¿Podemos construir un mundo digitalmente humano?

Nadie puede negar que todos necesitamos estar conectados: con nuestras familias, en nuestros trabajos, con el doctor que te atiende por videollamada, con el proveedor que te lleva la mercadería todos los días. Sea cual sea el frente donde estemos, necesitamos conectividad. Pero además necesitamos que esta conexión sea sólida, eficiente, confiable, y muy rápida. ¿Podemos asegurar a los peruanos esta conectividad de alta calidad? Es momento que el Gobierno, las empresas, las instituciones y los proveedores de Internet se fortalezcan y apuesten por el país para acortar la brecha digital y subirse a la ola de la conectividad.

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Según el estudio “Banda ancha para el desarrollo” del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el costo promedio para desplegar un kilómetro de fibra óptica en el Perú puede oscilar entre los US$ 15,000 y los US$ 25,000, dependiendo de la zona y la tecnología utilizada, sumada a la difícil geografía que tiene nuestro país.

¿Se pueden mejorar estos altos costos de implementación? Sí se puede. ¿Cómo? Flexibilizando el acceso a la infraestructura existente. Un claro ejemplo es la dificultad que enfrentan los operadores para acceder a los postes de alumbrado público, que son propiedad de las municipalidades, lo que obliga a realizar nuevas excavaciones y, por ende, incrementar los costos.

Si logramos que los gobiernos locales y regionales establezcan normativas que permitan compartir infraestructuras como postes y ductos, pero de manera express, sin trabas en la ejecución, podríamos hacer un despliegue de infraestructura más rápido y eficiente. ¿Quiénes se benefician? Las comunidades, las empresas, los emprendimientos, finalmente los ciudadanos y el país.

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Mucho se habla de acortar la brecha digital pero poco sobre cuáles son las acciones para conseguirlo, hay avances en cuanto a normativa como el programa “Todos conectados”, pero hace falta más. Existen más de S/ 100 mil millones en proyectos aprobados en el 2024 para Obras por Impuestos en telecomunicaciones que aún no se ejecutan.

El Gobierno podría considerar implementar incentivos a la compartición y despliegue de nueva infraestructura: por reducción de impuestos, disminución o condonación de multas, tasas y otros por servicios de conectividad con el objetivo de lograr la tan ansiada inclusión digital.

Seguimos a la espera del reordenamiento y la asignación de las redes 5G y recientemente se ha develado la inactividad de la Red Dorsal Nacional de Fibra óptica. Estos proyectos dinamizarán el sector de telecomunicaciones, apoyarán a la creación de nuevos servicios y el desarrollo de las empresas implementando Inteligencia Artificial (IA) o Internet de las Cosas (IoT) para hacer sus negocios más competitivos y eficientes.

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Necesitamos que todo el ecosistema (operadores, empresas de TI, gobiernos, reguladores e instituciones) unan sus fuerzas, conocimiento, experiencias y propongan mejoras y soluciones para construir un mundo digitalmente humano. ¿Será posible lograrlo?