Escribe. Carlo León, gerente de Renta Fija de Prima AFP.
La inflación está regresando con fuerza en América Latina, y las dos economías más grandes de la región, Brasil y México, enfrentan presiones crecientes que complican sus esfuerzos por mantener la estabilidad económica. Aunque Perú parece estar en una posición relativamente mejor, no está exento de desafíos.
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Por un lado, en Brasil, la inflación ha aumentado al 4.5%, alcanzando su nivel más alto en cinco meses. El Banco Central de Brasil (BCB) ha mantenido una postura agresiva con tasas de interés altas del 10.5% para combatir la inflación. Sin embargo, la tensión con el presidente Lula da Silva, quien ha criticado la dureza de la política monetaria, añade un componente político complejo a la situación. Además, el cambio inminente en la presidencia del BCB intensifica la incertidumbre sobre la dirección futura de la política monetaria. Por ello, la institución se encuentra en una encrucijada: debe equilibrar la estabilidad de precios con las presiones políticas y las expectativas del mercado.
En la misma línea, México enfrenta un desafío aún mayor, con una inflación que ha subido a casi 5.6%, el nivel más alto en 14 meses. A pesar de esta presión inflacionaria, el Banco de México (Banxico) sorprendió al mercado al reducir su tasa de interés en 25 puntos básicos a 10.75%. Esta decisión ha generado controversia, ya que ocurre en un contexto de inflación creciente y una depreciación significativa del peso mexicano, que ha bajado un 10%. La medida ha sido vista por algunos analistas como un intento de aliviar la carga fiscal del gobierno, que está considerando reformas constitucionales y ajustes fiscales importantes. Hoy la política monetaria de Banxico parece estar más influenciada por factores políticos que por una estrategia económica sólida, lo que podría poner en riesgo su credibilidad.
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En contraste, el Perú presenta una situación relativamente más controlada. En julio del 2024, la inflación anual en Lima Metropolitana se situó en 2.1%, con la inflación subyacente en el límite superior del rango meta del 1%-3%. El BCR ha reducido su tasa de interés a 5.50%, con expectativas de una posible disminución adicional a 5.00% para finales de año. Aunque la inflación en el Perú está bajo control, con aumentos marginales en rubros como transporte (+0.63% m/m) y alimentos (+0.34% m/m), el BCR debe mantenerse vigilante y adaptar su política monetaria a medida que cambian las condiciones económicas globales y locales.
La reciente experiencia de Brasil y México subraya una lección fundamental para nuestro país: el control de la inflación exige decisiones monetarias cuidadosas y una capacidad de respuesta ágil a las condiciones cambiantes. Mientras las economías vecinas enfrentan desafíos políticos crecientes, Perú tiene la oportunidad de aprender de los errores de sus vecinos y mantener una estabilidad económica robusta. La clave para el Perú será la capacidad e independencia de nuestro banco central para equilibrar las demandas políticas y económicas, garantizando así un entorno de precios estables y un crecimiento económico sostenido.
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En un mundo lleno de incertidumbre, mantener el rumbo y adaptar las políticas con rapidez será esencial para proteger el futuro económico del país. La lección es clara: la estabilidad económica y la inflación controlada dependen de decisiones bien fundamentadas y de una gestión flexible que pueda responder a las complejidades del entorno global.
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