El primer ministro de Perú, Gustavo Adrianzén, calificó este miércoles de lamentable que el gobernante venezolano, Nicolás Maduro, acuse a nuestro país de contar con “centros de entrenamiento” de manifestantes antigubernamentales que fueron supuestamente “capturados en los destrozos” de las protestas.
”Lamentable tener que escuchar declaraciones de esta naturaleza que no hacen sino profundizar la situación de crisis a la que Venezuela ha conducido las relaciones entre dos naciones hermanas históricamente”, dijo Adrianzén en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Maduro aseguró en una rueda de prensa con medios internacionales que “todos los (manifestantes) que fueron capturados en los destrozos” en el estado insular de Nueva Esparta “vienen entrenados de Chile y Perú, (de) centros de entrenamiento en Chile y Perú”.
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Al ser preguntado por esa afirmación, Adrianzén recordó que en Perú viven cerca de 1.5 millones de venezolanos “que han sido acogidos” tras dejar su país “por la situación de crisis humanitaria en que se encontraba como consecuencia del desgobierno que allí reina”.
”Por otro lado, nosotros no somos centro de entrenamiento de nada que tenga que ver con la criminalidad, por el contrario, con profunda tristeza y pesar, hemos podido comprobar que muchos crímenes cometidos en los últimos meses tienen su origen en ciudadanos de esa nacionalidad (venezolanos). Eso no debería afectar al buen hacer la comunidad de emigrantes venezolanos en nuestro país”, agregó.
Finalmente, aseveró que “no corresponde” al Gobierno peruano seguir pronunciándose “sobre improperios” de Maduro, a quien evitó mencionar de forma directa.
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Las relaciones entre Perú y Venezuela pasan por una crisis desde que el Consejo Nacional Electoral (CNE) declarase a Maduro vencedor de las elecciones del pasado domingo frente al candidato de la oposición mayoritaria Edmundo González Urrutia.
El ente electoral venezolano hizo esa declaración cuando faltaban por computar más de dos millones de votos -el 20 % de las actas de votación, cuyo cómputo todavía se desconoce- que podrían cambiar los resultados finales.
El Centro Carter, que participó como observador en los comicios, manifestó este martes que el proceso “no se adecuó” a los parámetros y estándares internacionales de integridad electoral, por lo que “no puede ser considerada como una elección democrática”.
Tras los comicios, el Gobierno de Perú reconoció a González Urrutia como presidente electo de Venezuela, según afirmó el canciller Javier González-Olaechea.En respuesta, el Gobierno de Venezuela rompió sus relaciones con Perú por “desconocer la voluntad del pueblo”.