
El cine peruano vuelve a superar el millón de espectadores. La película “Chavín de Huántar: el rescate del siglo” se ha convertido en la producción cinematográfica nacional más vista en el año al superar 1 millón 300 mil 450 espectadores.
Pero, eso no es todo. La película se ha posicionado como la quinta más vista de toda la historia, compartiendo el podio con producciones como la trilogía de “Asu Mare” y “A los 40”.
“Chavín de Huántar” se basa y recrea el rescate de los rehenes durante la toma de la residencia del embajador de Japón en Lima en 1997, por el grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
LEA TAMBIÉN: Cine peruano y el costo de ser independiente: claves para sobrevivir sin incentivos
¿Cuál fue la clave para el éxito?
Ricardo Bedoya, crítico de cine, indicó que la historia se plantea como una película de acción, centrada en el entrenamiento de los comandos y la operación de rescate, dejando casi fuera el contexto político y social.
“El beneficio que ha tenido Chavín de Huántar es justamente su visibilidad, porque es un asunto conocido por todos, que todo el mundo lo recuerda y porque sobre todo se propone como una película de acción que puede llegar sin mayores complicaciones. Hay una especie de reconocimiento inmediato del público”, añadió.
Bedoya resaltó que tuvo una campaña publicitaria fuerte, presencia en medios tradicionales, entre otros.
“Hacer una campaña publicitaria es sumamente caro, para que el público se entere que una película está siendo exhibida. Se requiere presencia en medios de comunicación tradicionales, escritos o la televisión, en vallas, en las calles. Crear un efecto en la opinión pública”, señaló.
Otro factor importante que reconoce es el llamado “boca a boca”, cuando entre el mismo público se “pasa la voz” del estreno de un film.
LEA TAMBIÉN: Indecopi: Quienes graben en cines pueden recibir hasta 8 años de cárcel
Bedoya recordó que muchas cintas locales se estrenan en horarios difíciles, con poco tiempo en cartelera, lo que impide generar este efecto y ocasiona que la película desaparezca rápido de las salas.
“Los cines las ponen en horarios, por ejemplo, de tres de la tarde a once de la noche. Eso hace que el público no pueda identificarlas y que no se pueda generar el efecto boca a boca porque para eso se necesita tiempo. Puede haber una película que le guste mucho a la gente, pero ya el primer fin de semana fracasó porque no tuvo la posibilidad de visibilidad que tienen otras.”, precisó.
Sin embargo, Bedoya explicó que este éxito no prueba un repunte global del cine peruano, sino un caso específico favorecido por factores muy concretos.
En esa línea, señaló que en el cine peruano conviven películas muy diferentes como producciones comerciales como “Chavín de Huántar”, filmes de autor o medianas como las producidas por Francisco Lombardi, y obras regionales o independientes como “Wiñaypacha”, “Manco Cápac” o “Kinra”. Estas difieren en presupuestos, modos de producción, lenguas, públicos y formas de concebir el relato y la relación con los espectadores.
“Es bien difícil hablar del cine peruano como un bloque, porque en realidad lo que existe son varios cines peruanos. (…) Abtrs las películas básicamente se hacían en Lima. En cambio, ahora se hacen en todas las regiones del Perú, con diferentes lenguas, hablando temas distintos, incorporando a la ficción”, mencionó.
LEA TAMBIÉN: ¿Pueden revisar tu mochila en el cine? Indecopi aclara interrogante
Retos logísticos y necesidad de políticas culturales
Al hablar de diferencias entre hacer cine comercial en Lima y cine regional, Bedoya hizo énfasis sobre todo los problemas logísticos.
En muchas zonas del país no existen equipos ni infraestructura, lo que obliga a trasladar cámaras y otros recursos desde la capital, con altos costos adicionales y necesidad de personal técnico especializado.
“Para eso se requieren recursos y estímulos. Ahí es muy importante la función del Estado, como ocurre en Chile, en Argentina; donde hay políticas culturales que no solamente le permiten producir, sino también hacer que una vez que la película existe, pueda el público enterarse de eso y vaya a verla”, puntualizó.
El crítico también se refirió a la nueva ley de cine, ya promulgada pero pendiente de reglamento, que, a su consideración, mezcla varios temas en una sola normativa.
Identificó varios componentes. Primero, recorta estímulos económicos, introduce filtros de contenido que, según consideró, se asemejan a censura previa para proyectos que aspiren a fondos, promueve rodajes extranjeros en el Perú y menciona una cinemateca sin definir bien su funcionamiento.
LEA TAMBIÉN: Salvador Del Solar habla de su regreso a la pantalla, sus proyectos y los riesgos de la ley de cine
“Es casi contradictorio que en un momento en el que hay una presencia del cine regional muy notoria, en la que está siendo reconocido incluso en el extranjero, de pronto quieran bajarse o reducir los estímulos para el cine regional”, precisó.
En el ámbito internacional, mencionó el tipo de movimientos que se dan en la industria global, como la compra de grandes estudios por plataformas, y como podría afectar a en la relación de los consumidores y salas de cine.
“ ¿Cuál es el papel del cine peruano en esto en los próximos cinco años? Esto va a ser fundamental. El cine peruano va a tener un lugar en las plataformas principales y se crearán las propias plataformas. ¿Qué está esperando el Estado peruano para no tener una plataforma audiovisual propia?”, cuestionó.










