente son esta comunidad, pero no son todos porque en distintos lugares hay diferentes patrones de comportamiento sexual, eso es lo que está moviendo la epidemia”, explicó.

Diagnósticos y subreporte estadístico

Juan Carlos Celis también dijo que la falta de un diagnóstico corroborado y ser calificado de “sospechoso” afecta la estadística real del avance de la viruela del mono.

“Atendí un paciente sospechoso de la viruela del mono con lesiones características y me dice ‘la pareja con la que he estado en Lima me ha comunicado que salió positivo’. Entonces, lo he atendido. Es un cuadro que se puede manejar en casa hasta ahora, pero él no quiere hacerse la prueba de diagnóstico porque dice que para qué hacerla si ya tuvo contacto con la persona infectada. Se le ha ofrecido confidencialidad, llevarlo a un consultorio más privado y dijo que ‘no, para qué si ya sé que tengo’”.

“Entonces, ese caso lo tengo que informar como caso probable, pero no confirmado. Entonces, la estadística varía. Otro médico ha dicho que el paciente no quiere dar ningún dato. El paciente está en todo su derecho de negarse a hacerse cualquier prueba. Estas son las situaciones por las cuales esta epidemia no tiene control”, agregó.

Respecto a ello, el epidemiólogo Antonio Quispe manifestó que “hay muchas barreras para acceder al diagnóstico en el Perú lo cual incrementa el tema del subreporte”.

Falta de un empadronamiento

Antonio Quispe, ex asesor del Minsa, agregó que la población de riesgo como gays, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres no figuran en ningún padrón del Ministerio de Salud (Minsa).

Esta situación provoca, según dijo, que los representantes del Minsa no tengan un acceso rápido a ellos y sobre todo un alcance a los líderes de estas comunidades que son quienes deberían estar participando en las difusiones de las estrategias para prevenir esta enfermedad.

Comunicación

Para el infectólogo Juan Carlos Celis otro factor de transmisión es la falta de una información más clara, focalizada y sin discriminación que debió brindarse desde reportado el primer caso en el Perú respecto a la viruela del mono y sobre todo que vaya dirigido al grupo poblacional vulnerable.

Además, señaló que el sector Salud debe ser “más agresivo en la comunicación y comunicar directa y honestamente”. “No tiene por qué discriminarse”, acotó. Todos debemos saber que esta epidemia en el 99% de casos es por contacto íntimo estrecho sexual, piel a piel, besos y abrazos intensos. Nada de ‘tocaditas’”

“Tengo un sexo casual y de tres a cinco días si reporto fiebre eso puede ser casual o puedo estar en riesgo. Y la persona debería saber que necesita ser diagnosticada. Falta comunicar los riesgos. Todos podemos contagiarnos de la viruela del mono, pero necesitamos conocer que podría ser, en su mayoría, a través de mecanismos de contacto íntimo sexual. Todos debemos conocer eso”, remarcó como ejemplo.

Celis y el epidemiólogo Antonio Quispe coincidieron en que el Ministerio de Salud (Minsa) deber concentrar sus esfuerzos en la población más afectada a través de campañas en los centros donde atienden este grupo vulnerable.

“La estrategia que estamos utilizando está completamente equivocada. Si uno lee las publicidades del Minsa en ninguna parte mencionan que los dos principales grupos de riesgo son los gays, bisexuales y hombres que tienen sexo con hombres y las personas que viven con el VIH. Recomiendan medidas de uso masivo como el lavado de manos, distanciamiento, usar mascarilla, que no vienen al caso porque la viruela del mono esta hiper concentrada en estos grupos de riesgo”, dijo.

Al respecto, el jefe del CDC del Minsa, César Munayco, detalló que el sector Salud está trabajando con grupos específicos y personal especializado, en el cual se brinda información sobre la viruela del mono para tratar de reducir la exposición de las personas que están siendo afectadas actualmente.

“Nosotros hemos estado trabajando estrategias con la comunidad bajo reuniones con ONUSIDA y otros grupos. Esta comunidad en nuestro país siempre ha sufrido estigma, no como otros países donde son mucho más abiertos, pero eso también hace para nosotros algo complicado llegar a esa población”, sostuvo.

“Es por eso que ahora trabajamos con educadores de pares para poder llegar directamente porque por lo general estos grupos se abren mucho más a su par”, remarcó.

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