Crédito: Adriana Galbani (grrabbiity)
Crédito: Adriana Galbani (grrabbiity)

(G de Gestión) “Mamá, qué roche”, me dijo Fer, a lo que yo respondí lo que Federico Olivares, el vendedor más grande del mundo, me repetía desde muy chica: “Vergüenza, hija, solo para robar”. Con la espada desenvainada… Perdón: con la lengua desenvainada, y en compañía de mi asistente comercial recién convencida, me acerqué a felicitar al dueño de esa marca de comida que genuinamente amo y que se ha convertido en mi mejor compañero de Netflix. Claro, en empate con mi esposo.