(G de Gestión) Febrero nos trajo sorpresas en los mercados financieros. En Estados Unidos, la inflación subyacente reportó un aumento por tercer mes consecutivo y superó las expectativas de la mayoría de analistas. Así, se esperaba una cifra de 3.7% de variación anual versus un 3.9% del dato oficial. Por supuesto, la muestra aún es reducida para concluir un rebrote de la inflación y, por si fuera poco, distamos en exceso de los niveles del 2022. No obstante, la noticia sirvió para que las tasas de largo plazo estadounidenses dejaran atrás el 4.3% ―es decir, casi 0.5% por encima de los niveles de enero―.